EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 11 de mayo de 2015

EL ESPÍRITU SANTO NOS PERMITE DAR TESTIMONIO

“El Evangelio de Hoy”: Jn 15, 26-16,4a

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga el Defensor, que les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también ustedes darán testimonio, porque desde el principio están conmigo. Les he hablado de esto, para que no tambaleen. Les excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que les dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, se acuerden de que yo se lo había dicho." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús nos conoce bien. Sabe que solos no avanzaremos gran cosa en su seguimiento. Por eso nos regala el Espíritu Santo, que es la presencia de Dios en nuestra vida pero de manera invisible, en nuestro interior. Si queremos disfrutar de su fuerza, tendremos que dejarnos conducir por él, acoger con alegría sus dones e inspiraciones. Es precisamente esa la única manera de dar testimonio como Jesús, hasta dar la vida por amor. Es el Espíritu Santo quien conduce el testimonio de amor de Jesús. Ese mismo Espíritu guiara el testimonio de sus discípulos para poder continuar la misión de Jesús. Dejarse llenar del Espíritu es la clave para resistir las dificultades y atravesar los momentos de mayores problemas.

Cuando no sintonizamos con el Espíritu, cuando no somos capaces de vivir el mandamiento del amor fraterno, al estilo de Jesús; entonces ante cualquier dificultad soltamos nuestra fe en banda y comenzamos a mentir y a reaccionar de todas maneras menos como seguidores de Jesús. Eso es la falta de testimonio. Sin testimonio, todo lo que hagamos carecerá de credibilidad. El testimonio del amor es lo único que permitirá a las comunidades sostenerse en los tiempos de crisis.

Nuestro defensor, el Espíritu Santo no nos obliga, nos inspira, nos recuerda la verdad y la presencia perpetua de Jesús en nuestra vida. No olvidemos que Jesús vino para que tengamos vida en abundancia. Demos gracias a Dios por su amor y aceptemos el Espíritu Santo como el gran regalo de Dios. 

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