EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 17 de mayo de 2013

JESÚS AMA, SANA, PERDONA Y ENVÍA


“El Evangelio de Hoy”: Juan 21,15-19

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis corderos." Por segunda vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le contesta: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Él le dice: "Pastorea mis ovejas." Por tercera vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: "Sígueme."  Palabra del Señor.


Reflexión


Los evangelios nos presentan a Pedro como un líder entre los discípulos de Jesús. Siempre responde adecuadamente a las cuestiones de Jesús y se presenta dispuesto a ir más allá que cualquier otro. Pero sabemos también que durante el proceso seguido a Jesús que lo condena a la muerte en la cruz Pedro lo ha negado tres veces. En este corto diálogo Pedro responde tres veces sí a la misma pregunta hecha por Jesús: ¿me quieres? Y por tres veces, Jesús le encomienda la misma tarea apacienta mis ovejas. Jesús utiliza la pregunta como un elemento didáctico que le enseña a Pedro sobre dos cuestiones: la primera, sanar las heridas del mismo Pedro por la triple negación; la segunda, le enseña que él, quien en diferentes momentos ha querido destacarse como líder del grupo de los Doce y de la comunidad, debe asumir su papel de discípulo; y ser discípulo es amar y servir a la comunidad. Él como líder debía comprender que dar la vida por el Reino implica aceptar y comprender el amor y el perdón ofrecido por Jesús. Cuando fallemos en nuestro camino, recordemos que ahí está Jesús para perdonarnos y hacernos crecer desde el amor que nos tiene. Apliquemos la misma actitud frente a nuestros hermanos y hermanas cuando fallan frente a nosotros. Y aprendamos a sanar nuestras heridas y a perdonarnos a nosotros mismos.

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