EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 2 de mayo de 2018

LA UNIDAD CON JESÚS FRUCTIFICA


“El Evangelio de Hoy”: Jn 15, 1-8

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que deseen, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que den fruto abundante; así serán discípulos míos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Mantenerse unidos a Jesús, a sus prácticas, a sus búsqueda de justicia y a su vida fraterna, nos garantiza frutos de paz, de alegría y salvación. Sin El nada realizaremos. La unión con Jesús no es teórica sino práctica... Unidad no es uniformidad sino seguimiento en el aquí y ahora de nuestra historia. El tiempo pascual nos recuerda que ser testigos de la Resurrección de Jesús es dar vida, dar frutos. Cuando en La Biblia se habla de la viña se está hablando del Pueblo de Dios. Es muy importante la unidad con Jesús para poder tener y dar vida. La vida sólo circula en un cuerpo en el que cada uno vive su función.

La unión con Jesús nos da una fuerza transformadora extraordinaria que nos envía a testimoniar el amor de Dios por el mundo. En medio de las realidades desiguales, violentas, tristes y despersonalizadas que vivimos en muchas partes del mundo, es urgente responder al llamado de Jesús uniéndonos a su misión en favor de un mundo más humano. Estar unidos a Jesús implica asumir el proyecto del Reino de Dios presentado y sostenido por Él. Que hoy y siempre nos ilumine el Espíritu Santo para poder comprender la Palabra de Dios y disponernos a dejar que ésta produzca frutos en nosotros y en nuestra sociedad.

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