EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 28 de marzo de 2012

LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Juan 8,31-42 Lectura del santo evangelio según san Juan: En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si se mantienen en mi palabra, serán de verdad discípulos míos; conocerán la verdad, y la verdad les hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Serán libres"?" Jesús les contestó: "les aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo les hace libres, serán realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratan de matarme, porque no dan cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero ustedes hacen lo que le han oído a su padre." Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abrahán, harían lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratan de matarme a mí, que les he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Ustedes hacen lo que hace su padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera su padre, me amarían, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió." Reflexión El evangelio de este día se centra en la filiación. La paternidad de Abraham es en el orden de la fe y requiere un compromiso personal. Jesús nos revela una nueva condición a esta relación de filiación con Dios, la fidelidad a su palabra: "Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos, conocerán la verdad y la verdad les hará libres." Al liberar el hombre interior de la esclavitud del pecado, Jesús le da acceso a la filiación con Dios, incluyendo su cruz revela el misterio. Aquellos que reconocen la verdad en las palabras de Jesús serán libres. Ser libre requiere la elección del discipulado, la elección de la verdad que Jesús revela. La verdad y la libertad son dos valores muy profundos en el evangelio de Juan. Es la verdad la garantía de la libertad. La verdad no es un conjunto de afirmaciones teóricas o de representaciones mentales que concuerdan con la realidad material u objetiva. La verdad, en el evangelio, hay que entenderla como manera correcta de proceder, transparencia de vida en la que no cabe engaño ni doble moral, coherencia entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace. Jesús no solo dice verdades, sino que él es la verdad, porque es transparencia del mismo Dios Padre. Ser libre no es hacer el propio capricho sin ningún tipo de límites. Ser libre es tomar distancia de todo lo que pueda encadenar, atrapar, esclavizar. La libertad también implica vivir con autenticidad, sin engaños y sin conveniencias La libertad que Jesús nos da está ligada a su relación con el Dios Padre que es el amor y obediencia. Esta discusión con los convertidos judíos nos enseña que el ser hijo de Dios no es una herencia, una adquisición capitalizable, o incluso un estado, sino un movimiento de obediencia, un don de sí en el amor, el cumplimiento la voluntad del Padre a favor de la vida y nunca en su contra. Nuestro empeño deberá estar orientado hacia la búsqueda de la verdad, para encontrar la auténtica libertad de los hijos de Dios.

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