“El Evangelio de Hoy”: Juan
15,9-11
Lectura del
santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así les he amado
yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi
amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en
su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su
alegría llegue a plenitud." Palabra del Señor.
Reflexión
El
Evangelio de Hoy exhorta a toda la comunidad cristiana a asumir como criterio
de vida la práctica del amor, fruto de la relación profunda que tiene el
discípulo con Jesús y su proyecto. El texto que leíamos ayer nos señalaba, a
través de la figura de la vid y los sarmientos, la necesidad de permanecer
unidos a Jesús para dar fruto en abundancia; en el relato de hoy, Juan nos
señala que esa unión debe fructificar en la experiencia del amor, tal como la
vivió Jesús con el Padre y que fue prolongada en la convivencia fraterna con
sus discípulos. Tenemos que encontrar las vías de expresión concretas de
esta vida en el amor.
Permanecer
en el amor que Jesús nos ha revelado supondrá siempre tener a los demás como
primeros para brindarle cariño, servicio, acogida, perdón, oportunidades. Por lo tanto, la experiencia del amor se
convierte en criterio o mandato fundamental para poder participar en el
misterio de la salvación, en la dinámica del amor fraterno y liberador del
Padre con el Hijo y del Hijo con la humanidad. Es a partir de eta experiencia
compartida de amor que podremos organizarnos como Iglesia para continuar la
misión de Jesús.
A veces nos distraemos y perdemos el buen
sendero cristiano. Nos convertimos en activistas y cumplidores de normas y
preceptos y nos olvidamos de lo esencial, dando preferencia a los mandamientos
dados a Moisés en los comienzos de la revelación divina. Pero no olvidemos que la participación en la dinámica del amor de
Jesús es esencial para que nuestra fe sea realmente una manera concreta de
transformar la realidad de dolor, de inseguridad, de impotencia, de
empobrecimiento, de violencia y muerte
que se presenta a diario en el mundo, pues el amor que ofrece Jesús es un amor
práctico, un amor que libera y salva, que guarda la vida de toda la Creación.
Todo esto, no para complacer a Dios o cumplir con Él, sino para que su alegría esté en nosotros y sea plena.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario