EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 8 de mayo de 2012

LA PAZ LES DEJO, MI PAZ LES DOY


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 14,27-31a

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble su corazón ni se acobarde. Me han oído decir: "Me voy y vuelvo a su lado." Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigan creyendo. Ya no hablaré mucho con ustedes, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago."  Palabra del Señor.


Reflexión.
Jesús nos ofrece una paz diferente a la del mundo. La paz del mundo es negociada a partir de intereses particulares, es una paz impuesta, para muchos, hecha de conveniencias económicas y  política, en fin, una paz siempre transitoria y caduca. La paz que Jesús ofrece a sus discípulos es la paz que surge del amor fraterno que los creyentes viven entre sí comunitariamente. Esta paz, dada por Jesús al mundo, es fruto de una armónica relación entre Dios y los hombres y mujeres; es el resultado de un conocimiento profundo de Dios, gracias a la acción del Espíritu Santo.
La comunidad de discípulos y discípulas de Jesús toma real conciencia de que debe continuar la misión de Jesús: anunciar la Buena Noticia del amor y la Salvación de Dios, en medio de innumerables dificultades y oposiciones. La partida de Jesús hacia el Padre representa el culmen de su misión profética y liberadora en la humanidad, lo cual debe alegrar a creyentes, ya que la obra de Dios se ve realizada en la entrega amorosa de Jesús en la Cruz y también en el envío misionero de los discípulos, quienes seguirán animados y orientados por la presencia vivificadora del Espíritu Santo.
Nuestra realidad mundial y local nos aporta muchísimos desafíos y tareas. Por rato podríamos sentir que no hay nada que hacer, que la humanidad y sus dirigentes se encaminan hacia la desaparición irremediable. “Se están cumpliendo las profecías” dicen muchos “creyentes” animados por profetas del caos y la desesperación. La única profecía que tiene sentido trascendente es la determinación de Dios de salvarnos a todos y a todas. Quien cree en Jesús no debe temer a la hostilidad y a la incredulidad del “mundo”, pues tiene la paz de Dios, tiene el conocimiento anticipado de las cosas venideras y sabe cuál es el camino que debe seguir para llegar a Dios.

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