EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 13 de marzo de 2021

HUMILDAD

“El Evangelio de Hoy”: Lc 18, 9-14 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose porjustos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Palabra del Señor. Reflexión La condición de creyente no debe llevarnos a la soberbia, al orgullo o al desprecio de nadie, todo lo contrario, si nos sabemos beneficiados de la gracia de Dios tenderemos a poner estos dones al servicio de nuestros semejantes. Lo que Dios quiere y nos pide es una actitud humilde y servidora, sin temor a sentir culpabilidad y viviendo, como una gracia, el amor y el perdón de Dios. El desprecio de los otros nos aleja de Dios. No hay propietarios privados de la verdad ni de la moral. Somos invitados por Jesús a continuar luchando contra el orgullo que nos lleva a creernos más, mejores que lo demás. A veces, hasta sin proponérnoslo caemos en estas actitudes. Competimos con los demás desde los movimientos, grupos, comunidades, congregaciones a las que pertenecemos en nuestra Iglesia. Recordemos que el principio cristiano de la supremacía, sólo se vive en el servicio desinteresado a quienes nos necesitan ... el que quiera ser más grande … No es “ganando” sino “perdiendo” como llegamos a ser justificados por Jesús. Es la sencillez y la confianza en Dios la que nos pone en la ruta de descubrir y hacer la voluntad de Dios. A veces pensamos que es la formalidad de la práctica religiosa la que salva. Sin embargo, esta lo que hace es darnos a conocer en la comunidad, es un compromiso comunitario muy apreciado, pero tenemos que ejercerlo desde la confianza en Dios, más allá de lo que alcanzamos a realizar por nosotros mismos. Reconocer la gratuidad de Dios, su misericordia, su amor, nos hará más humilde.

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