EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

PONERNOS AL SERVICIO DE LA VIDA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 19, 11-28.

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén y se pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negocien mientras vuelvo". Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey". Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez". Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades". El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco". A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades". El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras". Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses". Entonces dijo a los presentes: "Quítenle a éste la onza y dénsela al que tiene diez". Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas". Les digo: "Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, tráiganlo acá y dególlenlo  en mi presencia". Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Para comprender a fondo el mensaje de esta parábola del rey y sus administradores, tenemos que recordar que Jesús nos revela cómo es Dios y cuál es su manera de relacionarse con nosotros. El Creador ha puesto en nuestras vidas una serie de potencialidades que debemos desarrollar y poner al servicio de la vida. De ahí la necesidad de incentivar todo lo que tiene que ver con la creatividad, las inventivas encaminadas a hacer más digna y más humana la vida. No se trata de acumular sino de hacer producir, crecer al servicio de la comunidad.

El Evangelio de Hoy valora la actitud de la diligencia y constancia con la que los administradores encaran las tareas que les ha encomendado el rey, cumpliendo y haciendo producir los bienes que les han encomendado. No olvidemos, por nada del mundo que lo que Dios nos ha dado para administrar es nuestra vida con todas sus posibilidades y todos los dones. Dios no nos pide nada que no podamos realizar. No quiere que produzcamos riquezas sino lo necesario para vivir dignamente.

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