EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 11 de septiembre de 2017

SER BUENA NOTICIA HOY

“El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 6-11

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio." Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús. Palabra del Señor.

Reflexión

Cuando Jesús restablece la salud, la normalidad del brazo de este hombre está ayudándolo a ser persona, a poder ganar su sustento dignamente con su trabajo. Restaurar la capacidad de trabajar es un signo claramente mesiánico y profético que le da de nuevo a la persona el poder de participar de la vida común. Es decir, la sanación es un proceso de liberación que fundamenta la posibilidad de ser libres y de actuar en libertad. Jesús nos sana y nos libera. Todo seguidor de Jesús está llamado a estar a favor de la vida y nunca en contra. Por ello nuestra Iglesia está en contra del aborto, en contra de la pena de muerte, en contra de las guerras y todo tipo de violencia generadora de sufrimientos, duelos y tristezas. Cualquier otra postura sería una contradicción, incluso entre los más conservadores y fanáticos. Por eso sus detractores guardan silencio y Jesús debe interpretar ese silencio a favor de la persona lisiada.

La misión de Jesús es aportar la Buena Noticia. Es buena noticia vivir sanos, libres de enfermedades y preocupaciones enfermizas. Esto no gusta a los fariseos y escribas porque pone en evidencia un sistema que aliena en vez de liberar, que esclaviza en vez de salvar. El peligro es el de cumplir con asuntos religiosos para quedar bien con Dios y que después él nos pague en el más allá. Jesús nos enseña, con hechos y palabras que “Hoy ha llegado la salvación”, no hay que hipotecar el presente por miedo al futuro, hoy podemos ir gustando y disfrutando los beneficios de la presencia del Dios con nosotros. Aunque sabemos que la salvación definitiva es mucho más que la salud del cuerpo, apurémonos por ser eficaces en la práctica de nuestra fe. Seamos remedio a los males que hacen sufrir a quienes nos rodean. Dejemos pasar a través de nosotros el amor de Dios por su pueblo y especialmente a favor de los más necesitados, como lo hace Jesús. 

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