“El Evangelio de Hoy”: Lc 11, 37-41
Lectura
del santo evangelio según san Lucas:
En aquel
tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa.
Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se
lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos,
limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y
maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den
limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo." Palabra del Señor.
Reflexión
¿Qué significa
dar de lo de dentro? Me parece que es el don espiritual, el testimonio de vida,
la coherencia entre lo que creemos y lo que somos y hacemos de cara a los demás.
Ser puros no significa estar limpios por fuera, haberse bañado bien y
perfumado. Para los fariseos, la pureza y el estado de gracia, la bondad, estaba puesto en la observancia
literal de la ley, especialmente lo referente al culto, a los ritos y, sobre
todo, en costumbres de higiene.
“Den más bien
en limosna lo que tienen y entonces todo será puro para ustedes”. Para ser fiel
a lo que Dios pide de nosotros no basta observar sólo la letra de la ley. Esto
sería lo mismo que limpiar el vaso o el plato por fuera y dejar el interior
lleno de suciedad: robo y maldad. No basta no matar, no robar, no cometer
adulterio, no jurar. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá
de la letra, va hasta la raíz y arranca desde dentro de sí los deseos de “robo
y de maldad” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. En el
fondo, toda organización ética, moral,
política y religiosa debe hacerse a favor de la vida integral de toda la
Creación de Dios. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor.
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