EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 18 de enero de 2015

DAR TESTIMONIO DE NUESTRO ENCUENTRO CON JESUS

"El Evangelio de Hoy": Jn 1,35-42

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscan?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Vengan y lo verán." Entonces fueron, y vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)." Palabra del Señor.

REFLEXION

 Hoy celebramos en segundo domingo del Tiempo Ordinario. Es tiempo de dar testimonio como Iglesia ante la revelación del amor de Dios. Conociendo de boca y de la prác tica de Jesús, el verdadero rostro de Dios, somos llamados a vivir siguiendo su ejemplo y enseñanza. Por eso nos encontramos a Juan Bautista dando testimonio de Jesús como Hijo de Dios, como salvador que viene a aportar el amor y a quitar el pecado del mundo. Le Jesús mostrando su realidad sencilla y transparente a los discípulos de Juan que le siguen entusiasmados por el testimonio de Juan. A partir de ahí es Andrés quien da testimonio de Jesús... Hoy somos nosotros quienes tenemos la oportunidad de descubrir el amor que Dios nos tiene revelado en la persona de Jesús y de responder como Juan, Jesús y Andrés, dando testimonio de nuestra experiencia de Dios.


Jesús nos invita a seguirlo fijándonos bien en él, en su manera de vivir y de tratar a la gente, en su forma de hablar de Dios y con Dios, en su acogida a los hombres y mujeres que va encontrando en los caminos de Galiléa hasta llegar a Jerusalén y siguiendo hasta hoy a nosotros.. Es nuestra oportunidad de decir como María de La Altagracia, cuya novena estamos celebrando, yo soy la servidora, el servidor del Señor, hágase en mi según tu Palabra. Si buscamos a Jesús él se deja encontrar. Nada podemos hacer sin un encuentro personal con él donde nos muestre su amor y su trato y su invitación a continuar su propia misión. Buen domingo. Enriquecedora Fiesta de La Altagracia el próximo miércoles.  

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