EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 10 de julio de 2012

JESUS ENSEÑA A VIVIR EL APOSTOLADO

“El Evangelio de Hoy”: Mateo 9, 32-38

Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó el demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: "Nunca se había visto en Israel cosa igual". En cambio, los fariseos decían: "Este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios". Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, "como ovejas que no tienen pastor". Entonces dijo a sus discípulos: "La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies". Palabra del Señor.

Reflexión
Sin que dependa totalmente de nosotros, nuestro aporte es muy importante en la construcción del Reino de Dios. Nuestro testimonio y compromiso a favor del Reino, a favor de la humanización, a favor de la justicia, el derecho que hará posible la fraternidad, ayudará a otros a dar el paso y optar por el modo de vida cristiano y unirse a las comunidades para dejar ver los signos de la presencia de Dios salvando.
Una vez más recordamos que nuestra misión es la misión de Jesús. La misión de Jesús estuvo caracterizada en esta segunda etapa por cuatro acciones: recorrer, enseñar, proclamar y sanar. Todas y cada una de ellas lo diferenciaban de los maestros y de los movimientos religiosos y sociales de esa época. Pero tal vez lo más característico fue su preocupación y cuidado del pueblo pobre, comparado con un “rebaño sin pastor”. Cada cual se preocupaba de cumplir la ley, pero sin vincularla a la vida real y cotidiana de la gente. Jesús se preguntaría ¿A dónde va este pueblo? ¿Por qué su situación? ¿Quién le ayuda a mantener la memoria de la alianza con Dios? ¿Dónde está Dios y qué está haciendo a favor de su pueblo. Y el mismo Jesús es la respuesta, con su manera de ser y vivir.

Cuando Jesús vive un signo, una curación, un “milagro”, una aproximación a alguien necesitado, está anunciando que Dios está presente y actuando a favor de los necesitados. Dios no está ausente. La religión no es sólo ritos y culto formal, es también y sobre todo, respuesta a las necesidades. Esto es parte de la salvación, en espera de la definitiva. Es lo que nos enseña esta parte del Evangelio de mateo, llamada, “discurso llamado apostólico” con el que instruye a sus seguidores en la atención y cuidado de la gente y sus necesidades. Así, las personas perciben en Jesús y su grupo una esperanza. Hoy somos nosotros quienes tenemos el desafío de los apóstoles: dejarnos formar por las enseñanzas de Jesús y vivir nuestra fe como un seguimiento de él y su causa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario