EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

LA AUTORIDAD ES EL AMOR


 

“El Evangelio de Hoy”: Lc 9, 1-6

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

 

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; tampoco lleven túnica de repuesto. Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si alguien no los recibe, al salir de aquel pueblo sacúdanse el polvo de los pies, para probar su culpa".

Ellos de pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

En la fiesta de san Pío de Pietrelcina se nos recuerda que Dios envió a Jesús al mundo con la misión de anunciar el Reino de Dios, y, para llevarla a cabo, él envía a sus discípulos con poder y autoridad. El poder que él les transmite es el de amar incondicionalmente a todos los seres humanos, especialmente a los pobres y pecadores. La autoridad es la que nace de una interpretación transformadora de la Escritura. A diferencia del poder de dominación que todos los grupos religiosos y políticos utilizan para manipular a las demás personas, Jesús ejerce un poder restaurador que reconcilia a los seres humanos entre sí, con la naturaleza y con Dios.

 

Los discípulos no tienen que inventar nada, su misión no es propia, aunque deben realizarla desde lo que son y sienten. Su misión es continuación de la que Jesús realiza: luchar contra el mal, sanar las dolencias, liberar de las esclavitudes y anunciar la Buena Noticia. La exigencia es la misma que él asume: libertad en el camino y gratuidad en la casa. Han de recordar siempre el modo de vida, la manera como Jesús vive y actúa. El anuncio es acompañado de signos, de iniciativas comunitarias tendentes a dejar ver la presencia de Dios actuando a favor de su pueblo. Estos signos muestran también la fuerza comunitaria transformadora de todo aquello que daña la dignidad humana y la construcción de una fraternidad capaz de superar toda miseria y todo sufrimiento gratuito y sin sentido.

 

Finalmente, Jesús exige a sus seguidores ser sencillos, humildes, pobres (como él). El exceso de equipaje y de medios retrasaría la actividad evangelizadora. La construcción de casas propias les haría instalar y distraería de lo fundamental. El evangelio que los discípulos comunican cambiará la situación de todas las personas que lo acepten y lo practiquen. Como discípulos de Jesús tenemos la oportunidad y la misión de llevar su mensaje reconciliador, dignificante a todas las situaciones y lugares, para que la autoridad de la libertad y el poder del amor transformen todas las situaciones que no responden a la justicia y la fraternidad que expresan la presencia del Reino de Dios.


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