EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS

“E l Evangelio de Hoy”: Jn 1,1-18

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy es un buen día para agradecer a Dios el don de la vida y las oportunidades compartidas durante el año 2016. Puede ser que los ajetreos de la vida cotidiana no nos hayan permitido vivir conscientemente cada jornada de este tiempo medido en un año, pero podemos estar seguros de que Dios siempre ha estado ahí con nosotros, en las buenas y en las no tan buenas. El texto del Evangelio de Hoy, a primera vista no nos dice gran cosa pues está redactado en un formato bastante teológico y poético. En el fondo, al igual que el día de Navidad, el evangelio nos recuerda que Dios ha sido infinitamente generoso con nosotros al regalarnos a su propio hijo y amarnos en él, sin condición ni límites.

Una invitación a poner en el centro de nuestra vida su palabra y a dejarnos informar, instruir por Jesús para disfrutar desde ya de la vida eterna. Dios, por el amor que nos tiene, nos ha privilegiado con su presencia, con su Encarnación.  Encarnémonos nosotros luchando por la dignidad, la justicia fraterna y solidaria. No olvidemos que Dios se ha encarnado para salvarnos y mostrarnos el camino de la alegría y de la paz. Hagámoslo nosotros con nuestros hermanos y hermanas, mostrémosle buena cara y sobre todo un buen corazón. Celebremos el final de este año en familia, con sana alegría y oremos juntos para que la humanidad desarrolle el sentido del amor que construye la paz. Felicidades.

viernes, 30 de diciembre de 2016

LA FAMILIA DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 2,13-15.19-23

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto".

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño." Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Evangelio de Hoy nos habla de la familia de Jesús quien ha vivido la experiencia trágica de los refugiados, obligados a huir de su hogar para buscar asilo en un país extraño. El mensaje de Mateo al dibujar con trazos tan sombríos los primeros pasos de Jesús es que caigamos en la cuenta de que la acción salvadora de Dios se abre camino en medio de amenazas e incertidumbres, lejos del poder y la seguridad. Quienes trabajen por un mundo mejor con el espíritu de este Mesías, lo harán desde la debilidad de los amenazados, no desde la seguridad de los poderosos.

Por eso el Evangelio de Mateo llama a Jesús "Dios-con-nosotros", no “rey de los judíos”. Lo hemos de reconocer compartiendo la suerte de quienes viven en la inseguridad y el miedo, a merced de los poderosos. Una cosa es clara: sólo habrá paz cuando desaparezcan los que atentan contra los inocentes. Trabajar por la paz es luchar contra los abusos e injusticias.


En todos nuestros proyectos y prácticas, recordemos que nuestra vida está sostenida y guiada por la "Presencia invisible" de Dios al que hemos de buscar en la oscuridad de la fe. Así trabaja y reacciona José, entre sueños, pesadillas y miedos nocturnos, luz y fuerza para defender a Jesús y a su madre. Así se defiende la causa de Jesús.

jueves, 29 de diciembre de 2016

EL CÁNTICO DE SIMEÓN

“El Evangelio de Hoy”: Lc 2,22-35

Lectura del Santo Evangelio Según san Lucas.

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel."
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Se nos presenta a María y a José consagrando al niño Jesús al templo. Con ello cumplen con la ley y la costumbre de su pueblo: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Pasados cuarenta días del parto, la madre debía presentarse al templo para su purificación. Además, era normativo presentar al primogénito en el templo como ofrenda a Dios. José y María asumen todas las costumbres y preceptos de su tiempo. Como familia de escasos recursos ofrecen un par de pichones.

Luego encontramos a Simeón y a Ana profesando su fe y su esperanza delante de este extraordinario niño. No es nada fácil reconocer a Dios cumpliendo sus promesas a través de un recién nacido. El anciano toma en brazos al niño y profetiza sobre su misión de ser luz para todos los pueblos. Jesús asumirá la naturaleza humana y su historia, su cultura, sus costumbres. La salvación pasa necesariamente por las condiciones humanas. Jesús es presentado como “Luz para alumbrar a las naciones”. Dejémonos iluminar por Jesús para atravesar cualquier camino sin perdernos ni entristecernos. Gracias Señor por la vida y su alimento.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

PAGAN LOS INOCENTES

“El Evangelio de Hoy”: Mt 2,13-18

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto." Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: "Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La fiesta de los santos inocentes, que hoy celebramos, es buena ocasión para pensar en tantos niños que son maltratados en el mundo haciéndoles trabajar, pasar hambre, siendo abusados por adultos, utilizándolos para guerras, tráfico de estupefacientes o simplemente dejándoles sin educación… Jesús también casi muere por el mandato de Herodes el Grande que manda matar a todos los niños menores de dos años. Y al citar al profeta “de Egipto llamé a mi hijo” identifica a Jesús con el nuevo Moisés que liberará al pueblo de la esclavitud y la opresión. Mateo nos muestra que, al igual que en tiempos de Egipto, el Reino anunciado por Jesús es el nuevo éxodo para el pueblo de Dios. ¿Quién defenderá hoy a los niños víctimas de los macabros planes de los políticos y poderosos económicos sin alma a quienes se le importa que caiga quien caiga con tal de mantener el dominio sobre los otros, al igual que condenamos la acción de Herodes?

Celebrar hoy a los Santos Inocentes es celebrar la memoria dolorosa de los 25.000 niños que mueren cada día de hambre en el mundo, de los dos millones de niños que en la última década fueron asesinados en guerras y los 150 millones de niños que son explotados laboralmente. Ellos son los santos inocentes de hoy, y su celebración debe ser un grito de protesta por tanta infamia y un grito mayor de compromiso cristiano por evitarlo. Hoy es alta la suma de dinero que se están guardando nuestros políticos corrompidos y que debiera ser utilizado para promover la vida educando y produciendo las nuevas generaciones. Pidamos a Jesús que nos haga el regalo de la conciencia una conciencia más crítica y comprometida con la vida y  su defensa, especialmente pensando en la niñez. 

martes, 27 de diciembre de 2016

San Juan Evangelista

“El Evangelio de Hoy”: Juan 20,2-8 Lectura del santo evangelio según san Juan: El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Palabra del Señor. Reflexión Celebramos hoy la fiesta de San Juan, apóstol y evangelista. Parece ser que Juan era el más joven entre los apóstoles. El evangelio indica que era bien cercano de Jesús y que en la última cena fue quien recostó su cabeza en su pecho. Luego, fue a éste a quien Jesús encomienda su madre antes de morir y a su vez, Jesús se lo encomienda a su madre. El Evangelio de Hoy quiere destacar que Juan fue el primero en creer en la resurrección de Jesús: “Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó”. El evangelio según San Juan nos dice que:“la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”. Este evangelista quiere contar todo "lo que ha contemplado con sus propios ojos, lo que ha oído, lo que tocaron sus manos”. No hay que olvidar que este evangelio fue el último en escribirse, situándose entre los años del 95 al 100 de nuestra era. Juan no faltaba jamás en los acontecimientos más remarcados de Jesús, junto a Pedro y Santiago. Lo acompañó en su agonía en Getsemaní, y fue el único de los Apóstoles que lo vio morir y sepultar. A través de esta relación cercana con Jesús, Juan llegó a comprender que “Dios es amor”. Por eso nos invita a vivir un encuentro personal con Jesús que nos permita experimentar su ternura y amor y a volvernos misioneros testigos de este amor por todas partes. Creer en ese amor que Dios nos tiene y que nos revela en su Hijo Jesús es la base para poder vivir la fe cristiana.

lunes, 26 de diciembre de 2016

San Esteban. Martir

“El Evangelio de Hoy”: Mt 10,17-22

Lectura del santo evangelio según san Mateo: 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No se fíen de la gente, porque les entregarán a los tribunales, les azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando les arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos les odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Iniciamos la Octava de Navidad con la fiesta de San Esteban, primer mártir entre los seguidores de Jesús y uno de los primeros elegidos como diácono para servir a los más necesitados de la naciente comunidad. Lo que parece más notorio en la vida de Esteban es su firmeza al profesar su fe en Jesús. Las amenazas no le  detienen, él cree firmemente en Jesús y en su propuesta y por eso está dispuesto a vivir para él. Toda comunidad, todo grupo que siga las huellas de Jesús está convocado y llamado a padecer su misma suerte. Lo dice con mucha claridad el Evangelio. 

Esteban y todos los Esteban que han existido en estos 20 siglos de cristianismo nos ponen los pies en la tierra sabiendo que no seguimos a un triunfalista sino a un servidor que ha sido, a su vez condenado por mostrar un cambio profundo en la manera de relacionarse con Dios y con los demás. En nuestra sociedad, donde el martirio es visto como un absurdo, estamos llamados a aclarar bien lo que creemos para poder vivirlo con autenticidad aunque nos cueste la vida. No olvidemos que nuestra vida es de Dios y él la sabrá bien guardar para él. 

domingo, 25 de diciembre de 2016

Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 1,1-18

Lectura del santo evangelio según san Juan

En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.    
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad
. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy celebramos la fiesta del nacimiento de Jesús de Nazaret. En realidad nadie sabe su fecha de nacimiento, pero no es su aniversario lo que celebramos sino su presencia entre nosotros y todo su aporte a la vida y a la humanización y dignificación de ésta. Uno de los aportes más importante de esta fiesta es su poder para juntarnos y celebrar en familia y entre amigos y amigas. En estos encuentros navideños no falta la alegría y el compartir ameno y generoso. Se comparte el tiempo, las vacaciones las cosas, intercambiando regalos… se comparte la alegría.

Es precisamente la alegría lo que viene a aportar Jesús en el mundo de acuerdo al texto que leímos anoche en la misa del gallo y del evangelio de hoy. La alegría viene del hecho de contar con Dios… el Emmanuel, Dios con nosotros. Nadie está solo después del nacimiento de Jesús. Él nos ha mostrado con su vida y su ejemplo que Dios está con nosotros y que podemos contar con él. El ángel o mensajero de Dios dice “no teman, yo vengo a anunciarles una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo, hoy les ha nacido un salvador”.

De manera que Jesús no viene a entristecer a nadie sino a traer la alegría, a combatir el miedo y construir la confianza en el Dios de la vida. Dediquémonos a promover esta alegría aportada por Jesús. Es la alegría que brota del compartir, del servir y donarse a los otros con amor. Atrás la espiritualidad del sacrificio y de la penitencia. Somos amparados por Jesús, busquémoslo a él y tratemos de vivir como él nos enseña. Ese es el camino. Vivamos alegres sin importar las dificultades por las que pasemos. Feliz Navidad.

sábado, 24 de diciembre de 2016

CÁNTICO DE ZACARÍAS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,67-79

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. 
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz."
 Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Evangelio de este día, antes de la celebración de la Navidad, Misa del Gallo, nos trae este siempre impresionante cántico de Zacarías. Después de superar sus dudas y retomar su voz, Zacarías profesa su fe y lo expresa resumiendo su experiencia de Dios a lo largo de la Historia de Salvación. Nosotros también tenemos que vivir nuestro proceso de fe, pendiente de los acontecimientos que Dios produce en nuestras vidas. Si nos descuidamos o distraemos, podemos pasarnos toda nuestra vida sin disfrutar de la presencia salvífica del “Dios-con-nosotros”.

Reconociendo el paso de Dios por nuestra vida y su compromiso con nuestro pueblo, podremos testimoniar, con palabras y acciones, nuestra fe y nuestra esperanza. Así, Zacarías anuncia cuál será la misión de su hijo Juan Bautista: Su misión de Juan será preparar la venida del Mesías, lograr un pueblo bien dispuesto a recibirlo. Con esta reflexión estamos concluyendo el Adviento. ¿Nos sentimos preparados para recibir las novedades que Dios nos propone? Abramos nuestros corazones a su presencia y acojamos con alegría y esperanza al Enmanuel. Que tengan feliz cena de Noche Buena.

viernes, 23 de diciembre de 2016

TODOS QUEDARON EXTRAÑADOS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1, 57-66

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va a ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN               

La duda había dejado a Zacarías, el padre de Juan Bautista, sin voz. Una vez nacido su hijo y puesto su nombre, la confianza vuelve a reinar en su corazón y comienza a alabar y bendecir a Dios por el regalo recibido de manera maravillosa. Juan ha sido llamado a preparar el camino, a invitar al cambio de vida para acoger al Mesías. Nosotros también hemos estado tres semanas preparándonos para celebrar la presencia del Emmanuel. El tiempo de Adviento es preparación a la Navidad del Señor en la medida en que es tiempo de preparación de nuestro encuentro con Jesús.

El Señor cumplirá su promesa y nos invita a un cambio radical en vistas a la acogida que le daremos al acoger a los pequeños, pobres y marginados de hoy. Somos invitados a creer y mantener la voz, a ver la presencia sencilla del Dios con nosotros. No olvidemos nunca que no se trata de hablar mucho y mostrar así sabiduría, se trata de dejarnos sensibilizar por la vida y la obra de Jesús. Siguiéndolo a él, perdonemos hasta lo imperdonable, mostrémonos generosos y dispuesto a todo por servir a los demás, no perdamos tiempo sufriendo lo pasado; hoy tenemos la oportunidad de acoger confiadamente a Jesús y avanzar con él hacia la alegría plena. ¿Qué va a ser de nuestra esperanza?

miércoles, 21 de diciembre de 2016

MARÍA E ISABEL CREEN Y ESPERAN

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1, 39-45

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá." Palabra del Señor.

Reflexión

María e Isabel, dos mujeres de fe que celebran la dicha de ser tomada en cuenta por Dios. No es un ejercicio fácil. Son mujeres normales de su tiempo y de su sociedad. Lo que le diferencia de las demás mujeres es que ellas creen y esperan en la realización de la promesa de Dios. Por eso, ante cualquier acontecimiento se preguntan por su significado en la fe. Nada es fortuito a la hora de discernir la voluntad de Dios. Este se manifiesta de manera sorprendente y rompe los esquemas tradicionales de las religiones. Desde el saludo se llenan de paz, de alegría y de gozo al sentirse favorecida por Dios. Hasta el niño que lleva Isabel en su vientre salta de alegría. María es portadora de salvación: es que lleva consigo a Jesús.

El encuentro de estas dos mujeres anuncia el encuentro mismo de Dios con su pueblo. Desbordada por la alegría, Isabel exclama: Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Dios está siempre en el origen de la vida. Las madres, portadoras de vida, son mujeres «bendecidas» por el creador: el fruto de sus vientres es bendito. María es la «bendecida» por excelencia: con ella nos llega Jesús, la bendición de Dios al mundo. Lo que le aporta felicidad a María y a Isabel es su fe y su confianza en Dios. Es en esta misma fe que nosotros debemos buscar, encontrar y celebrar la alegría de la Navidad.

Hoy también contamos con personas sencillas capaces de encontrar felicidad brindándose a los demás. Valoremos el don de tantas mujeres que como María e Isabel se entregan al servicio de la fe y de la esperanza. Ellas muestran, siguiendo a Jesús, el camino de la felicidad. Feliz el pueblo donde hay madres creyentes, portadoras de vida, capaces de irradiar paz y alegría. Feliz la Iglesia donde hay mujeres bendecidas por Dios, mujeres felices que creen y transmiten la fe a sus hijos e hijas. Felices los hogares donde unas madres buenas enseñen a vivir con hondura la Navidad.

martes, 20 de diciembre de 2016

SEGÚN TU VOLUNTAD

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,26-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin."
Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

¿Qué podrá Dios estarnos pidiendo hoy a ti y a mí? María, termina afirmando, "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Ella ha escuchado la palabra de Dios y se pone a sus órdenes. ¿Cuál es la palabra que Dios te dice a ti hoy?  No es nada fácil el ejercicio de discernir cuál es la voluntad de Dios para cada persona, pero es  una experiencia  que debemos buscar si queremos vivir nuestra vocación humana y cristiana adecuadamente. Fijémonos que si es voluntad de Dios siempre apuntará hacia la vida, anunciará la mejoría, cumplirá la promesa de Dios de salvar y alegrar. Todo lo que promueve a las personas y la Creación integral de Dios, forma parte de su voluntad.

Dios no nos asustará enviándonos una criatura celestial a decirnos lo que quiere que hagamos, tenemos que descubrir nuestra vocación en medo de la realidad de cada día. A  veces Dios nos estará pidiendo lo contrario de lo que nosotros planeamos y como María tendremos que hacernos preguntas y buscar aclaración antes de decidirnos a colaborar con Dios en su afán de salvar la humanidad. Hay muchos ángeles sin alas hoy hablándonos de parte de Dios. Seamos atentos a escucharlos y generosos para responder como María: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra."

lunes, 19 de diciembre de 2016

ZACARÍAS E ISABEL

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,5-25

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto."
Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

"No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan”. ¿No es extraño que Zacarías dude de la revelación que le hace el mensajero de Dios?  ¿Cuántas veces había esta pareja pedido a Dios poder tener un hijo? Pero a la hora de Dios atenderle, está lleno de miedo y de duda. A nosotros nos pasa lo mismo, hacemos peticiones a Dios que ni creemos que él pueda escucharnos. Así que aprovechemos este día para pedirle a Jesús que nos enseñe a orar y a esperar activamente que Dios nos responda. Dios termina siempre atendiendo a quien lo invoca y le pide con sinceridad.  

Si nos mantenemos haciendo el bien y buscando hacer la voluntad de Dios al igual que Zacarías e Isabel, por qué vamos a dudar de que Dios nos atienda. En esta familia se confirma que la necesidad de los seres humanos está muy cerca del corazón de Dios. Juan el Bautista será un personaje grande y estará al servicio de Dios como precursor de Jesús que irá preparando el camino del pueblo para recibir al prometido salvador. No nos desesperemos ante nuestras situaciones desagradables, sigamos trabajando afanosamente, orando y confiando. Dios cumplirá su parte pues él nos ama.

sábado, 17 de diciembre de 2016

GENEALOGÍA DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 1,1-17

Lectura del santo evangelio según san Mateo: 

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. 
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. 
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. 
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Este texto puede resultarnos un tanto pesado por el género mismo de expresión en el que está escrito, enmarcado entre los textos de genealogías. Estos escritos intentan mostrar la importancia de un personaje encuadrándolo en la historia y haciendo ver cómo marcan un momento importante en la vida de su pueblo. La diferencia entre la genealogía de Jesús y las demás de su género y su tiempo es que contiene un grupo de mujeres, detalle que no se encuentra en las demás genealogías pues éstas se componen a partir de los hombres. Jesús, al mismo tiempo que forma parte de una tradición, rompe los moldes de esta, pues su descendencia de este linaje le viene de José, padre adoptivo y no real. 

El Evangelista San Mateo puede querer ayudarnos a comprender que Dios se sirve de quien quiere para conducir su pueblo y mostrarle el camino de la salvación. Si los hombres “importantes” no llenan todas las expectativas de Dios para con su pueblo, Dios echa mano de los y las sencillos y pobres, mujeres (impensable en aquel tiempo)  y marginados y marginadas para aportar su salvación. El proceso de revelación de Dios a la humanidad tiene su historia y nosotros formamos parte de ella, no lo olvidemos, valoremos el aporte de cada una y cada uno. Vivamos atentos a los cambios que Dios puede estar introduciendo en cada época e invitándonos a hacer y marchemos unidos a la luz del Señor.

viernes, 16 de diciembre de 2016

CREER EL TESTIMONIO DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Jn 5, 33-36

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


Una vez más Jesús habla de las obras que realiza departe de Dios Padre para edificar a la comunidad y hacer presente la realización de la promesa de Dios. La verdadera religión no es la que tenga el mejor discurso o arme la mejor prédica, es aquella que mejor encarne el rostro misericordioso de Dios. Cuando en la sociedad se cuestiona a un líder comunitario o se le quiera desprestigiar, tenemos que ir a su historia y darnos cuenta de si es un farsante o alguien verdaderamente entregado por la causa del bien común. Analizar lo que dice y lo que hace Para ver si está buscando su propio bien o generosamente se gasta a favor de la comunidad. El testimonio de Jesús da cuenta del amor que Dios nos tiene. Somos invitados a creer en ese amor y disponernos a asumirlo nosotros también como misión para hoy. Como el de Jesús, nuestro testimonio debe mostrar que creemos en el amor de Dios y lo encarnamos.

jueves, 15 de diciembre de 2016

JESÚS HABLA DE JUAN Y NOSOTROS DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy” Lc 7,24-30

Lectura del santo evangelio según san Lucas.

Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios. Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti." Os digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él." Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos. Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Jesús da testimonio positivo sobre Juan Bautista y su misión precursora. Los seguidores de Jesús de hoy también tenemos que responder a los que nos pregunten sobre la Identidad de Jesús y  nuestra identidad cristiana como discípulos de él. ¿Nuestro testimonio habla bien de Jesús? ¿Podrán nuestros contemporáneos descubrir a Jesús y seguirlo a través del ejemplo que nosotros representamos de su vida? Las respuestas no son tan simples ni fáciles. Necesitamos ahondar en nuestro interior si verdaderamente estamos identificados con Jesús y su práctica.

Nos falta madurar e ir avanzando hacia una comunidad cristiana que aporte remedios a los males de nuestro tiempo: un poco más cercana a los que sufren, más atenta a los enfermos más solitarios y desatendidos, más acogedora de los que necesitan ser escuchados y consolados, más presente en las desgracias de la gente; también nos toca, como hizo Jesús, defender los derechos de los menos favorecidos, no dejarlos desamparados. Son ellos los primeros que han de escuchar y sentir la Buena Noticia de Dios. Una comunidad de Jesús no es sólo un lugar de iniciación a la fe ni un espacio de celebración. Ha de ser, de muchas maneras, fuente de vida más sana, lugar de acogida y casa para quien necesita hogar.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿ERES TÚ EL MESÍAS?

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 7,19-23

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: "Vayan a anunciar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Las personalidades de Juan Bautista y Jesús anuncian la necesidad de conversión para acoger la presencia de Dios en el mundo de maneras muy diferentes. Juan Anuncia la llegada de un juez terrible que cortará, con el hacha afilada, a todo aquel que no se convierte. Jesús anuncia a un Dios Padre de ternura y amor que viene a liberar a su pueblo de todo aquello que le quita vida y calidad humana.  Por eso, cuando Juan tiene noticia de la actividad de Jesús en Galilea, le entran dudas de si él es o no es el Mesías anunciado. Juan anuncia y espera un Salvador fuerte que imponga la voluntad de Dios, pero la vida de Jesús es la de un hombre cercano a los necesitados. Un hombre entregado totalmente a aliviar a hombres y mujeres de todo lo que bloquea el crecimiento de la vida e impide a la humanidad vivir con esperanza. Un hombre que sabe liberar con su acogida, su cercanía, su palabra, su fe en el Padre, su búsqueda apasionada de fraternidad.

En nuestra época existen muchísimas personas carentes de afecto, cargadas de soledad,  sufriendo crisis de sentido de la vida, con vacío interior, la desafección y la desesperanza las experimentan no pocos. El afecto a cada persona, la cercanía amistosa, el respeto y la escucha a cada ser humano, la acogida y comprensión de cada vida, no pueden ser garantizados si no surgen del corazón de hombres y mujeres animados por el Espíritu de Jesús.

Jesús nos muestra que Dios no es carga, sino mano tendida. No es represión sino expansión de nuestra verdadera libertad. Dios es ayuda, alivio, fuerza interior, luz, perdón sin límite, comprensión en la debilidad, consuelo en la mediocridad, esperanza en la oscuridad, amistad en la soledad. Somos llamados a proyectar ese Dios en nuestro trato. Ya bien entrado este Adviento, apuremos la práctica de la esperanza activa y comprometida. Verdaderamente Jesús es el Hijo de Dios, quien nos lo muestra y revela en toda su dimensión amorosa y encarna el rostro misericordioso de Dios.

martes, 13 de diciembre de 2016

PRÁCTICAS Y PRÉDICAS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 21,28-32

Lectura del santo evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero."       
Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no recapacitaron ni le creyeron."
 Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Esta parábola es simple y cuestionadora. No ofrece razones que expliquen los comportamientos, solo los describe. Jesús nos muestra el camino para aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas. El seguimiento de Jesús se juega en la práctica, ella decide el destino ante Dios. El hacer prima sobre el decir. La pregunta de Jesús es clara y exige de nosotros un discernimiento: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del Padre? No basta con responder que el primero. Tenemos que sentirnos interpelados: ¿Con cuál de los dos nos sentimos nosotros identificados?

Estamos habituados a los discursos bonitos aunque sean poco significativos o contengan muy poca sustancia. Son los actos quienes juzgan seriamente nuestras intenciones. Son las acciones quienes dan peso a las palabras. Una persona creíble es aquella capaz de vivir su palabra. Si nuestras palabras no concuerdan con nuestras prácticas tendríamos que dejar de hablar.

Lo grande del primero de los hijos es haber recapacitado y cambiar de actitud. A eso estamos llamados, a la conversión, al cambio, a la reflexión que nos haga tomar conciencia y finalmente vivir coherentemente nuestra fe. Esto es lo que nos hace nacer de nuevo. Las palabras se pueden borrar con los actos. Dijo no quiero ir, pero lo que queda es el hecho de que final y humildemente fue.

lunes, 12 de diciembre de 2016

GUADALUPE DE LAS AMÉRICAS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1, 39-45

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Las Américas. El Evangelio de Hoy nos recuerda la importancia de María y su fe para nosotros en todo tiempo: María es esa mujer abierta al proyecto de salvación que tiene Dios para la humanidad. Su apertura le hace escuchar positivamente el llamado de Dios y aceptar comprometerse en su causa. Sin dejar de ser una mujer común y corriente como todas las mujeres de todos los tiempos, es capaz de sintonizar profundamente con el plan de Dios. Todo lo vivido por María puede ser vivido por nosotros, ella pertenece a nuestra raza humana.

La dicha de María es la de ser creyente, como se lo dice Isabel, “Dichosa tú que has creído”. Al mismo tiempo, tanto María como Isabel se sienten hondamente agradecidas de Dios por sus atenciones hacia ellas. Estamos acostumbrados a reclamarle a Dios la paga por nuestras obras y obediencia como si tuviéramos méritos. Somos invitados a descubrir lo que Dios hace por nosotros en medio de nuestra realidad, a veces duras e insostenibles, y agradecerle. “Quien soy yo”, dice Isabel.

Como María se pone en camino y va a ver a Isabel, como ha venido a nuestro Continente y acompaña discreta y maternalmente nuestras comunidades, así estamos nosotros llamados hoy a  ser misioneros del amor de Dios en nuestro mundo necesitado de paz y de justicia. Como “Pueblo de Dios”, inspirémonos en María de Guadalupe y continuemos nuestra misión con alegría sabiéndonos bien acompañados por ella en la tarea de seguir a su Hijo.

sábado, 10 de diciembre de 2016

"... ELÍAS YA HA VENIDO ..."

“El Evangelio de Hoy”: Mt 17, 10-13.

Lectura del santo evangelio según san Mateo.

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Él les contestó: "Elías vendrá y lo renovará todo. Pero les digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos." Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

¿Por qué hablan los creyentes del tiempo de Jesús de Elías? Porque parte de la doctrina enseñaba que antes que El Mesías volvería Elías a prepararle el ambiente. La respuesta de Jesús a la pregunta de los entendidos en religión, de su tiempo, nos dice que Jesús no contradice esa doctrina. Jesús la cree pero echa en cara a los líderes religiosos su poca capacidad y determinación para reconocer el cumplimiento de las promesas de Dios. Están concentrados en el pasado y no se abren a los signos de cada tiempo que hablan de la presencia de Dios realizando sus promesas de amor y salvación de sus hijos. Todo lo que pasa puede hablarnos de Dios y su decisión de salvar, pero lo entendemos a nuestra manera para mantener y conservar el pasado sin transformar nada y sin cambios que indiquen crecimiento y madurez.

No hay que confundir a Jesús con ningún otro personaje del pasado ni del presente. Jesús nos muestra en el momento actual cómo avanzar en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. Su evangelio despierta acciones de bondad. Seguirlo a él de corazón nos hace creativos y nos lanza a la aventura de seguir la tarea de construcción de su reino con alegría y confianza. En vez de pensar en el pasado, en lugar de avaluar si estamos cumpliendo los antiguos mandamientos, abramos bien nuestro corazón, nuestros oídos y nuestra mente para discernir lo que Dios nos revela hoy y realizarlo con mucha humildad, como nuestra colaboración en la construcción del Reinado de Dios.

Los cristianos de hoy necesitamos urgentemente "interiorizar" nuestra religión si queremos reavivar nuestra fe. No basta oír el Evangelio de manera distraída, rutinaria y gastada, sin deseo alguno de escuchar y vivir lo creído. No basta tampoco una escucha inteligente preocupada solo de entender. Necesitamos escuchar a Jesús vivo en lo más íntimo de nuestro ser. Todos, predicadores y pueblo fiel, necesitamos escuchar su Buena Noticia de Dios, no desde fuera sino desde dentro. Dejar que sus palabras desciendan de nuestras cabezas hasta el corazón. Nuestra fe sería más fuerte, más gozosa, más contagiosa.