“El Evangelio de Hoy”: Lc 10, 1-12.1720
Lectura del santo evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y
dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares
adonde pensaba ir él. Y les decía: - “La mies es abundante y los obreros
pocos: rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse
en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven
talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el
camino. Cuando entren en una casa, digan primero: «Paz a esta casa», y,
si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes.
Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan: porque el obrero
merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los
reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan:
«Está cerca de ustedes el Reino de Dios». Cuando entren en un pueblo y
no los reciban, salgan a la plaza y digan: «Hasta el polvo de su pueblo, que se
nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan
que está cerca el Reino de Dios». Les digo que aquel día será más
llevadero para Sodoma que para ese pueblo.” Los setenta y dos volvieron
muy contentos y le dijeron: - “Señor, hasta los demonios se nos someten
en tu nombre.” Él les contestó: - “Veía a Satanás caer del cielo
como un rayo. Miren: les he dado potestad para pisotear serpientes y
escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no les hará daño alguno. Sin
embargo, no estén alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres
porque sus nombres están inscritos en el cielo.” Palabra del Señor
Reflexión
Jesús envía a
sus discípulos por las comunidades de Galilea como «corderos en medio de lobos». Nuestra Iglesia de hoy necesita muchos corderos que amen, comprendan y orienten a las comunidades hacia la fraternidad. Ya tenemos suficientes amenazas y conflictos en nuestro mundo. No podemos, desde la Iglesia, alimentar agresividades ni rencores o resentimientos pues ese no era el estilo de Jesús. Lo «primero» que han de comunicar los discípulos de Jesús al entrar en una casa es «Paz a esta casa». La paz es la primera señal del reino de Dios. Si la Iglesia no introduce paz en la convivencia, los cristianos estaríamos anulando de raíz nuestra misión.
«No llevaréis talega ni alforja ni sandalias». Los seguidores de Jesús estamos llamados a vivir sin acumular riquezas ni nada que nos estorbe a la hora de comunicar la Buena Noticia. Nuestro testimonio ha de ser de sencillez y de humildad para poder mostrar una imagen creíble del evangelio. Todos y todas podrán ver plasmada en nuestra manera de vestir y en todo lo que poseamos, que nuestra opción es por los más necesitados. Jesús piensa en lo que no debe acompañar a un discípulo suyo para evitar quedarse lejos de los necesitados. Cada uno hemos de revisar con humildad qué nivel de vida, qué comportamientos, qué palabra, qué actitud nos identifican con los últimos. Y Cómo estamos viviendo nuestro
seguimiento de Jesús, de acuerdo a las instrucciones del evangelio de hoy.
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