“El Evangelio de Hoy”: Jn 6,44-51
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie puede venir a
mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último
día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie
haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Se
lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Su padres
comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo,
para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del
cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi
carne para la vida del mundo." Palabra
del Señor.
Reflexión.
Jesús reafirma que Él es el pan de vida. Quienes coman
del nuevo pan de vida plena participarán de la resurrección. Aquí la
resurrección no se entiende, como en la mentalidad de los fariseos, un premio
por el estricto cumplimiento de la ley. Con Jesús la vida en abundancia es
fruto de la configuración con Él y con su proyecto histórico.
Es bueno recordar que participar del proyecto de Jesús es
asimilar los valores de su mensaje, las razones de su lucha, la obediencia
incondicional al proyecto salvador de Dios, y los riesgos que se corren como
consecuencia de un compromiso radical. No se puede ir tras de Jesús sólo por
conveniencia o simple tradición; ésa es la característica de una fe
desencarnada, lejana a toda opción auténticamente cristiana. Participar en este
caso quiere decir estar a la escucha de su voluntad para afrontar nuestra
realidad de hoy buscando transformarla.
En tiempo en que la vida se ve amenazada y se levantan
estructuras injustas fundadas en la mentira y la muerte de los pobres, es más
necesario que nunca optar abiertamente y con radicalidad por la causa de Jesús:
El reino de Dios, donde los seres humanos, especialmente los pobres, tengan
vida en abundancia. Trabajar por la igualdad de condiciones. Comprometámonos en
su seguimiento, superando nuestros miedos y comodidades. Dios nos inspire
confianza y entrega.
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