EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 15 de marzo de 2013

EL RECONOCIMIENTO DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Juan 7,1-2.10.25-30 Lectura del santo evangelio según san Juan: En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues miren cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocen, y conocen de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése ustedes no lo conocen; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Reflexión Los hombres y mujeres que se dejan impulsar por el Espíritu de Dios son personas extraordinarias capaces de vivir en contracorrientes en medio de una sociedad guiada por intereses ajenos al proyecto de Dios. No todas las personas que cohabitan con un profeta tendrán la capacidad de reconocerlo como tal. Todo lo contrario, o lo verán como un loco o loca, o lo acusarán de comportamiento antisocial y hasta de blasfemo como sucedió con Jesús y tantos otros a lo largo de nuestra historia. Jesús asume su responsabilidad frente a la historia. Comprende que su papel es importante y crucial frente a los sistemas de muerte que imponían la religión hipócrita e inmoral del judaísmo y el sistema egoísta y opresor del imperio romano. Dios no le ahorró a Jesús la angustia, el dolor, la soledad, el llanto, la duda, ni siquiera la muerte. Nosotros no podemos pretender hoy, obedecer a Dios y ser elogiados, comprendidos y amados por la mayoría de nuestros contemporáneos. Estamos llamados a asumir el cristianismo con la radicalidad que implica el seguimiento de Jesús. Pero sobre todo hemos de saber que seguir el proyecto de Dios al estilo de Jesús, no es esperar que Dios solucione nuestros problemas; por el contrario, es echarnos un problema más complejo encima. En eso consiste el verdadero seguimiento de Jesús. Pero Jesús supo, y nosotros debemos saber, que Dios no abandona a sus hijos e hijas sino que le acompaña y le salva. Buen viernes.

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