“El Evangelio de Hoy”: Mt 7, 7-12
Lectura
del santo evangelio según san Mateo:
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Pidan y se les dará, busquen y
encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca
encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de ustedes le pide su hijo
pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente?
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más
su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Traten a
los demás como quieren que ellos les traten; en esto consiste la Ley y los
profetas." Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de Hoy nos plantea otro de los temas
privilegiados de la Cuaresma: la oración. …Cuando oren no sean como los que se
exhiben en público para aparentar… La
vida de oración es fundamental en la manera de ser y de actuar de los
cristianos. Pero qué mal hemos entendido la oración al interior de la Iglesia.
Hemos hecho de la oración o un mero acto intimista de pasividad, de calmar la
conciencia o un acto egoísta de conseguir el favor pretendido. Se nos olvidó
que la oración cristiana está centrada en la vida, anclada en la ética y
comprometida con por la humanización plena y total. No podemos reducir la
oración a una reacción espontánea surgida del miedo.
Es mucho más que un momento antes de irme a
dormir por las noches. La oración cristiana es esencialmente transcendente en
cuanto acto comprometido que nos lanza tras la conquista de lo orado. La
oración es un diálogo íntimo con Dios, pero no es intimista, no puede quedarse
en lo privado, siempre alcanzará a la comunidad. La oración ha de manifestar en
el creyente una vivencia de la presencia de Dios. Orar significa configurar la
vida, mi vida, con Dios. Por tanto, la vida del creyente ha de ser testimonio
del Dios en el que se cree, en el que se ora. La oración mejora progresivamente las personas, les convierte
en buenas, justas, amables, cariñosas, misericordiosas, tiernas, comprensibles,
hacedoras de paz, respetuosas de la diferencia, incluyentes. Oremos confiando
en el Dios que nos ama y nos salva. Dejemos que Jesús sea, una vez más, nuestra
inspiración y guía. Espíritu Santo, ilumínanos.
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