EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 23 de marzo de 2020

LA SENSIBILIDAD DE JESÚS




“El Evangelio de Hoy”: Jn 4, 43-54

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: "Un profeta no es estimado en su propia patria." Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: "Como no vean signos y prodigios, no creen." El funcionario insiste: "Señor, baja antes de que se muera mi niño." Jesús le contesta: "Anda, tu hijo está curado." El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: "Hoy a la una lo dejó la fiebre." El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: "Tu hijo está curado." Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús no queda indiferente frente a la insistencia del funcionario de Cafarnaún que le ruega ir a curar a su hijo gravemente enfermo. El amor y la sensibilidad de Jesús le mueven a la compasión y a la misericordia. Jesús vivió el contraste del rechazo de los suyos en Nazaret y la acogida de los galileos que viendo los signos que realiza a favor de los necesitados creen en él. Este funcionario era rechazado y despreciado por no ser de los privilegiados de Israel. La fe y la apertura que Jesús hubiera deseado encontrar entre los suyos y no encontró, la encuentra entre galileos y paganos.

Queda en evidencia que la salvación de Dios no tiene raza ni religión. Donde hay un hombre o una mujer en busca de la vida, ahí sucede el milagro. Las luchas por la vida amenazada, fructifica si se confía en la palabra del Señor: “Anda, tu hijo está curado”. El funcionario creyó en la palabra de Jesús y regresó a su casa contento y lleno de alegría y dispuesto a celebrar la vida de su hijo y de toda su familia. Nosotros leemos o escuchamos la palabra de Dios casi todos los días o por lo menos todos los domingos ¿Creemos en la palabra de Dios de los evangelios?

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