“El Evangelio de
Hoy”: Mt 28, 8-15
Lectura del santo evangelio
según san Mateo:
En aquel tiempo, las
mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de
alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al
encuentro y les dijo: "Alégrense." Ellas se acercaron, se postraron
ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengan miedo: vayan a
comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban
de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos
sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un
acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Digan que
sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y
si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos
de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las
instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta
hoy. Palabra del Señor.
Reflexión
Durante esta primera semana
del tiempo pascual que la liturgia denomina, “Octava de Pascua” continuaremos
leyendo los textos que nos anuncian la resurrección de Jesús. Un hecho
fundante, insólito y desconcertante. La resurrección de Jesús cambia toda la
configuración de la historia humana, aportando el elemento más importante de
nuestra existencia: “la muerte no tiene la última palabra”. La resurrección nos
abre a la trascendencia, a la eternidad. Por eso la resurrección nos hace
repensar toda nuestra existencia. No puede ser igual la vida, las relaciones
humanas, el trato a los demás, cuando creemos en la resurrección de Jesús.
Tratamos las personas y su historia desde un valor primero que es el de la
vida, la vida eterna aportada por Jesús como regalo de nuestro Padre Dios.
El evangelio de Hoy es un
anuncio alegre de la vida y un gran llamado a no dejarnos confundir. Sabemos
que ante las necesidades económicas, la corrupción toma fuerza y fácilmente se
generaliza. Si los soldados romanos que custodiaban la tumba de Jesús se
dejaron comprar para decir mentiras, también hoy estamos frente a quienes
ofrecen dinero hasta para que matemos a otros. El poder del dinero que corrompe
y aniquila los valores vitales de nuestra fe. Sigamos buscando al resucitado
presente en nuestra vida como el que nos anima a seguir adelante construyendo
espacios de vida y alegría en medio de las dificultades. No nos dejemos comprar
por oropeles pasajeros, valoremos la verdad, la justicia y la fraternidad como
signos de vida sin fin. Que la resurrección de Jesús nos afiance en la
esperanza. Feliz pascua de resurrección con salud y paz.
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