“El Evangelio de Hoy”: Lucas 4,31-37
Lectura del santo
evangelio según san Lucas:
En
aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba
a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con
autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se
puso a gritar a voces: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has
venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios." Jesús le
intimó: "¡Cierra la boca y sal!" El demonio tiró al hombre por tierra
en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban
estupefactos: "¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a
los espíritus inmundos, y salen." Noticias de él iban llegando a todos los
lugares de la comarca. Palabra del Señor.
Reflexión
Ya
Jesús lo había mostrado con claridad y decisión, su misión sería la de anunciar
la Buena Noticia a los necesitados. Eso es lo que hace sanando y liberando, en
medio de una sociedad enferma que margina a los pobres y excluye a los sin
prestigio social. Es esta manera de reaccionar frente a los problemas de la
gente lo que hace brotar la admiración y el reconocimiento de su “autoridad”. Debemos
sospechar que “la gente” seguía a Jesús, no sólo por su palabra, sino también
por la posibilidad de curación, reconocimiento y aceptación, tal como sucede en
nuestras comunidades y parroquias. No podemos echar en cara a los hambrientos
que vengan detrás de qué comer. En este contexto, la sanación del hombre
endemoniado es la manifestación de la llegada del Reino de Dios. ¡Cuántas de
nuestras pastorales no cuentan con personas que hayan encontrado acogida,
sanación y dignidad en ellas! Es ante el sistema de empobrecimiento y exclusión
que reacciona Jesús aportando signos de liberación t salvación. Toda sanación
no es sólo manifestación de la acogida del Reino; es también signo profético de
denuncia de un sistema basado sobe la injusticia y la exclusión. ¿Cuántos
pueden hoy darse el lujo de buscar salud en los hospitales públicos y privados
con los precios de las atenciones médicas y de los medicamentos? Seguimos
siendo llamados por Jesús a seguirle, buscando remedio a los males de nuestro
tiempo. Que el Espíritu Santo nos ilumine para que echemos los demonios que nos
atormentan en nuestra época, muy especialmente los demonios de la indiferencia, de la inseguridad y de las guerras.
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