Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
jueves, 1 de octubre de 2020
ROGAR
“El Evangelio de Hoy”: Lc 10, 1-12
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios." Cuando entren en un pueblo y no los reciban, salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan que está cerca el reino de Dios." Sodoma que para ese pueblo." Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de hoy nos envía a comunicar la paz, a mejorar la vida de los demás, a promover la justicia y la fraternidad como elementos fundamentales para disfrutar de paz. Para vivir esta misión necesitamos poner la confianza en el que nos envía y no en los recursos que podamos aportar. Existe, también, la concepción romana u occidental de “la paz que se identifica más con la tranquilidad, con la ausencia de conflicto y frustraciones. Este tipo de tranquilidad es indispensable para el desarrollo de la actividad comercial y política, pero no hace demasiado énfasis ni en el bienestar ni en la felicidad”. Sino que calcula lo que más conviene formalmente para que haya un ambiente favorable a las relaciones y actividades sociales y económicas.
El texto evangélico de hoy “nos propone una paz que es la síntesis y la superación de estas dos anteriores, porque el bienestar, la tranquilidad y la felicidad se alcanzan a partir del amor universal y de la justicia solidaria”. Practicando el evangelio y llevándolo a los demás como estilo de vida, vamos construyendo esta paz que Jesús nos ofrece y que él mismo vivió, aun en medio de sus pruebas y sufrimientos.
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