“El Evangelio de Hoy”: Mateo 10,16-23
Lectura del santo
evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus apóstoles: "Miren que les mando como ovejas entre lobos; por
eso, sean sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no se fíen de
la gente, porque los entregarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas
y les harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán
testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando los arresten, no se preocupen
de lo que vais a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que
tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre
hablará por ustedes. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten,
los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los
matarán. Todos los odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se
salvará. Cuando les persigan en una ciudad, huyan a otra. Porque les aseguro
que no terminarán con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del
hombre." Palabra del Señor.
Reflexión
Si no existe una
diferencia clara entre quienes siguen a Jesús y el resto de la humanidad es que
en el fondo no lo estamos siguiendo de verdad. Conocemos muy bien todos los
tipos de lobos que se han desarrollado a través de la historia de la humanidad.
Incluso hemos llegado a afirmar que el hombre es lobo para el hombre. La
sociedad de consumo, la búsqueda de bienestar, el capitalismo salvaje y el
dominio del mercado neoliberal, han sumido la sociedad actual en un escenario
frío y desalmado en medio del cual, quienes seguimos a Jesús debiéramos marcar
una diferencia clara y radical. El envío
como ovejas en medio de lobos es una manifestación del ambiente adverso en que
Jesús, y luego las comunidades cristianas, realizan su proyecto. Lobos
depredadores de la paz, de la justicia, de la tierra de los agricultores, de
las ovejas de los pastores y del producto de los pescadores. Lobos que
representan a las autoridades religiosas y políticas en Israel y a todas las
organizaciones y personas que anidan en su corazón intereses de poder y de
dominio sobre sus hermanos. La realización del mandato misionero puede
terminar en persecuciones, calumnias y degradaciones. Ésa fue la suerte de los
apóstoles y de las primeras comunidades. Conocemos también a miles de mártires de
nuestra época que no han temido a entregar sus vidas en defensa de los
necesitados. El súper poder de los lobos de ayer y de hoy, capaces de promover
sus intereses e imponerlos a base de dinero y de injusticias, frente a las ovejas
mansas y desprovistas, constituyen un gran reto para los cristianos y
cristianas de hoy. Estamos obligados a incentivar la creatividad, la audacia y
a la irrestricta confianza en el Espíritu del Resucitado, quien nos revelará
las palabras y los gestos a mostrar para vivir nuestra misión mística y profética
en medio de nuestra realidad.
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