“El Evangelio de Hoy”: Lc 12, 1-7
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, miles y miles de personas se
agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose
primero a sus discípulos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea,
con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay
escondido que no llegue a saberse.
Por eso, lo que digan de noche se
repetirá a pleno día, y lo que digan al oído en el sótano se pregonará desde la
azotea. A ustedes les digo, amigos míos: no tengan miedo a los que matan el
cuerpo, pero no pueden hacer más. Les voy a decir a quién tienen que temer:
teman al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tienen
que temer, les lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues
ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de su cabeza están contados. Por
lo tanto, no tengan miedo: no hay comparación entre ustedes y los
gorriones." Palabra del Señor.
Reflexión
Jesús nos muestra tres puntos de su enseñanza: 1)
Frente a los fariseos que sobrevaloran su propia doctrina y desprecian incluso
lo bueno de otros grupos religiosos, Jesús destaca que es mejor ser que
parecer. 2) El temor de Dios no es en la Biblia un miedo hacia él, sino un
reconocimiento de su poder para afirmar la vida, en particular cuando está
amenazada por la violencia humana. 3) El cristiano, la cristiana debe tener
presente que la memoria de Dios restaura lo que la historia humana sume en el
anonimato.
No concuerdan los valores del Reino con los de la cultura
vigente. Mientras el mundo actual valora la imagen pública, el evangelio exalta
la coherencia íntima; mientras el pensamiento común minimiza la injusticia, el
evangelio advierte sobre el alcance real de la maldad en el mundo. Solo
actuando desde la justicia y la fraternidad que iguala e impulsa, podemos los
cristianos ser un aporte a esta sociedad, humanizando la vida, como lo hace
Jesús.
Nada hay cubierto
que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Hasta nuestros secretos mejor guardados se
revelarán, todo está destinado a venir a la luz. No tenemos por qué tener miedo
de nada ni de nadie, nuestra vida descansa en Jesús y él nos ama hasta dar la
vida por nosotros y recuperarla para nuestra esperanza. Dios quiere a sus hijos
e hijas libres de todo lo que le pueda reducir su libertad. Libre de toda
mentira, de toda hipocresía, libre de toda política clientelista y demagoga,
libre de toda religión que condena y esclaviza, libre de toda economía
despersonalizada…
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