Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
Páginas
▼
lunes, 30 de abril de 2018
VIVIR SIGUIENDO A JESÚS
“El Evangelio de Hoy”: Jn 14, 21-26
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él." Le dijo Judas, no el Iscariote: "Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?" Respondió Jesús y le dijo: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho." Palabra del Señor.
Reflexión
Nuestra misión como cristianos es de vivir nuestra fe siguiendo a Jesús en la vida diaria. Así ponemos en práctica lo que aprendemos de la Palabra de Dios. "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él." Jesús nos propone amar hasta el extremo y ser conscientes de lo que realizamos con ese amor. Abrazar con pasión la causa de Jesús viviéndola de cara a los hermanos y hermanas sin cansancio hasta el fin. Vivir intensamente la propuesta del Evangelio, guardando la Palabra y haciéndola vida en medio de la realidad que nos toca vivir e intentar transformar. Para eso contamos con el auxilio constante del Espíritu Santo, gran regalo de Dios. El Espíritu Santo garantiza la memoria de la Palabra de Dios y el dinamismo propio del compromiso
cristiano. Sigamos atentos a la Palabra de Dios, a Jesús, su Palabra encarnada y dejemos que el Espíritu Santo Anime nuestra vida entera.
domingo, 29 de abril de 2018
UNIDOS A JESÚS POR SU PALABRA
“El Evangelio de Hoy”: Jn 15, 1-8
Lectura del Santo Evangelio según San Juan.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedess, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así serán discípulos míos." Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de Hoy nos invita a permanecer estrechamente unidos a Jesús y a su palabra. La manera de enseñarnos esta necesidad es clara y directa: “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí”. Si las enseñanzas de Jesús pasan a un segundo plano, entonces nuestra práctica cristiana queda reducida tradiciones y costumbres desencarnadas. La savia que debe alimentar nuestra vida cristiana y nuestra misión, son el Evangelio mismo de Jesús, la apertura al Espíritu Santo que lo actualiza y el seguimiento sincero del Maestro.
Es la sola manera de producir los frutos que Jesús espera de nosotros. Sin Jesús, nada podemos hacer. De ahí la importancia de acercarnos más y más a Jesús, leyendo los evangelios y aplicándolo a la realidad de nuestros pueblos. En los evangelios se encierra la fuerza más poderosa que poseen las comunidades cristianas para regenerar su vida. La energía que necesitamos para recuperar nuestra identidad de seguidores de Jesús. El Evangelio de Jesús es el instrumento pastoral más importante para renovar hoy nuestras comunidades. Viviendo la alegría del Evangelio estamos viviendo la Nueva Evangelización. Buen domingo.
sábado, 28 de abril de 2018
VER
“El Evangelio de Hoy”: Jn 14,7-14
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré. Palabra del Señor.
Reflexión
La dificultad de Felipe para ver a Dios en Jesús es también la nuestra. Nuestra práctica de fe indica que nosotros no nos centramos en Jesús como verdadero camino que orienta toda nuestra vida. Son muchos los momentos de distracción y de desviación que nos impiden mantenernos unidos a Jesús de manera confiada. La diferencia con Jesús es que él logró mantenerse centrado en Dios por medio de la oración personal y por medio de su accionar a
favor de los necesitados. En el evangelio de hoy Jesús declara que:“el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores”. Y sabemos que sus obras no son solamente las que nos relatan los evangelios, sino
que son todos sus gestos de cercanía, de sensibilidad y de acogida que vive Jesús. ¿Cuáles son las obras que nosotros realizamos desde nuestra fe? Mantengámonos unidos a Jesús nuestra Camino, Verdad y Vida y pidámosle que nos permita confiar profundamente en él. Buen fin de semana.
viernes, 27 de abril de 2018
CENTRARSE EN JESÚS
“El Evangelio de Hoy”: Jn 14, 1-6
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Que
no tiemble su corazón; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi
Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a
prepararos sitio? Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y los llevaré
conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya
saben el camino." Tomás le dice: "Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo
podemos saber el camino?" Jesús le responde: "Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí." Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Hay situaciones que nos dejan inmóviles, frisados,
paralizados por el miedo e incertidumbre. Es precisamente por eso que Jesús nos
invita a unirnos a él que ha sido fiel hasta la muerte obedeciendo a su Padre
en el ejercicio del amor sin límites. Creer en Jesús y en su revelación nos habilita para
afrontar todo tipo de situaciones por fuertes que sean.
En el evangelio de hoy Jesús aparece tranquilizando
a sus amigos como el pastor preocupado por los suyos. Quiere asegurarle en su
marcha hacia la salvación. Le recuerda que para avanzar tienen que
centrarse en sus enseñanzas y en su práctica poblada de gestos de compasión y
de misericordia. Para Jesús el camino hacia el Padre es una práctica
constante que se prepara en la vivencia del amor leal a él y a su propuesta.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Siguiéndolo no nos equivocaremos de
camino. Seguir a Jesús creer confiadamente en él y buscar identificarnos con su
espiritualidad y su unión con Dios.
No es que nos volvamos súper-héroes sino que nos sabemos
sostenidos por la trascendencia de Dios, por su poder, más allá del
sufrimiento, del dolor y de la muerte. Dios sigue presente a nuestro lado y eso
nos fortalece para mantenernos fieles al amor. Muchas mujeres y
hombres han seguido este camino, verdad y vida que es Jesús y han podido
realizar sus vidas dándola por los que le rodeaban. El evangelio es paradoxal,
dar la vida para tenerla, perder para ganar, morir para vivir. ¿Cómo creer y
asumir este mensaje como norma d y realizarnos en él.
jueves, 26 de abril de 2018
JESÚS, MAESTRO; NOSOTROS, DISCÍPULOS
“El Evangelio de Hoy”: Jn
13,16-20
Lectura del santo evangelio según san Juan:
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos,
les dijo: "Les aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es
más que el que lo envía. Puesto que saben esto, dichosos ustedes si lo ponen en
práctica. No lo digo por todos ustedes; yo sé bien a quiénes he elegido, pero
tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha
traicionado." Se lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando
suceda crean que yo soy. Se lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a
mí; y el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Lo que Jesús nos pide es hacer el esfuerzo de ser como
él. No podremos jamás sobrepasarle en amor, amistad, ternura, sentido común…
Por momentos parece que nosotros pretendemos corregir a Jesús, como Pedro en la
ocasión que le dice a Jesús: “no te suceda a ti eso Señor”. Aceptar seguir a
Jesús supone vivir su mensaje. La práctica de la Buena Noticia es
bienaventuranza, produce alegría y gozo en lo más profundo y trascendente de
nuestra vida. La verdadera felicidad está en el amor servicial, no en el
dominio. Se es feliz siendo iguales y siguiendo la suerte del maestro aunque
cueste sufrimientos y dolores.
La falta de fe y de adhesión de los discípulos de Jesús
parece que fue tan dolorosa y escandalosa que en este texto encontramos de
nuevo la figura del traidor. Pero no nos centremos en el traidor visto
únicamente como Judas Iscariote. Cada uno de nosotros, cuando faltamos al amor
y al estilo de Jesús, traiciona su enseñanza y su persona. Estamos llamados a
vivir en comunión con Jesús, así estaremos en comunión con Dios. Dio no ejerce
dominio sino que comunica vida y amor. Hagamos lo mismo con nuestras hermanas y
hermanos.
miércoles, 25 de abril de 2018
SAN MARCOS
"Evangelio
de hoy": 16,15-20
Lectura del santo evangelio según san Marcos 16,15-20
En aquel
tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Vayan al mundo entero y
proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará;
el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán
estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño.
Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de
hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos
se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba
confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Palabra del Señor
Reflexión
Hoy celebramos la fiesta de san Marcos, evangelista. La tradición
más antigua atribuye a Marcos la redacción del segundo de los Evangelios
sinópticos. Este relato, dedicado a presentarnos "el Evangelio de
Jesucristo, Hijo de Dios" (Mc 1, 1), refleja con asombrosa fidelidad los
rasgos humanos de Jesús y, a través de sus páginas, es posible intuir una larga
y fiel convivencia del autor junto al apóstol Pedro.
El texto de hoy son las últimas palabras del Evangelio, que responde a
la historia de Jesús y su comunidad. El discipulado comprende la propuesta de
Jesús:
La predicación a toda la creación, a toda la tierra. La buena
noticia alcanza a todos y todas. En estos tiempos difíciles para la tierra y
para la humanidad, el anuncio de la salvación, ¿cómo va a generar vida y
esperanza?
El anuncio y testimonio del Resucitado estará acompañado de
signos. Estos signos responden a necesidades muy humanas, y
expresa una relación misericordiosa con los demás, una atención por liberar las
esclavitudes de las personas. Asimismo, refleja una fe actuante, no simplemente
un discurso bonito, de alivio para el futuro.
La presencia de Jesús es siempre vital en el camino de la
misión. Sin él terminamos siendo nosotros los protagonistas.
La adhesión sincera a su proyecto nos pone siempre en camino. Desde entonces,
la Iglesia tiene veinte siglos de presencia en la humanidad, y las luces de su
servicio a la humanidad son mayores que sus sombras.
martes, 24 de abril de 2018
SEGUIR A JESÚS CON FE
“El Evangelio de Hoy”: Jn 10,22-30
Lectura del santo evangelio según san Juan:
Se celebraba en Jerusalén la
fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el
templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
"¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo
francamente." Jesús les respondió: "Se lo he dicho, y no creen; las
obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero
ustedes no creen, porque no son ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo
las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para
siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado,
supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre
somos uno. Palabra del Señor.
Reflexión
Avanzamos en el tiempo Pascual, el Señor nos confirma en la fe y
refuerza nuestro compromiso. En el evangelio de hoy, marcado por el
conflicto con los jefes del pueblo judío, Jesús insiste en la necesidad de
escuchar su voz, Él nos conoce y nosotros somos llamados a seguirlo.
Conocimiento mutuo, atención a lo que dice Jesús. Esa es la relación que debe
existir entre nosotros, creyentes y Jesús, Maestro de amor. Diálogo basado en un
conocimiento mutuo. La misión de Jesús en el mundo es la de dar la vida y
superar la muerte. La suya es también nuestra misión. Jesús es capaz de
entregar su propia vida en misión, con toda su confianza puesta en Dios.
Al evangelista San Juan le gusta enfatizar la relación existente entre
Jesús y su Padre Dios, relación de unidad: “mi Padre y yo somos una sola cosa”.
¿Cuál es nuestra manera de relacionarnos con Jesús? ¿Acaso somos como los
dirigentes del evangelio de hoy? ¿Le oramos para ver si realiza lo que le
pedimos? La comunión entre nosotros y Jesús no debe estar basada en un
intercambio de dones sino en una confianza total en su amor y su misericordia.
El amor que Dios nos tiene supera infinitamente nuestras posibilidades de amar
y de servir. De todas maneras, Él cuenta con nosotros y por eso nos llama a dar
testimonio de fe, poniéndonos al servicio de nuestras hermanas y
hermanos.
lunes, 23 de abril de 2018
LA PUERTA ES JESÚS
“El Evangelio de Hoy”: Jn 10,1-10
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños." Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante." Palabra del Señor.
Reflexión
Solo Jesús es capaz de darlo todo por la Vida de los suyos. Su misión es vivida enteramente focalizada hacia las personas necesitadas y abiertas a la colaboración de los demás y especialmente a quienes tienen su esperanza puesta en el cumplimiento de las promesas de Dios. La vida y el ejemplo de Jesús es para nosotros una fuente inagotable de espiritualidad. De él aprendemos a escuchar a Dios y a hacer su voluntad sin perder el interés por la realidad que nos rodea y el modo de vida diaria en sociedad.
Lo que diferencia a quienes se dejan guiar por este Buen Pastor que es Jesús, y entran por él que es La Puerta, es la centralidad que ocupa Jesús y su mensaje en sus vidas de creyentes. Él es el maestro, el guía, la referencia a la hora de tomar decisiones y de buscar avanzar en la integridad de la vida. Ya hemos reflexionado ayer la libertad que nos comunica Jesús el Buen Pastor, el evangelio de hoy insiste en que Jesús es la mejor vía de acceso a Dios guardando la humanidad y la libertad que él nos enseña. Pidámosle a nuestro Pastor que nos ayude a seguirle cuidando y acompañando a los demás de manera sincera y generosa.
sábado, 21 de abril de 2018
DOMINGO DEL BUEN PASTOR
“El Evangelio de Hoy”: Jn 10, 27-30
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno." Palabra del Señor.
Reflexión
“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna”. Jesús no forzó a nadie. Él solamente llama. La decisión de seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos, establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna. Nada hay tan decisivo para ser cristiano como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús. El gran riesgo de los cristianos ha sido siempre pretender serlo, sin seguir a Jesús. De hecho, muchos de los que se han ido alejando de nuestras comunidades son personas a las que nadie ha ayudado a tomar la decisión de vivir siguiendo sus pasos.
Sin embargo, ésa es la primera decisión de un cristiano. La decisión que lo cambia todo, porque es comenzar a vivir de manera nueva la adhesión a Cristo y la pertenencia a la Iglesia: encontrar, por fin, el camino, la verdad, el sentido y la razón de la religión cristiana. Y lo primero para tomar esa decisión es escuchar su llamada. Nadie se pone en camino tras los pasos de Jesús siguiendo su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Comenzamos a seguirle cuando nos sentimos atraídos y llamados por Cristo. Por eso, la fe no consiste primordialmente en creer algo sobre Jesús sino en creerle a él.
Cuando falta el seguimiento a Jesús, cuidado y reafirmado una y otra vez en el propio corazón y en la comunidad creyente, nuestra fe corre el riesgo de quedar reducida a una aceptación de creencias, una práctica de obligaciones religiosas y una obediencia a la disciplina de la Iglesia. Es fácil entonces instalarnos en la práctica religiosa, sin dejarnos cuestionar por las llamadas que Jesús nos hace desde el evangelio que escuchamos cada domingo. Jesús está dentro de esa religión, pero no nos arrastra tras sus pasos. Sin darnos cuenta, nos acostumbramos a vivir de manera rutinaria y repetitiva. Nos falta la creatividad, la renovación y la alegría de quienes viven esforzándose por seguir a Jesús.
domingo, 15 de abril de 2018
LA PAZ SEA CON USTEDES
“El
Evangelio de Hoy”: Lc 24, 35-48
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado
por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban
hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
"Paz a ustedes." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un
fantasma. Él les dijo: "¿Por qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su
interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense
cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan
de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen ahí algo
de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió
delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que les decía mientras estaba
con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos
acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento
para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías
padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se
predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto." Palabra del Señor.
Reflexión
La liturgia de este tercer domingo de Pascua nos sigue
presentando a Jesús apareciéndose a sus discípulos y ayudándoles a
familiarizarse con su nueva dimensión de resucitado, para que puedan dar
testimonio de él en el mundo. Lo primero es la paz. El resucitado no viene a
aportar inquietudes enfermizas ni tensiones estériles, viene a comunicar paz.
La paz de saberse salvados por la muerte y la resurrección del Señor. La paz
del vencimiento del peor obstáculo que es la muerte; la paz de saberse
acompañado por el mismo Jesús que antes marchaba con ellos y con nosotros por los
caminos de la vida.
Dios ama tanto al mundo y sus habitantes que le regala a su
propio Hijo para que vivan por él. Por eso Jesús se presenta dando una misión a
sus discípulos… El miedo, ante el peligro de terminar en una cruz como su
maestro no debe paralizarlos, Dios se ocupa de la vida. Ustedes son testigos de
esto nos dice Jesús. Y todo estaba ya anunciado en Las Escrituras. Pidamos hoy
al Señor que nos ayude a comprender su palabra y a vivir dando testimonio de la
vida en medio de tantas amenazas y tantos sufrimientos. Aunque seamos débiles,
enfermizos, pecadores, Jesús nos ofrece su fuerza, su Espíritu y su compañía.
Dispongámonos a buscar y hacer la voluntad de Dios y veremos los
resultados.
sábado, 14 de abril de 2018
NO TEMAN
“El Evangelio de Hoy”: Jn
6,16-21
Lectura del santo evangelio según san Juan:
Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago,
embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y
todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se
iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a
Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero
él les dijo: "Soy yo, no teman." Querían recogerlo a bordo, pero la
barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.<
Reflexión
Dejarnos acompañar por Jesús en los momentos oscuros
de nuestra vida. Todos y todas sentimos en momentos precisos de nuestra vida
que nos llega la noche. Las tormentas nos abaten, los problemas nos agobian por
todos lados. Se nos caen todos los “palitos” juntos. Cuando nos vemos arropados
por situaciones que escapan a nuestras posibilidades de salir adelante, ya sea
por enfermedades, duelos, problemas familiares, vicios, problemas económicos
fuertes, deudas impagables… dejémonos alcanzar por Jesús. Él nos ha prometido
estar siempre con nosotros para aliviarnos la carga y consolarnos con su
fuerza.
En tiempos de calamidades se hace necesario sentir la
presencia abrazadora de Dios, pues justamente en estos momentos la gracia y el
amor del Padre nos ayudan a vencer nuestros miedos y a cultivar la esperanza. Y
no olvidemos que Jesús nos llama a ser parte de la solución de nuestros
problemas y de los de nuestros hermanos y hermanas. Si vemos a alguien en
apuros, no tardemos en acudir en su ayuda… así lo hiso Jesús y vive
eternamente.
viernes, 13 de abril de 2018
¿QUÉ NOS FALTA PARA AYUDAR A OTROS?
“El Evangelio de Hoy”, Jn 6,1-15
Lectura del santo
Evangelio según San Juan
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del
lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto
los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se
sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a
Felipe: "¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?" Lo decía
para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe contestó:
"Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un
pedazo." Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le
dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de
peces; pero, ¿qué es eso para tantos?" Jesús dijo: "Díganle a la
gente que se siente en el suelo." Había mucha hierba en aquel sitio. Se
sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la
acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo
que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
"Recojan los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Los
recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de
cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el
signo que había hecho, decía: "Éste sí que es el Profeta que tenía que
venir al mundo." Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para
proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra
del Señor.
REFLEXION
Este signo realizado
por Jesús es narrado por el Evangelio de San Juan para ayudarnos a no olvidar
que como seguidores de Jesús tenemos que preocuparnos por compartir lo que
somos y lo que tenemos a favor de la solución de las hambres de nuestros
contemporáneos. Si somos verdaderos discípulos y discípulas de Jesús no sólo
pensaremos en ideales abstractos sino que iremos aportando soluciones a los
problemas reales de la gente aportando nuestras iniciativas y nuestra
creatividad.
Sería fácil para
nosotros simplemente decir que no tenemos con qué solucionar los problemas, que
lo que tenemos no nos alcanza. … que hago con 20 panes para alimentar a 100
personas… dice el servidor del profeta Eliseo. Pero el profeta insiste,
dáselo a la gente, que coma. Felipe contestó: "Doscientos denarios de
pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo." Uno de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: "Aquí hay un
muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso
para tantos?" Para nosotros puede ser poco significativo lo que podamos
aportar, en comparación con las necesidades y los necesitados. Pero lo que
Jesús nos pide es que confiemos y compartamos.
Lo que garantiza
que habrá para todos y todas y que sobrará es la presencia de Jesús en nuestras
vidas, la confianza puesta en él. Jesús tomó los panes, dijo la acción de
gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que
quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recojan
los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Hermanos y
hermanas, dejemos a Jesús alimentarnos con su confianza. No perdamos más tiempo
pensando en nuestras posibilidades. Con Jesús todo es posible. La fe nos
permite superar nuestras limitaciones de todo tipo. Dispongamos lo que somos y
lo que tenemos a favor de los más necesitados y alcanzará para todos y sobrará.
Nuestra disposición fraterna a compartir será un gran signos para quienes nos
vean y se sumarán a Jesús en su tarea de humanizar el mundo de acuerdo con la
voluntad de Dios. Buen domingo.
jueves, 12 de abril de 2018
JESÚS ES TESTIMONIO DE DIOS
“El Evangelio de Hoy”: Jn 3,31-36
Lectura del santo evangelio
según san Juan:
El que viene de lo
alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla
de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha
visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su
testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras
de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha
puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea
al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de Hoy
nos recuerda que Dios se ha encarnado en la historia humana en la persona de
Jesús, para asumir esta historia y salvarla. La vida de Jesús, sus actitudes en
los diferentes momentos enfrentados por él, sus respuestas a los problemas que
se les presentaron, su visión del mundo presente y futuro, toda su vida es para
nosotros una enseñanza vital. Por eso Jesús es la nueva alianza de Dios con la
humanidad. Siguiéndolo a él tendremos vida aunque tengamos que pasar por la
muerte.
Tanto ha amado Dios
al Mundo que le ha entregado a su propio hijo para que el mundo entero se salve
por él. Por eso es que el evangelista San Juan insiste tanto en Jesús como
testimonio de la verdad que aporta la vida. Aceptar a Jesús, su testimonio y
enseñanza es comprometerse a seguirle, asumiendo su propia misión de amor y
misericordia. Busquemos la manera práctica y concreta de asumir este testimonio
misionero y dejémonos guiar por el Espíritu Santo en la tarea de vivir nuestra
fe.
miércoles, 11 de abril de 2018
POR AMOR AL MUNDO
“El Evangelio de
Hoy”: Jn 3,16-21
Lectura del
santo evangelio según san Juan:
Tanto amó Dios
al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que
creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en
él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el
nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al
mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran
malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la
luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad
se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Palabra del Señor.
Reflexión
“No hay mayor
amor que dar la vida por sus amigos”, había afirmado un día Jesús a sus
discípulos. En el Evangelio de Hoy nos lo recuerda y nos dice que esa ha sido
la muestra del amor de Dios por nosotros, la entrega de su propio hijo como
muestra de amor. Ahora podemos optar por la vida aún en medio de la amenaza de
muerte. Esta manera de Jesús enseñar contradice la manera judía en el sentido
de que destaca la misericordia y la compasión de Dios, mientras que hasta
entonces se enseñaba el cumplimiento de la ley como camino de salvación.
Se sigue
afirmando la libertad humana para optar por lo que quiere. Dios ofrece luz,
vida, alegría; nosotros podemos rechazarlo prefiriendo la oscuridad y la
muerte. Jesús nos muestra el camino de vida definitiva, Dios vence a
la muerte y por medio de su Hijo nos invita a que alcancemos la plenitud de
esta vida en comunidad. El camino es el amor, el don de sí y la confianza en
este Dios de la vida. Dejemos que Dios nos salve y dispongámonos a ser parte de
la salvación de quienes nos rodean facilitándole la vida y produciéndole
alegría.
lunes, 9 de abril de 2018
NACER DE LA CONFIANZA EN DIOS
“EL EVANGELIO DE HOY” Jn 3,1-8
Lectura del
santo evangelio según san Juan:
Había un fariseo llamado
Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: "Rabí,
sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer
los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó:
"Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de
Dios." Nicodemo le pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo
viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y
nacer?" Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de agua y
de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es
carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya
dicho: "Tienen que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y
oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que
ha nacido del Espíritu." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Nicodemo
somos nosotros también que caminamos en las noches de nuestros problemas
personales, familiares y comunitarios, sin mucha determinación para avanzar
hacia la luz del día, liberados de las tinieblas. Ayer reflexionábamos sobre la fe como un proceso
que nos va llevando a tener un encuentro personal con Jesús resucitado para
poder afirmar de manera convencida la resurrección de Jesús que nos da nueva
vida. Jesús enciende una mecha que va quemando lentamente en la persona de Nicodemo hasta
resplandecer como luz, en el momento más inesperado. Después de la Crucifixión,
cuando todo parecía terminado, Nicodemo se fortalece a sí mismo, yendo al
jardín de la tumba portando mirra y aloes.
Como dice el papa Francisco: “Sólo el Espíritu Santo
nos da la fuerza para cambiar nuestras actitudes, para cambiar la historia de
nuestras vidas, para cambiar nuestras pertenencias”. Jesús nos invita, tanto a
Nicodemo como a nosotros a confiar en Dios, relajarnos y a darnos cuenta que
estamos sostenidos por él. Nuestro origen está en Dios, y es Dios el que nos
trae a la vida, y es respondiendo al llamado de Dios a la vida, que nosotros
vamos a nacer de nuevo. Jesús resucitado es nuestro amanecer definitivo, no
tenemos necesidad de escondernos en noches oscuras cuando ya la noche ha sido
vencida. Damos gracias a Dios por iluminar eternamente nuestra existencia y
pidámosle que nos guie con su luz.
domingo, 8 de abril de 2018
AQUÍ ESTÁN MIS MANOS Y EL COSTADO
“El Evangelio de Hoy”: Jn
20, 19-31
Lectura
del santo evangelio según san Juan:
Al
anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una
casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús,
se puso en medio y les dijo: "Paz a ustedes." Y diciendo esto, les
enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver
al Señor. Jesús repitió: "Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así
también los envío yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu
Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengan, les quedan retenidos." Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no
estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
"Hemos visto al Señor." Pero él les contesto: "Si no veo en sus
manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y
no meto la mano en su costado, no lo creo." A los ocho días, estaban otra vez dentro los
discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se
puso en medio y dijo: "Paz a ustedes." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí
tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo,
sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo:
"¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber
visto." Muchos
otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los
discípulos. Estos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo
de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.
Reflexión
La duda forma parte de nuestro diario vivir, Por
eso, casi todos sintonizamos sin dificultad con la reacción de Tomás, cuando
los otros discípulos le comunican que han tenido una experiencia sorprendente: “Hemos
visto al Señor”. A lo que Tomás responde claramente que: “Si no lo
veo…no lo creo”.
Su actitud es comprensible. Tomás no dice que sus
compañeros están mintiendo o que están engañados. Solo afirma que su testimonio
no le basta para adherirse a su fe. Él necesita vivir su propia experiencia. Y
Jesús no se lo reprochará en ningún momento. Sus compañeros discípulos no
parecen escandalizarse con la declaración de Tomás. Confesar la fe en Jesús
Resucitado fue un proceso largo y progresivo.
Estamos invitados a promover grupos de
dialogo en nuestras comunidades dialogo para compartir las experiencias vividas
frente a Jesús y su resurrección. Tomás expresa libremente su deseo de vivir su
propio proceso de fe. Y Jesús satisface a Tomás mostrándole las manos, el
costado y los pies, “signos” de su amor y entrega hasta la muerte. No nos
engañemos, mostrando una fe superficial que se contenta con repetir formulas y
afirmaciones. Buen domingo de la Divina Misericordia.
sábado, 7 de abril de 2018
Jesús ha resucitado
El Evangelio de hoy: Mc 16,9-15
Lectura del santo evangelio según san Marcos:
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación.» Palabra del Señor
Reflexión
En el libro de los Hechos de los apóstoles hemos seguido el anuncio y el testimonio de la comunidad del Resucitado. Allí comienza a diseñarse la Iglesia que irá a todo el mundo a anunciar el Evangelio. Los testigos de la resurrección del Señor son transformados por esta nueva realidad. Jesús ha vencido la muerte y el aparente fracaso de una vida en amor y fidelidad. Se cumplieron las escrituras porque el Dios de la vida ratifica el valor de la vida no vivida para sí, sino para los demás, una vida compartida, entregada, que se hace vida en plenitud.
La iniciativa es de Jesús, que se hace encontradizo y favorece la comprensión y el reconocimiento de su nueva situación mediante el encuentro y el compartir la realidad cotidiana de los suyos. No se trata de vivir aquí como en un pedacito de cielo. Dios entra en la historia humana de una manera salvífica, misericordiosa. A Jesús se le encuentra en la realidad, no fuera de ella. La historia humana es lugar del acontecimiento de vida más importante para la realización del género humano. Las apariciones trastornan todo. Y los agraciados son testigos, "vieron y oyeron" y, aunque al principio parecen incrédulos y duros de corazón, la experiencia de Jesús los transforma. Les corresponde salir a anunciar esa buena noticia, testimoniar en su propia existencia los signos presentes de resurrección ya en este mundo.
La Iglesia se sabe misionera, no necesita los poderes de este mundo sino la vida del Señor para ir con autoridad a dar vida. En el nombre de Jesús la comunidad se pone al servicio de la salvación humana al estilo de su Señor. ¿Cuáles son las consecuencias de la resurrección en mi vida personal, en nuestra vida comunitaria? ¿Cuáles signos ponemos para ratificar que hemos pasado de la muerte a la vida? ¿Qué estilo de vida manifiesta que hemos superado todo aquello que nos impide poner ya signos de resurrección en nuestro mundo?
jueves, 5 de abril de 2018
LA PAZ SEA CON USTEDES
“El Evangelio de Hoy”:
Lc 24,35-48
Lectura del
santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo,
contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se
presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a ustedes." Llenos
de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué
se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies:
soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y
huesos, como ven que yo tengo."
Dicho esto, les
mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y
seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen ahí algo de comer?" Ellos le
ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les
dijo: "Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo
escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que
cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las
Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará
de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y
el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes
son testigos de esto." Palabra del
Señor.
Reflexión
En el Evangelio
de Hoy Jesús sigue apareciéndose a sus discípulos y ayudándoles a
familiarizarse con su nueva dimensión de resucitado, para que puedan dar
testimonio de él en el mundo. Lo primero es la paz. El resucitado no viene a
aportar inquietudes enfermizas ni tensiones estériles, viene a comunicar paz.
La paz de saberse salvados por la muerte y la resurrección del Señor. La paz
del vencimiento del peor obstáculo que es la muerte; la paz de saberse
acompañado por el mismo Jesús que antes marchaba con ellos y con nosotros por
los caminos de la vida.
Dios ama tanto
al mundo y sus habitantes que le regala a su propio Hijo para que vivan por él.
Por eso Jesús se presenta dando una misión a sus discípulos… El miedo, ante el
peligro de terminar en una cruz como su maestro no debe paralizarlos, Dios se
ocupa de la vida. Ustedes son testigos de esto nos dice Jesús. Y todo estaba ya
anunciado en Las Escrituras. Pidamos hoy al Señor que nos ayude a comprender su
palabra y a vivir dando testimonio de la vida en medio de tantas amenazas y
tantos sufrimientos. Aunque seamos débiles, enfermizos, pecadores, Jesús nos
ofrece su fuerza, su Espíritu y su compañía. Dispongámonos a buscar y hacer la voluntad de Dios y
veremos los resultados.
miércoles, 4 de abril de 2018
JESÚS EN PERSONA SE ACERCÓ
“El Evangelio de Hoy”: Lc 24,13-35
Lectura
del santo evangelio según san Lucas:
Dos discípulos
de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea
llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo
que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se
acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de
reconocerlo.
Él les dijo:
"¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?" Ellos se
detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
"¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado
allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron:
"Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras,
ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y
nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros
esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos
días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han
sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo,
e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les
habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al
sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo
vieron."
Entonces Jesús
les dijo: "¡Qué necios y torpes son para creer lo que anunciaron los
profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su
gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les
explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde
iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:
"Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró
para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo
reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos
comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino
y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron
a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que
estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a
Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo
habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
Reflexión
Jesús había prometido a sus discípulos que estaría con
ellos todos los días hasta el fin del mundo (cfr. Mt 28,20). Por eso no es
extraño que nos lo encontremos junto a estos dos discípulos, Cleofás y el otro
quienes se dirigían, desanimados, hacia su pueblito, después de haber acogido
con gozo el proyecto de Jesús y experimentado la decepción de su condena y
muerte en la Cruz. Jesús dialoga con ellos y les explica las Escrituras
haciéndoles recuperar la memoria de las implicaciones de su proyecto
liberador. De igual manera que como lo hacía antes de la crucifixión, Jesús
parte y comparte con ellos el pan, lo que le lleva a reconocerlo al instante y
recuperar la esperanza y la fuerza y volver a reunirse con sus hermanos para
continuar la misión de Jesús, testimoniando su experiencia de la resurrección.
Al igual que los primeros discípulos de Jesús, nuestra
realidad de crisis de todo tipo, puede producirnos miedos, temores y
esperanzas. No olvidemos dejarnos iluminar por la Palabra de Dios en los
evangelios que nos invitan a compartir la vida, compartiendo la comunión en
Cristo. Jesús es nuestro alimento para poder atravesar todos los momentos y
etapas de nuestra vida sin desfallecer. El compromiso de nuestra fe se vuelve
misión transformadora de nuestra realidad personal y comunitaria. Así que El
Evangelio de Hoy nos invita seriamente a vivir nuestra fe cristiana haciendo
frente a las dificultades, grandes y pequeñas, con la fuerza del Espíritu del
Resucitado que camina con nosotros en todo tiempo. Jesús está vivo y nos
comunica su vida abundante. Aprovechémosla.
martes, 3 de abril de 2018
SUÉLTAME
“El Evangelio de Hoy”: Jn 20,11-18
Lectura del santo
evangelio según san Juan:
En aquel
tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se
asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la
cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le
preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les contesta: "Porque se
han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto." Dicho esto, da media
vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice:
"Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?" Ella, tomándolo por el
hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has
puesto y yo lo recogeré." Jesús le dice: "¡María!" Ella se
vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!"
Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a
mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y
Dios de ustedes."" María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
"He visto al Señor y ha dicho esto." Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio de
hoy nos invita a relacionarnos con Jesús de una manera nueva y más profunda. Ya
no entra en nuestra relación, ni lo físico, el cuerpo, ni los lugares
geográficos. Para seguir en relación con Jesús tenemos que tener presente en
nuestra vida y memoria, la vivencia experimentada con Jesús. Sus palabras, sus
gestos, su manera de ser y la fe en lo que nos ha enseñado.
Jesús no está
muerto como piensa María Magdalena. Él está vivo y en medio de sus discípulos y
discípulas. Las apariciones del resucitado a sus discípulos muestran la nueva
manera de relacionarse con él. Jesús sigue con los suyos y ellos deben seguir
con Jesús, unidos por la misión de descubrir a Dios presente en su pueblo.
Vivir permanentemente unidos por el Espíritu del Resucitado nos ayudará a
realizar nuestra misión de seguidores de Jesús sin que él esté físicamente con
nosotros.
Sigamos
disfrutando de este tiempo pascual que nos trae los textos más dinámicos de
nuestra Sagrada Escritura mostrándonos vida y cercanía. Vayamos puntualizando,
también, de qué manera vamos a reflejar, en nuestra vida concreta que Jesús
está vivo y actúa hoy. Los frutos de la resurrección son mostrados con nuestros
cambios y con la transformación que nuestro crecimiento en la fe, genera en las
relaciones sociales que vivimos.
lunes, 2 de abril de 2018
QUE VAYAN A GALILEA
“El Evangelio de Hoy”: Mt 28, 8-15
Lectura del santo evangelio según
san Mateo:
En aquel tiempo, las mujeres se
marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría,
corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al
encuentro y les dijo: "Alégrense." Ellas se acercaron, se postraron
ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengan miedo: vayan a
comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de
camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos
sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un
acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Digan que
sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y
si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos
de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las
instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta
hoy. Palabra del Señor.
Reflexión
Durante esta primera semana del
tiempo pascual que la liturgia denomina, “Octava de Pascua” continuaremos
leyendo los textos que nos anuncian la resurrección de Jesús. Un hecho
fundante, insólito y desconcertante.
Galilea no es solamente un lugar geográfico, es un lugar
teológico… tiene un significado especial en el lenguaje evangélico. Es el
entorno en que Jesús se movió con sus discípulos y discípulas… La zona más
alejada del poder económico, social, político y religioso. La provincia más
pobre y olvidada.
Fue allí que Jesús compartió su vida diaria mostrando el rostro
de Dios y ahora para verlo, para encontrarlo junto a su proyecto de salvación,
de Reino de Dios hay que ir allí. A los pobres, a los marginados, a los
olvidados, a los esclavizados por los poderes de este mundo. Hay que hacerlo como
lo hizo Jesús, yendo y viniendo, no instalados sino en movimiento, no desde
escritorios sino desde las calles, callejones, caminos… lugares de culto y
lugares informales; desde lo oficial y lo espontaneo.
Dejemos que el Espíritu del Resucitado nos desestabilice, no
tengamos miedo, observemos a los discípulos y discípulas de Jesús que salieron
huyendo y negando, llenos de miedo y sin esperanza… Jesús le hizo recordar lo que le había
dicho, les mostró su actualidad y esto les devolvió la dignidad que el miedo le
había robado, las fuerzas que habían desperdiciado. Se redispusieron a seguir
adelante con la fuerza del resucitado.
Nosotros estamos en camino… no vayamos solos o solas, dejémonos
acompañar y fortalecer por Jesús resucitado y todo será más seguro y gozoso. Feliz pascua de
Resurrección para todos y todas. Un abrazo fraterno… aleluya, aleluya.