“El Evangelio de Hoy”:
Mateo 7, 15-20
Lectura
del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. A ver, ¿acaso se
cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos
buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos
malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se
tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conocerán". Palabra
del Señor.
Reflexión.
Insertas en la dura realidad cotidiana, a las
comunidades cristianas y a la Iglesia se le hace difícil discernir quienes son
los verdaderos hombres y mujeres que viven su vocación humana y cristiana de
verdad. Regularmente lo que se impone es el formalismo, las palabras, los
discursos, el cumplimiento externo de las normas y las tradiciones vividas por
las comunidades. Palabras bonitas, sermones convincentes parafernalias
perfectas, pero ningún compromiso real con las comunidades, en la defensa y el
cuidado de la vida.
“Cuidado con los falsos profetas; se acercan con
piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.” Ser profetas no se puede
confundir con ser adivinos del futuro, ni reducir a ser críticos; el profetismo
bíblico implica la llamada de Dios para el servicio de su pueblo, la apertura
sincera y silente para escuchar a Dios y aceptar su voluntad, y el compromiso
humilde de transmitir a la comunidad su experiencia de Dios. Fijémonos bien que
esto escapa a la moral y la formalidad religiosa para inscribirse en la, nueva
relación de libertad aportada por Jesús en su experiencia de Dios como Padre
misericordioso.
Así que el Evangelio de Hoy es una clara invitación
a discernir entre los profetas auténticos y los que no lo son. Para
distinguirlos, el Antiguo Testamento nos aporta pistas: 1- No lo mezclemos con
lo mágico ni lo confundamos con los videntes, adivinos y visionarios, pues
estos, aunque pueden hacer valiosos y respetables aportes, no es profetismo. 2-
Fijémonos en su presencia, interés y compromiso en la comunidad. 3- Cuenta con
el apoyo de la comunidad, continúa su
testimonio y se lo recuerda en los momentos oportunos. El evangelio de Hoy
agrega a estos elementos del A.T., el elemento de los frutos o las buenas
obras.
La figura de los frutos simboliza la oportunidad, calidad y maduración que
necesita cualquier llamada profética para alcanzar su cometido. El fruto
requiere cultivo y cuidado y la vocación profética aún más. No se trata de una
irrupción espontánea y desconectada. Ser profetas hoy es seguir a Jesús hasta
las últimas consecuencias.
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