“El Evangelio de Hoy”: Lucas 11,37-41
Lectura del santo
evangelio según san Lucas:
En
aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su
casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no
se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Ustedes, los
fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de
robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de
dentro? Dan limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La vida de los fariseos estaba
organizada con todo un cúmulo de leyes, normas y preceptos que había que
cumplir meticulosamente para gozar de la bendición de Dios y la convivencia
social. El texto del Evangelio de Hoy es
un enfrentamiento directo y sin rodeo a esta manera de vivir la relación con
Dios y los hermanos y hermanas. A pesar de haber sido invitado, con lo que eso
supone de cortesía y delicadeza, Jesús sabe que los fariseos lo observaban para
encontrarle faltas y poder criticarlo. Jesús está empeñado en anunciar una
forma de vivir la fe que contribuya al crecimiento humano, a la dignificación
de las personas y de toda la creación de Dios. Por eso es capaz de hablar y
hacer señalamientos radicales para impactar directamente en la práctica de sus
anfitriones. Jesús no cumplió con la regla de lavarse las manos, pero los
fariseos son ladrones, insensatos y maliciosos, aún teniendo las manos limpias
y cumpliendo con lo formal de la ley. La denuncia es tremendamente radical y
temeraria, desestabilizadora del sistema de pureza legal y social, que centraba
su atención en las cosas insignificantes y olvidaba los grandes males sociales.
Nosotros también vivimos nuestra fe bajo un código eclesial y comunitario no
siempre centrado en las personas y sus necesidades. No olvidemos, por nada del
mundo, que la gloria de Dios es la vida de las personas (San Ireneo). No nos
conformemos con dar cositas en limosnas para acallar nuestras conciencias,
vayamos al fondo de la cuestión: vivamos la solidaridad y la justicia como
muestra de fraternidad y de apego a la vida de Jesús. Vivamos de corazón y así
estaremos “limpios” por dentro y por fuera.
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