EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 21 de febrero de 2018

SIGNOS DE DIOS


“El Evangelio de Hoy”: Lc 11,29-32

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás." Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy como antes los creyentes buscamos milagros fuera de lo ordinario como que nos  obliguen a creer en Dios. Esa ha sido la lógica de todos los pueblos, en todos los tiempos: pedir señales extraordinarias para creerle a Dios. Jesús siente tristeza, y al mismo tiempo rabia, por esa actitud tan infantil del pueblo. Los judíos no aceptan que han estado rodeados de falsos mesías que los han incitado a las armas en nombre de Dios. Jesús responde con algo imprevisto e inimaginable. No habrá una señal irrebatible y poderosa por parte de Dios. Dios no es el “Dios máquina” que interviene en la historia de los hombres imponiendo su poder aterrador. Dios no se mueve en la lógica infantil de los creyentes que necesitan señales o avisos sobrenaturales para actuar con radicalidad. Jesús es la señal de Dios. Su cercanía, su trato humano, su actuación a favor de los menos tenidos en cuenta por la sociedad. Su amor sin límites ni fronteras. Su pasión y su muerte. Pero también su Resurrección. ¿Cuáles señales de fe mostramos a nuestros hermanos y hermanas? Que pasen un día lleno de paz y esperanza.

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