Siguiendo el Evangelio
Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
viernes, 20 de enero de 2023
APÓSTOLES DE JESÚS
viernes, 18 de noviembre de 2022
JESÚS AVANZA EN MEDIO DE LAS TORMENTAS
miércoles, 26 de octubre de 2022
LA PALABRA NOS ILUMINA
Lectura del santo
evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y
aldeas enseñando. Uno le preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se
salven?" Jesús les dijo: "Esfuércese en entrar por la puerta
estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de
la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta
diciendo: "Señor ábrenos" y él les replicará: "No sé quiénes
son" Entonces comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo y tú
has enseñado en nuestras plazas". Pero él les replicará: "No sé
quiénes sois. Aléjense de mí, malvados". Entonces será el llanto y el
rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los
profetas en el Reino de Dios y ustedes se vean echados fuera. Y vendrán de
oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de
Dios. Miren: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos". Palabra
del Señor.
Reflexión
Continuamos nuestra reflexión sobre el Reino de Dios y su acceso,
guiados por los textos evangélicos que la liturgia nos presenta durante estos
días. Jesús deja claro que la entrada y participación en el Reino de Dios se
vive desde el presente y para siempre. No caben las demoras pues es una
realidad inaugurada y nadie la detiene, aunque no veamos el ritmo de su
crecimiento y arraigo. Los criterios de participación en la Salvación o en el
Reino parecen distintos a los que las prácticas religiosas de las distintas
confesiones han asumido.
De hecho, no se trata de una práctica religiosa sino de una práctica de
fe y de confianza en Dios, y, de una relación sana y sincera con nuestros
hermanos y hermanas. La puerta estrecha es la que vive Jesús en relación con sus
discípulos y con las personas con las que se encontraba, una relación de
acogida, de servicio, un anuncio constante de la esperanza activa que favorece
siempre al otro o a la otra. De manera que no podemos argüir religiones, ni
prácticas eclesiales. No nos salvamos a nosotros mismos, nos salva Dios y para
eso debemos poner nuestra confianza en él y compartir lo que somos y tenemos
sin miedo a quedarnos sin nada, pues siempre nos quedará Él, con su Reino
eterno.