EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 18 de noviembre de 2013

¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?


 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 18,35-43
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno." Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!" Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" Él dijo: "Señor, que vea otra vez." Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado." En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.
 
REFLEXIÓN
 
Jesús no vino al mundo a sentarse en un trono o en un altar para que lo fueran a ver y a adorar. Su vida se pasa en los caminos de Galilea y en la ruta que lleva a Jerusalén. En estos caminos se deja ver y encontrar por todos y todas los que guardan la esperanza de una vida mejor. Hoy nos encontramos nuevamente con este ciego de Jericó ansioso de luz y de vida sana.  Jesús le pregunta "¿Qué quieres que haga por ti?" Él dijo: "Señor, que vea otra vez." Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado."  Creo que esa misma pregunta puede ser oída por nosotros cada vez que sentimos una necesidad profunda en nuestra ruta hacia la realización plena. Jesús ha venido al mundo para que tengamos vida en abundancia.
El asunto es que viendo, muchas veces permanecemos ciegos y no reconocemos a Jesús que se hace visible a través de los hermanos y de los acontecimientos cotidianos. Somos invitados a reconocer a Jesús y su poder amoroso de hacernos avanzar en nuestras búsquedas cotidianas. Yo se que existen cientos de obstáculos que atentan contra la posibilidad de acercarnos a Jesús y a su propuesta, pero no olvidemos que él permanece cerca para  renovar nuestra esperanza y las fuerzas que nos hacen ver y disfrutar la vida con todos sus colores. El Evangelio de Hoy nos enseña que no hay problema invencible. Jesús está pasando por nuestras vidas y se deja ver a través de nuestros hermanos y hermanas, no lo ignoremos, gritémosle nuestros deseos y necesidades. Amén.

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