EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 25 de agosto de 2012

CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO

“El Evangelio de Hoy”: Mateo 23, 1-12

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente a los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "maestros". Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre suyo a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar jefes, porque uno solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Palabra del Señor.

 
Reflexión.

Jesús nos proporciona principios y criterios con los que podemos discernir de manera consciente y libre, qué actitud asumir frente a los diferentes acontecimientos que llegan a nuestras vidas. Ello es muy importante  a la hora de tomar una decisión personal, familiar o comunitaria. Otras cosas son los  consejos y  las orientaciones en forma de recetas que hay  que cumplir para obtener resultados. Jesús trata con personas capaces de elegir lo que más le conviene o lo contrario. Lo que los evangelios nos ofrecen son criterios para nuestra elección.

Es enfermizo andar exigiendo títulos de acuerdo a nuestros oficios y dedicaciones. Al estilo de Jesús lo nuestro es convertirnos en fuerza de vida para nuestros hermanos y hermanas. Como Jesús podemos aprender a servirles a los demás sin esperar de ellos que nos adulen y nos reconozcan públicamente. Jesús se constituyó en verdadero alimento para sus discípulos pero nunca les exigió que le llamaran Dios ni les obligó a hacer lo que él les enseñaba. Todas las enseñanzas de Jesús son fuente de inspiración para nosotros vivir responsablemente nuestra fe y constituirnos en comunidades vivas que avanzan en su peregrinación hacia el Reino de Dios.

Somos invitados a la coherencia de fe, a convertir en vida lo que creemos. Nuestro liderazgo no puede fundamentarse en discursos vacíos. Jesús nos ha dejado buenos criterios para nosotros descubrir cuáles son nuestros verdaderos líderes en las distintas esferas de nuestra vida: El primero entre ustedes será su servidor. Los que reconocemos como servidores nos ayudan a comprometernos nosotros también al servicio de nuestros semejantes. De manera que nuestro reconocimiento y gratitud por quienes nos ayudan es el compromiso de seguir su ejemplo como nos ha dicho Jesús: Síganme. Ejercitemos nuestra fe, no respondamos literalmente a la Palabra de Dios, sepamos acoger las enseñanzas de Jesús como criterio de discernimiento y de decisión.

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