EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 4 de septiembre de 2015

... ENTONCES AYUNARAN ...

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 5, 33-39

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y los letrados: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les contestó: "¿Quieren que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán". Y añadió esta comparación: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo". Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy, como cada primer viernes del mes, hacemos memoria del amor que Dios nos tiene y de cómo ese amor es capaz de salvar, de perdonar y liberar a la humanidad. Es en el amor, en la sinceridad de corazón y en la fraternidad que posibilita la justicia, donde Jesús centra el mensaje de su buena noticia. Dios nos ama tanto que es capaz de cualquier cosa por salvarnos. Y esta salvación la expresa Jesús a través de signos a favor de la vida de la gente: sanando de dolencias y enfermedades, liberando de ataduras dolorosas y reduccionistas, y alegrando con su presencia y acogida a todo el que entra en contacto con él en los caminos de Galilea hasta Jerusalén.

La cuestión del ayuno resulta extraña en nuestros días. Más allá de una tradición para tiempos de Cuaresma y Semana Santa, no existe mayor práctica del ayuno. Para la sociedad religiosa de los tiempos de Jesús el ayuno tenía carácter de ley. Era una manera de purificarse para acceder a Dios. Por el contrario, los discípulos de Jesús comían y bebían; y eso suponía contradecir los preceptos de pureza de su sociedad. La respuesta de Jesús fue siempre la misma: no es lo que entra por la boca lo que hace impuro a las personas, sino lo que se alberga en su corazón. Ésta es la novedad que establece Jesús, y esa novedad supone un cambio de hábitos, un cambio de comportamiento, supone odres nuevos.

Nos daremos cuenta de que estamos viviendo la novedad del Evangelio de Jesús cuando importanticemos a nuestros hermanos y hermanas, cuando busquemos de manera activa, promover el bien y combatir el consumismo alienante que no nos permite vivir los valores vividos y propuestos por Jesús. Ánimo! Jesús es el Novio, él está con nosotros y no nos pide ayunos, nos invita a compartir nuestro pan. Este primer viernes del mes de septiembre no olvidemos el amor que Dios nos tiene y sigamos reconociéndolo y  creyendo en él.

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