Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
miércoles, 16 de junio de 2021
PRACTICAR LA FE
“El Evangelio de Hoy”: Mt 6, 1-6.16-18
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, dijo Jesús
a sus discípulos: "Cuiden de no practicar su justicia delante
de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán
recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas
tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y
por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya
han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano
izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu
Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recen, no sean como
los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han
recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la
puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo
escondido, te lo pagará. Cuando ayunen, no anden cabizbajos, como los
hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les
aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la
cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre,
que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará." Palabra
del Señor.
Reflexión
Nuestra práctica religiosa
debe surgir de nuestra experiencia de Dios. Existe una práctica heredada de
nuestra tradición y nuestra cultura religiosa, pero la fe madura o adulta exige
una práctica consciente y comprometida con el Dios que se nos revela en nuestra
vida personal y comunitaria.
La limosna, la oración y el
ayuno son tres obras de piedad muy propias de la religiosidad judía. La
preocupación de Jesús no es por su cumplimiento, sino por la forma en que se
realizan las prácticas religiosas. El ejercicio de la justicia y de la piedad
no debe hacerse sólo por el aplauso, la autopromoción o la alabanza popular.
Jesús advierte que la limosna debe ser una muestra de generosidad, de
solidaridad y de amor gratuito, y no debe hacerse pensando en la “foto” del
héroe, sino en el hermano necesitado.
La experiencia de Dios no
puede tener su fuerza en la fachada exterior, sino sobre todo en la fortaleza
interior. Dios ve en lo profundo la bondad del corazón y, sólo cuando hay
bondad en nuestro corazón, las acciones externas van impregnadas del amor de Dios.
Que Dios nos llene de su amor para poder vivirlo como camino de liberación y
salvación.
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