Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo:
"En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: hagan
y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no
hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a
la gente a los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para
empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las
filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos
en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan
reverencias por la calle y que la gente los llame "maestros".
Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su Maestro,
y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre suyo a nadie en la tierra,
porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar jefes, porque uno
solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Palabra del
Señor.
Reflexión.
Jesús
nos proporciona principios y criterios con los que podemos discernir de manera
consciente y libre, qué actitud asumir frente a los diferentes acontecimientos
que llegan a nuestras vidas. Ello es muy importante a la hora de tomar una decisión personal,
familiar o comunitaria. Otras cosas son los
consejos y las orientaciones en
forma de recetas que hay que cumplir
para obtener resultados. Jesús trata con personas capaces de elegir lo que más
le conviene o lo contrario. Lo que los evangelios nos ofrecen son criterios
para nuestra elección.
Es
enfermizo andar exigiendo títulos de acuerdo a nuestros oficios y dedicaciones.
Al estilo de Jesús lo nuestro es convertirnos en fuerza de vida para nuestros
hermanos y hermanas. Como Jesús podemos aprender a servirles a los demás sin
esperar de ellos que nos adulen y nos reconozcan públicamente. Jesús se
constituyó en verdadero alimento para sus discípulos pero nunca les exigió que
le llamaran Dios ni les obligó a hacer lo que él les enseñaba. Todas las enseñanzas
de Jesús son fuente de inspiración para nosotros vivir responsablemente nuestra
fe y constituirnos en comunidades vivas que avanzan en su peregrinación hacia
el Reino de Dios.
Somos
invitados a la coherencia de fe, a convertir en vida lo que creemos. Nuestro liderazgo
no puede fundamentarse en discursos vacíos. Jesús nos ha dejado buenos criterios
para nosotros descubrir cuáles son nuestros verdaderos líderes en las distintas
esferas de nuestra vida: El primero entre ustedes será su servidor. Los que
reconocemos como servidores nos ayudan a comprometernos nosotros también al
servicio de nuestros semejantes. De manera que nuestro reconocimiento y gratitud
por quienes nos ayudan es el compromiso de seguir su ejemplo como nos ha dicho
Jesús: Síganme. Ejercitemos nuestra fe, no respondamos literalmente a la
Palabra de Dios, sepamos acoger las enseñanzas de Jesús como criterio de
discernimiento y de decisión.
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