Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
jueves, 26 de abril de 2012
JESÚS ES EL PAN QUE NOS PERMITE SEGUIRLO
“El Evangelio de Hoy”: Juan 6,44-51
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
"Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo
lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos
discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende
viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de
Dios: ése ha visto al Padre. Se lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy
el pan de la vida. Su padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste
es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy
el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para
siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Palabra del Señor.
Reflexión.
En “el Evangelio de Hoy” Jesús reafirma que Él es
el pan de vida. Si los antepasados que comieron el maná en el desierto
murieron, ahora quienes coman del nuevo pan de vida plena participarán de la
resurrección. Aquí la resurrección no se entiende, como en la mentalidad de los
fariseos, un premio por el estricto cumplimiento de la ley. Con Jesús la vida
en abundancia es fruto de la configuración con Él y con su proyecto histórico.
Es bueno recordar que participar del proyecto de
Jesús es asimilar los valores de su mensaje, las razones de su lucha, la
obediencia incondicional al proyecto salvador de Dios, y los riesgos que se
corren como consecuencia de un compromiso radical. No se puede ir tras de Jesús
sólo por conveniencia o simple tradición; ésa es la característica de una fe
desencarnada, lejana a toda opción auténticamente cristiana. Participar en este
caso quiere decir estar a la escucha de su voluntad para afrontar nuestra
realidad de hoy buscando transformarla.
En este tiempo que la vida en el mundo se ve
amenazada y se levantan estructuras injustas que la mayoría de las veces se
fundan en la mentira y la muerte de los pobres, es necesario más necesario que
nunca optar abiertamente y con radicalidad por la causa de Jesús: El reino de
Dios, donde los seres humanos, especialmente los pobres, tengan vida en
abundancia. Trabajar por la igualdad de condiciones.
Pidámosle al Señor que nos acompañe con su Espíritu
transformador para que tengamos las fuerzas y ganas necesarias para
comprometernos en su seguimiento, superando nuestros miedos y comodidades. Dios
nos inspire confianza y entrega.
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