“El Evangelio de Hoy”: Mt 28, 8-15
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del
sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los
discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
"Alégrense." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron
los pies. Jesús les dijo: "No tengan miedo: vayan a comunicar a mis
hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia
fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido.
Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados
una fuerte suma, encargándoles: "Digan que sus discípulos fueron de noche
y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del
gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros." Ellos
tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha
ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Palabra del Señor.
Reflexión
Durante esta primera semana del tiempo pascual que la liturgia
denomina, “Octava de Pascua” continuaremos leyendo los textos que nos anuncian
la resurrección de Jesús. Un hecho fundante, insólito y desconcertante. Nos viene
muy bien en la situación que padecemos debido a la epidemia del covid19. Muchas
familias han perdido algún miembro de y cargan con el duelo correspondiente. Galilea
no es solamente un lugar geográfico, es un lugar teológico… tiene un significado
especial en el lenguaje evangélico. Es el entorno en que Jesús se movió con sus
discípulos y discípulas… La zona más alejada del poder económico, social,
político y religioso. La provincia más pobre y olvidada. Representa la realidad
a transformar siguiendo a Jesús Resucitado
Fue allí donde Jesús compartió su vida diaria mostrando el
rostro de Dios y ahora para verlo, para encontrarlo junto a su proyecto de
salvación, de Reino de Dios hay que ir allí. A los pobres, a los marginados, a
los olvidados, a los esclavizados por los poderes de este mundo. Hay que
hacerlo como lo hizo Jesús, yendo y viniendo, no instalados sino en movimiento,
no desde escritorios sino desde las calles, callejones, caminos… lugares de
culto y lugares informales; desde lo oficial y lo espontaneo.
Dejemos que el Espíritu del Resucitado nos desestabilice,
más de lo que estamos, producto de la cuarentena pandémica, no tengamos miedo,
observemos a los discípulos de Jesús que salieron huyendo y negando, llenos de
miedo y sin esperanza… Jesús le hizo recordar lo que le había dicho,
les mostró su actualidad y esto les devolvió la dignidad que el miedo le había
robado, las fuerzas que habían desperdiciado. Se redispusieron a seguir
adelante con la fuerza del resucitado. Nosotros estamos en camino… no
vayamos solos o solas, dejémonos acompañar y fortalecer por Jesús resucitado y
todo será más seguro y gozoso. Feliz pascua de Resurrección para
todos y todas. Un abrazo fraterno… aleluya, aleluya.
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