EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 17 de octubre de 2013

RENDIR CUENTAS ANTE DIOS Y ANTE EL PRÓJIMO


“EL evangelio de Hoy”: Lucas 11,47-54
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, dijo el Señor: "¡Ay de ustedes, que edifican mausoleos a los profetas, después que sus padres los mataron! Así son testigos de lo que hicieron sus padres, y lo aprueban; porque ellos los mataron, y ustedes les edifican sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán"; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, se lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley, que se han quedado con la llave del saber; ustedes, que no han entrado y han cerrado el paso a los que intentaban entrar!" Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras. Palabra del Señor.
 
REFLEXIÓN
Las Iglesias, las comunidades y los responsables de sus ministerios o servicios deben su existencia al total de sus miembros y a toda la sociedad. No existen para el auto servicio sino para servir a los demás y posibilitar el crecimiento en la fe y en la dignidad humana. Jesús vive el conflicto con los grupos que aparentemente realizan un trabajo religioso a favor de su pueblo pero que, sin embargo, la realidad es diferente. En vez de responder positivamente a las profecías de los enviados de Dios, lo que hacen es quitarlos de en medio porque le dañan sus negocios. Dios nos a creado con memoria histórica y no la debemos echar a perder. El hilo conductor de la revelación de Dios a la humanidad, nos habla de un Dios amor, sensible al sufrimiento y al clamor de su pueblo, que “baja” para liberarlo. Entonces nuestras comunidades y sus responsables, líderes o servidores no pueden ser ni vivir su misión de otra manera que no sea el de servir amorosamente a sus comunidades. Cuando matan, cuando quitan entusiasmo y maltratan a sus iglesias, se sitúan completamente fuera de la fe. Esta es la cuenta que tiene que rendir cada ser humano ante Dios y ante la historia. Por eso, las iglesias no pueden apoyar no hacerse cómplices de quienes cometen abusos, violaciones y crímenes contra niños, jóvenes o adultos, dentro o fuera de sus comunidades.  Somos responsables de la vida, nuestras experiencias deben servir a la dignificación de la vida. Nuestros saberes deben rendir la vida más humana y alegre para que la gente acceda a la realización, a la salvación de Dios. Somos llamados a la misión de servir, de posibilitar de abrir caminos de vida. Seamos receptivos ante la palabra de Dios. Amén.

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