“El Evangelio de
Hoy”: Mt 5, 1-12a
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la
montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar,
enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el
reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que
tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios
de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa
de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros
cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo." Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Las ocho bienaventuranzas nos hablan de las
actitudes fundamentales de los seguidores y las seguidoras de Jesús. Una
persona que sigue a Jesús debe confiar plenamente en Dios, debe compartir el
sufrimiento de los demás, debe tener un trato amable con los otros, ha de
querer ardientemente que reine la justicia. Debe tener el corazón en los pobres
de la historia, debe ser coherente e íntegro en su vida, debe procurar que se
establezca la paz como consecuencia de la justicia, todo esto significará ser
hostilizado por quienes se niegan a reconocer los derechos de los otros.
El Dios de Las bienaventuranzas no es
«confesional», de una religión, no es «religiosamente tribal». No exige ningún
ritual de ninguna religión. Sino el rito de la simple religión humana: la
pobreza, la opción por los pobres, la transparencia de corazón, el hambre y sed
de justicia, el luchar por la paz, la persecución como efecto de la lucha por
la Causa del Reino... Esa «religión humana básica fundamental» es la que Jesús
proclama como «código de santidad universal», para todas las personas del
mundo. Demos gracias a Dios por regalarnos la oportunidad de conocer a personas
concretas que nos iluminan en su nombre y nos contagian de alegría y de paz,
viviendo el espíritu de las bienaventuranzas.
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