EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 24 de noviembre de 2019

REY DEL SERVICIO




El Evangelio de Hoy Lucas 23,35-43

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús diciendo: - A otros ha salvado, que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: - Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: - ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro le increpaba: - ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada. Y decía: - Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino. Jesús le respondió: - Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso. Palabra del Señor.

Reflexión

El relato de la crucifixión, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte. Habituados a proclamar la "victoria de la Cruz", corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del Amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.

Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.

Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde sólo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo. "La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella". Revisemos todos, cuál es nuestra verdadera actitud ante la Cruz. Acerquémonos al crucificado de manera más responsable y comprometida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario