EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 22 de julio de 2019

MARÍA MAGDALENA


"El Evangelio de Hoy": Mt 12, 38-42

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver un signo tuyo."
Él les contestó: -Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el de Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La vida de Jesús es una invitación constante al cambio de actitud de sus seguidores, un llamado a la conversión: “Conviértanse que el reino de Dios está cerca”. Estamos acostumbrados a hablar de signos y milagros como grandes y espectaculares acontecimientos que violan todas las leyes de la naturaleza humana y actúan, como por arte de magia sobre la realidad. Jesús ha realizado infinidad de señales y de signos milagrosos del Reino. Sus signos nos hablan del amor que Dios nos tiene y de su infinita misericordia. Sólo si reconocemos este amor de Dios seremos capaces de confiar en él y de cambiar todo lo que nos impide vivir en la alegría y en la paz.

Al igual que la gente sencilla de Galilea estamos invitados a reconocer las señales que Jesús nos ofrece y que nos dejan ver la salvación de Dios. Dejemos nuestros esquemas e intereses a un lado y confiemos en la oferta de Jesús. Vivamos el mandamiento del amor que nos hace tratar a los demás como hermanos y hermanas. Entonces no acusaremos ni juzgaremos sino que perdonaremos y aceptaremos a los otros como Dios nos perdona y anima.


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