“El Evangelio de Hoy”: Juan 16,16-20
Lectura del santo evangelio según san
Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: "Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me
volverán a ver." Comentaron entonces algunos discípulos: "¿Qué
significa eso de "dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me
volverán a ver", y eso de "me voy con el Padre"?" Y se
preguntaban: "¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que
dice." Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: "¿Están
discutiendo de eso que les he dicho: "Dentro de poco ya no me verán, pero
poco más tarde me volverán a ver"? Pues sí, les aseguro que llorarán y se
lamentarán ustedes, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes,
pero su tristeza se convertirá en alegría." Palabra del Señor.
Reflexión
Qué bueno creer en esta promesa de Jesús
de que nuestra tristeza se convertirá en
alegría. Hay mucha gente esperando el cumplimiento de esta promesa. Claro que
también hay muchos testimonios vivientes
de personas por todo el mundo que nos cuentan cómo ha cambiado su vida,
cuanto ha cambiado su vida. Y la alegría y gratitud sentida hacia Dios y las
gentes. No olvidemos que en estos textos
del evangelio de San Juan Jesús se está despidiendo de sus discípulos a los que
le promete enviarles al Espíritu Santo que le acompañará e iluminará en lo
adelante en su misión de anunciar el Reino.
Hay muchas personas que creen que
nacieron para sufrir, para la tristeza eterna pero eso no es verdad. Ciertamente en la vida nos llegan muchas
situaciones desagradables y sufrientes, enfermedades, problemas, la muerte. El Evangelio
de Juan plantea esta realidad como camino obligatorio para seguir radicalmente
al Maestro, ya que, para producir fruto abundante, la semilla tiene que morir;
por tal razón Jesús habla sobre su propia muerte, advierte a sus discípulos que
la tristeza los invadirá; pero los alienta diciéndoles que no será duradera,
pues él vendrá prontamente. Su entrega total a la humanidad fue recompensada
por Dios con la resurrección.
La mejor manera de creer en esta promesa
de Jesús es siguiendo sus pasos, viviendo a su estilo en medio de nuestra
realidad. El servicio, el amor fraterno y la entrega total a los más débiles y
marginados de la sociedad es el camino correcto para seguir a Jesús; la vida
del cristiano debe ser un constante morir para dar vida a los demás y así experimentar
y disfrutar plenamente la alegría del Reino. Que el Espíritu Santo nos llene de
su sabiduría para vivir este evangelio.
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