Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
sábado, 1 de junio de 2013
¿CON QUÉ AUTORIDAD?
“El Evangelio de Hoy”: Marcos 11,27-33
Lectura del santo evangelio según san Marcos:
En aquel tiempo, Jesús y
los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le
acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron:
"¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?"
Jesús les respondió: "Les voy a hacer una pregunta y, si me contestan, les
diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de
los hombres? Contéstenme." Se pusieron a deliberar: "Si decimos que
es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le han creído?" Pero como digamos
que es de los hombre..." (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba
convencido de que Juan era un profeta.) Y respondieron a Jesús: "No
sabemos." Jesús les replicó: "Pues tampoco yo les digo con qué
autoridad hago esto." Palabra del
Señor.
Reflexión
En el evangelio de hoy Jesús se enfrenta a las autoridades del pueblo.
Ellos pretenden restarle importancia ridiculizando sus acciones en el Templo.
Jesús había expulsado a los cambistas y a los vendedores del Templo de
Jerusalén y pidió respeto para ese lugar de oración. Las autoridades mantenían
el dominio de la casa de Dios a base de normas rígidas e impuestos exagerados
que constituían una gran carga para los humildes. Con sus preguntas a Jesús, tratan
de cuestionar su origen humilde, su reconocimiento como profeta y su prestigio
ante el pueblo.
Jesús responde con otra pregunta, tan aguda como inesperada. Les plantea un
dilema, que desarma las pretensiones de los grupos oficiales y recupera el
valor de Juan Bautista, un hombre muy significativo para el pueblo. Ojalá no
deba el Señor cuestionarnos también a nosotros por no haber escuchado el
mensaje de sus profetas de hoy. El valor profético del Bautista le viene de su
fe y es reconocido por las mujeres y los hombres de fe.
La humanidad de Jesús revela su autoridad: "Jesús fue tan profundamente
humano, que un humano así sólo podía ser Dios". Los cristianos seremos
ante el mundo gente con autoridad cuando nuestra experiencia del Dios de Jesús
transforme nuestro entorno mediante un estilo de vida como el de Jesús. Una
vida profundamente coherente, libre, con sentido crítico, arriesgada,
apasionada por la verdad y la justicia, de hondas convicciones y llena de
madurez y de equilibrio... puesta al servicio de los demás, especialmente de
los más necesitados en todos los sentidos de la palabra.
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