EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 27 de junio de 2012

PROFETAS


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 7, 15-20

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conocerán". Palabra del Señor.

Reflexión.

Insertas en la dura realidad cotidiana, a las comunidades cristianas y a la Iglesia se le hace difícil discernir quienes son los verdaderos hombres y mujeres que viven su vocación humana y cristiana de verdad. Regularmente lo que se impone es el formalismo, las palabras, los discursos, el cumplimiento externo de las normas y las tradiciones vividas por las comunidades. Palabras bonitas, sermones convincentes parafernalias perfectas, pero ningún compromiso real con las comunidades, en la defensa y el cuidado de la vida.

“Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.” Ser profetas no se puede confundir con ser adivinos del futuro, ni reducir a ser críticos; el profetismo bíblico implica la llamada de Dios para el servicio de su pueblo, la apertura sincera y silente para escuchar a Dios y aceptar su voluntad, y el compromiso humilde de transmitir a la comunidad su experiencia de Dios. Fijémonos bien que esto escapa a la moral y la formalidad religiosa para inscribirse en la, nueva relación de libertad aportada por Jesús en su experiencia de Dios como Padre misericordioso.

Así que el Evangelio de Hoy es una clara invitación a discernir entre los profetas auténticos y los que no lo son. Para distinguirlos, el Antiguo Testamento nos aporta pistas: 1- No lo mezclemos con lo mágico ni lo confundamos con los videntes, adivinos y visionarios, pues estos, aunque pueden hacer valiosos y respetables aportes, no es profetismo. 2- Fijémonos en su presencia, interés y compromiso en la comunidad. 3- Cuenta con el apoyo de la comunidad,  continúa su testimonio y se lo recuerda en los momentos oportunos. El evangelio de Hoy agrega a estos elementos del A.T., el elemento de los frutos o las buenas obras. La figura de los frutos simboliza la oportunidad, calidad y maduración que necesita cualquier llamada profética para alcanzar su cometido. El fruto requiere cultivo y cuidado y la vocación profética aún más. No se trata de una irrupción espontánea y desconectada. Ser profetas hoy es seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias.

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