Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
miércoles, 15 de marzo de 2017
SERVIR Y DAR LA VIDA
“El Evangelio de Hoy”: Mt 20,17-28
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a
Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: "Miren,
estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los
sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a
los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer
día resucitará." Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos
con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué
deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten
en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús
replicó: "No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he
de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz
lo beberán; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí
concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre." Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron
contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Saben que
los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será
así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor,
y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el
Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida
en rescate por muchos." Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de Hoy nos habla del anuncio de
la pasión muerte y Resurrección por parte de Jesús. Este anuncio contrasta con
los intereses particulares y mezquinos de sus seguidores que están pensando en
“puestos” y grandezas en la línea de la dominación sobre los demás.Jesús nos recuerda que entre nosotros no debe ser
así. Así no se hace patria, todo lo contrario.
El Camino que nos muestra Jesús es estrecho y
exigente. Nada fácil, en medio de una sociedad que pone el centro de su vida en
el tener, en el tráfico de influencia, la corrupción, el soborno y en el poder
de mando, Jesús nos enseña que estamos llamados y urgidos a ser diferentes, a
poner el acento en el servicio por amor. Dios nos proteja e ilumine para creer
en el proyecto de Jesús y trabajar por él.
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