Lectura
del Santo Evangelio según San Marcos:
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la
sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho,
para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la
parálisis: "Levántate y ponte ahí en medio." Y a ellos les preguntó:
"¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la
vida a un hombre o dejarlo morir?" Se quedaron callados. Echando en torno
una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre:
"Extiende el brazo." Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto
salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos
el modo de acabar con él. Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de Hoy
nos sigue mostrando a Jesús entrando en conflicto te con el poder religioso y
político de su tiempo. La causa de estos encontronazos sigue siendo la misma:
la opción de Jesús por los necesitados, empobrecidos y excluidos aun por encima
o en contra de la ley y de las instituciones religiosas. El hombre de la mano
paralizada simboliza la “parálisis” de las sinagogas que no promueve a las
personas ni las impulsa hacia la salud, la alegría y la realización como personas
y comunidades. La sinagoga es el lugar de la oración y de la instrucción de los
Rabinos al pueblo.
Cuando a las leyes,
normas y ritos les damos más importancia que a las personas estamos perdiendo
el sentido de la vida y olvidando la práctica y la enseñanza de Jesús. El día
de reposo, sábado para los judíos y domingo para los cristianos, es para servir
a la vida, hacer memoria de lo que somos y retomar fuerzas para seguir adelante
en medio de las dificultades y las realizaciones. Es para vivir nuestra relación
con Dios y con nuestros hermanos, renovando la alegría y la esperanza. No
olvidemos nunca que la mejor manera de servirle a Dios es asistiendo a nuestros
hermanos y procurando mejor vida para todos y todas. Amén.
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