“El Evangelio de Hoy”: Mateo 7,21-29
Lectura del santo evangelio según
san Mateo:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo
el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino
el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos
dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre
echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo
entonces les declararé: "Nunca los he conocido. Aléjense de mí,
malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica
se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la
lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la
casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha
estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio
que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron
los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente." Al
terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque
les enseñaba con autoridad, y no como los escribas. Palabra
del Señor.
Reflexión
Mateo recoge una parábola en la que subraya que ser cristiano es «escuchar»
y «poner en práctica» las palabras que vienen de Jesús. No hay otra manera de
construir una Iglesia de seguidores ni un mundo mejor. Si no se da esto,
nuestro cristianismo es «insensato». No tiene sentido. Esto es lo primero que
hay que cuidar en la comunidad.
La parábola es una grave advertencia y nos obliga a preguntarnos si
estamos construyendo la Iglesia de Jesús sobre roca, escuchando y poniendo en
práctica sus palabras, o si estamos edificando sobre arenas inseguras que no
poseen la solidez ni la garantía del evangelio.
El Evangelio nos invita a hacer
un examen de conciencia en nuestras comunidades y en la Iglesia, a todos los
niveles, para cuestionar falsas seguridades y poner nombre concreto a la falta
práctica de Evangelio. No basta confesar a Jesús «Señor», «Señor» si no hacemos
la voluntad del Padre, si no amamos, sirviendo a los más empobrecidos por las
prácticas globales antievangélicas y antihumanas que la sociedad ha adoptado.
Es hora de cambiar nuestra manera de practicar la fe, tenemos que apuntar hacia
la transformación de todo lo que disminuye o lesiona la vida. Así lo hizo Jesús
actuando con autoridad. Nosotros somos sus seguidores, debemos ser sus
continuadores en el hoy de nuestra historia. Que Nuestra Señora del Perpetuo
Socorro interceda por nosotros y nos inspire el modo de aceptar el amor de Dios
e ir a socorrer a nuestros hermanos y hermanas. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario