Evangelio de hoy: Mt
10, 7-15
Lectura del santo evangelio según san Mateo
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Vayan y proclamen que el reino de
los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos,
echen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis. No lleven en la faja
oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de
repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando
entren en un pueblo o aldea, averigüen quién hay allí de confianza y quédense
en su casa hasta que se vayan. Al entrar en una casa saluden; si la casa se lo
merece, la paz que le desean vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá
a ustedes. Si alguno no los recibe o no los escucha, al salir de su casa o del
pueblo, sacudan el polvo de los pies. Les aseguro que el día del juicio les
será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»
Palabra del Señor
Reflexión
Resuena la
voz del Señor con un envío que quedará grabado en el corazón de los discípulos:
"Vayan y proclamen". Este mandato explícito y urgente no acepta
excusas ni retardos; requiere una respuesta de disponibilidad y generosidad
para asumir las consecuencias del llamado. El discipulado madura en la
conciencia de ser comunidad para la misión. Los apóstoles son enviados a las
ovejas extraviadas de Israel y entre ellas realizarán la misión según propone
Jesús: la tarea de curar, resucitar, limpiar, echar demonios...
Propuesta
para que la fe tenga siempre como motivación el servicio a la vida: defenderla,
amarla, cuidarla. Para que nuestra fe sea operativa en el modo de rescatar la
vida en el entramado de una sociedad con signos de muerte, de espíritus
inmundos que incitan al egoísmo, a las divisiones y odios, a los desenfrenos, a
las guerras y conflictos, a las injusticias sociales. Una misión a vivirse con
humildad y sencillez, ser mensajeros de paz y testimonios de una vida auténtica
que expresa signos salvíficos de lo que anuncia, anticipando el futuro
que se proclama como triunfo del bien ante los males de nuestro mundo.
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