Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
lunes, 9 de noviembre de 2015
SOMOS TEMPLOS DE DIOS
“El Evangelio de Hoy”: Jn 2,13-22
Lectura del santo evangelio según san Juan
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a
Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas
y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y
los echó a todos del templo; junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las
monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas:
«Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio». Y
sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: «El celo por tu casa me
consumirá». Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar
así?» Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a
levantar». Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años
para construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él se
refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos
recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra
que había pronunciado. Palabra del Señor.
Refñexión
La Iglesia celebra hoy la “Dedicación
de la Basílica de Letrán”. La Basílica de Letrán fue construida por orden del
emperador Constantino hacia el año 324. Se la llama "de Letrán" por
el lugar donde se encuentra dentro de Roma. Su nombre completo es Basílica de
san Juan de Letrán, porque el baptisterio está dedicado a los santos Juan
Bautista y Juan Evangelista. Fue la sede oficial del Papa- desde el siglo IV
hasta el siglo XIV. Todavía hoy sigue siendo la catedral de Roma, sede del
obispo en quien el Papa delega la atención pastoral de la diócesis de Roma.
Esta fiesta comenzó a celebrarse en el siglo XII.
Sabemos que las religiones han
tenido y tienen un lugar destinado al culto: llámense iglesia, templo,
sinagoga, mezquita... Este lugar concreto del culto comunitario a Dios -ya sea
una espléndida basílica o una simple capilla- es el lugar de reunión, de
encuentro y de celebración que nosotros construimos para la liturgia. En
nuestras iglesias celebramos la acción de gracia a Dios que nos da la vida y
nos acompaña. Es el lugar dispuesto y consagrado para el culto. Aquí nos
encontrarnos con los hermanos y hermanas con quienes celebramos
comunitariamente, escuchamos la Palabra de Dios y vivimos la comunión
eucarística.
l Evangelio de Hoy nos ayudan a
bien encuadrar el sentido de celebrar la dedicación de una iglesia: Somos
llamados a ser casa, morada, lugar donde habita Dios. El "'lugar" del
culto es importante, pero no es lo único. La primacía la tiene el espíritu, la
fe, el corazón. El culto que profesamos a Dios, aquí en el templo, hay que
trasladarlo a la vida. El culto verdadero -en espíritu y verdad- tiene dos
direcciones: Una vertical que va de Dios al hombre y del hombre a Dios, y otra
horizontal, que va del creyente y de la comunidad a las demás personas, a la
vida, en solidaridad fraterna con los demás.
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