EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 17 de mayo de 2012

SU TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 16,16-20

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver." Comentaron entonces algunos discípulos: "¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver", y eso de "me voy con el Padre"?" Y se preguntaban: "¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice." Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: "¿Están discutiendo de eso que les he dicho: "Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver"? Pues sí, les aseguro que llorarán y se lamentarán ustedes, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría." Palabra del Señor.

Reflexión
Qué bueno creer en esta promesa de Jesús de  que nuestra tristeza se convertirá en alegría. Hay mucha gente esperando el cumplimiento de esta promesa. Claro que también hay muchos testimonios vivientes  de personas por todo el mundo que nos cuentan cómo ha cambiado su vida, cuanto ha cambiado su vida. Y la alegría y gratitud sentida hacia Dios y las gentes. No olvidemos que  en estos textos del evangelio de San Juan Jesús se está despidiendo de sus discípulos a los que le promete enviarles al Espíritu Santo que le acompañará e iluminará en lo adelante en su misión de anunciar el Reino.

Hay muchas personas que creen que nacieron para sufrir, para la tristeza eterna pero eso no es  verdad. Ciertamente en la vida nos llegan muchas situaciones desagradables y sufrientes, enfermedades, problemas, la muerte. El Evangelio de Juan plantea esta realidad como camino obligatorio para seguir radicalmente al Maestro, ya que, para producir fruto abundante, la semilla tiene que morir; por tal razón Jesús habla sobre su propia muerte, advierte a sus discípulos que la tristeza los invadirá; pero los alienta diciéndoles que no será duradera, pues él vendrá prontamente. Su entrega total a la humanidad fue recompensada por Dios con la resurrección.

La mejor manera de creer en esta promesa de Jesús es siguiendo sus pasos, viviendo a su estilo en medio de nuestra realidad. El servicio, el amor fraterno y la entrega total a los más débiles y marginados de la sociedad es el camino correcto para seguir a Jesús; la vida del cristiano debe ser un constante morir para dar vida a los demás y así experimentar y disfrutar plenamente la alegría del Reino. Que el Espíritu Santo nos llene de su sabiduría para vivir este evangelio.

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