EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 10 de mayo de 2012

PARA QUE MI ALEGRÍA ESTÉ EN USTEDES


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 15,9-11

Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así les he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud." Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy exhorta a toda la comunidad cristiana a asumir como criterio de vida la práctica del amor, fruto de la relación profunda que tiene el discípulo con Jesús y su proyecto. El texto que leíamos ayer nos señalaba, a través de la figura de la vid y los sarmientos, la necesidad de permanecer unidos a Jesús para dar fruto en abundancia; en el relato de hoy, Juan nos señala que esa unión debe fructificar en la experiencia del amor, tal como la vivió Jesús con el Padre y que fue prolongada en la convivencia fraterna con sus discípulos. Tenemos que encontrar las vías de expresión concretas de esta  vida en el amor.
Permanecer en el amor que Jesús nos ha revelado supondrá siempre tener a los demás como primeros para brindarle cariño, servicio, acogida, perdón, oportunidades.  Por lo tanto, la experiencia del amor se convierte en criterio o mandato fundamental para poder participar en el misterio de la salvación, en la dinámica del amor fraterno y liberador del Padre con el Hijo y del Hijo con la humanidad. Es a partir de eta experiencia compartida de amor que podremos organizarnos como Iglesia para continuar la misión de Jesús.
 A veces nos distraemos y perdemos el buen sendero cristiano. Nos convertimos en activistas y cumplidores de normas y preceptos y nos olvidamos de lo esencial, dando preferencia a los mandamientos dados a Moisés en los comienzos de la revelación  divina. Pero no olvidemos que  la participación en la dinámica del amor de Jesús es esencial para que nuestra fe sea realmente una manera concreta de transformar la realidad de dolor, de inseguridad, de impotencia, de empobrecimiento, de violencia  y muerte que se presenta a diario en el mundo, pues el amor que ofrece Jesús es un amor práctico, un amor que libera y salva, que guarda la vida de toda la Creación. Todo esto, no para complacer a Dios o cumplir con Él, sino para que  su alegría esté en nosotros y sea plena.

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