EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

ACEPTEMOS A JÉSUS


“El Evangelio de Hoy”: Jn 1,1-18

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

En el Evangelio de Hoy, el evangelista San Juan resume lo que será su Evangelio completo. La Palabra de Dios se humaniza, se encarna, se sumerge en la historia y en la cultura, por medio de la persona de Jesús, para traer la luz al mundo entero. Es una oferta de salvación de Dios para la humanidad. Pero la humanidad en general, en uso de su libertad, no aceptó esa oferta, sino que la rechazó. La Palabra no fue escuchada ni acogida más que por unos pocos; los demás continuaron con sus tradiciones y prácticas religiosas y se cerraron a la Palabra de vida y Salvación.

Sin actitudes enfermizas podemos preguntarnos hoy que despedimos un año e inauguramos otro, ¿Cuál ha sido mi respuesta concreta a la palabra de Dios durante el 2014? ¿En qué me ha ayudado el hecho de leer el evangelio de cada día? Que la Palabra hecha carne, Jesús, nos ilumine para que el 2015 y toda nuestra vida responda a nuestras expectativas y a la voluntad de Dios. No olvidemos que la voluntad de Dios es la vida. Así que cuidemos la vida, defendamos la y promovámosla. Agradecemos a Dios las oportunidades que nos ha brindado hasta ahora y le pedimos que continúe mostrándonos su amor y su misericordia. Disfrutemos de la vida sin complejos ni prejuicios, Dios camina con nosotros. Paz, salud y alegría en el nuevo año que va llegando.

martes, 30 de diciembre de 2014

PERSONAS TESTIGOS DE ESPERANZA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 2,36-40 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor. REFLEXIÓN La anciana Ana era una de las llamadas profetisas, éstas anunciaban la liberación del pueblo de Dios que llegó con el nacimiento de Jesús. El evangelio de Lucas incorpora en los llamados relatos de infancia a varios ancianos con características proféticas o sacerdotales: Zacarías, Isabel, Simeón y Ana. Con estos personajes el evangelista quiere afirmar la esperanza del pequeño resto de Israel, de aquel pequeño grupo que seguía fiel a las promesas de Dios y esperaba el tiempo de la liberación del pueblo que debería inaugurar y realizar el Mesías prometido y esperado. A veces perdemos la esperanza fácilmente ante tantas dificultades que nos presenta la vida. Al no ver claro el camino a seguir, todo se nos presenta sospechosamente confuso. Se necesita tener un corazón como el de Zacarías, Isabel, Simeón y Ana para no perder la confianza y la esperanza en Dios y en sus promesas de salvación. Pidamos a Jesús que nos ayude a crecer en confianza en él y a vivir la esperanza de manera práctica.

lunes, 29 de diciembre de 2014

LUZ PARA LAS NACIONES



 “El Evangelio de Hoy”: Lc 2,22-35


Lectura del Santo Evangelio Según san Lucas.

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel."
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy tenemos el mismo evangelio que leímos ayer. Se nos presenta a María y a José consagrando al niño Jesús al templo. Con ello cumplen con la ley y la costumbre de su pueblo: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Pasados cuarenta días del parto, la madre debía presentarse al templo para su purificación. Además, era normativo presentar al primogénito en el templo como ofrenda a Dios. José y María asumen todas las costumbres y preceptos de su tiempo. Como familia de escasos recursos ofrecen un par de pichones. Luego encontramos a Simeón y a Ana profesando su fe y su esperanza delante de este extraordinario niño. No es nada fácil reconocer a Dios cumpliendo sus promesas a través de un recién nacido. El anciano toma en brazos al niño y profetiza sobre su misión de ser luz para todos los pueblos. Jesús asumirá la naturaleza humana y su historia, su cultura, sus costumbres. La salvación pasa necesariamente por las condiciones humanas. Jesús es presentado como “Luz para alumbrar a las naciones”. Dejémonos iluminar por Jesús para atravesar cualquier camino sin perdernos ni entristecernos. Aprovecho para agradecerle a Dios el don la vida y a ustedes por ser parte importante de mí existencia.

domingo, 28 de diciembre de 2014

LA FAMILIA DE JESÚS Y LA NUESTRA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 2,22-40 Lectura del santo evangelio según san Lucas: Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, [de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.] Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor. Reflexión Celebramos hoy la fiesta de la sagrada familia, la familia de Jesús. Esta familia la conocemos por referencia a Jesús mismo.La familia, según él, tiene su origen en la persona del Creador que atrae a la mujer y al hombre a ser “una sola carne”, compartiendo su vida en una entrega mutua, animada por un amor libre y gratuito. Esto es lo primero y decisivo. Esta experiencia amorosa de los padres puede engendrar una familia sana. Los hijos son un regalo y una responsabilidad. Un reto difícil y una satisfacción incomparable. La actuación de Jesús, defendiendo siempre a los pequeños y abrazando y bendiciendo a los niños, sugiere la actitud básica: cuidar la vida frágil de quienes comienzan su andadura por este mundo. Nadie les podrá ofrecer nada mejor. Una familia cristiana trata de vivir una experiencia original. Es Jesús quien alienta, sostiene y orienta la vida sana de la familia. El hogar se convierte entonces en un espacio privilegiado para vivir las experiencias más básicas de la fe cristiana: la confianza en un Dios Bueno, amigo del ser humano; la atracción por el estilo de vida de Jesús; el descubrimiento del proyecto de Dios, de construir un mundo más digno, justo y amable para todos. La lectura del Evangelio en familia es, para todo esto, una experiencia decisiva. En un hogar donde se le vive a Jesús con fe sencilla, pero con pasión grande, crece una familia siempre acogedora, sensible al sufrimiento de los más necesitados, donde se aprende a compartir y a comprometerse por un mundo más humano.

viernes, 26 de diciembre de 2014

"SIMON PEDRO Y EL OTRO DISCIPULO ENTRARON AL SEPULCRO"

El Evangelio de hoy: Juan 20, 2-8

Lectura del santo evangelio según san Juan:
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Palabra del Señor

Reflexión
Es tiempo de Navidad. Hemos hecho un camino de Adviento para ir hacia Jesús, que viene a nosotros, “en cada persona y en cada acontecimiento¨. Con los testimonios de Esteban ayer y hoy de Juan, vamos comprendiendo que la Encarnación es una relación de amistad, de amor de “Dios con nosotros” y de una gran experiencia de todo lo que envuelve la cercanía de Dios.
Con los dos testigos últimos que celebramos –Esteban y Juan-, el amor encarnado en la historia de nuestras realidades cotidianas se hace presencia amorosa que invita al encuentro, al perdón, a la reconciliación, a pasar de situaciones menos humanas a situaciones más humanas. La encarnación sustenta nuestra condición de hijos e hijas de Dios. El acontecimiento de Jesús en nuestras vidas y en la construcción del Reino de Dios, pasa por todas las circunstancias de nuestras vidas.
Contemplamos al niño que nace para nuestra salvación. En su encarnación El vive las realidades humanas como suyas y toda su existencia será una respuesta generosa a la vida, para que todos y todas tengan vida.
Testigos de lo que han visto y oído, nos invitan también a nosotros entrar en ese dinamismo de encarnación y hacer que esta realidad de más, y que nosotros mismos no nos agotemos en normas, convencionalismos, cultos y prácticas piadosas. Encarnarse implica más. Quien se entusiasma y compromete con el proyecto y la persona de Jesús, ya participa en la Vida y, como respuesta, la valoración y asunción de la vida como realización humana y cristiana, abre a la disponibilidad, al servicio, a las relaciones fraternas, a la compasión por los que no tienen vida o viven amenazados de muerte. Así, la propia vida se hace capacidad de darse, de no temer a quienes matan la vida. Y podemos nosotros también ver y oír, hacer experiencias de resurrección.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

NOCHE BUENA - NAVIDAD



 “El Evangelio de Hoy”: Lc 1,67-79

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz." Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

Esta noche es ¡Noche Buena! Desde el 30 de noviembre nos venimos preparando con el Adviento que terminamos hoy, para desde esta tarde iniciar las celebraciones de la Navidad. Ya los cristianos estamos de fiesta, pues celebramos el nacimiento de Jesús. Es la fiesta del Dios hecho humanidad, que ha decidido hacerse hombre para vivir entre nosotros. El júbilo es grande, porque el nacimiento de un niño pone a Dios en medio de nosotros como maravillosa manifestación de su amor. En la Palabra de Dios que leemos hoy vemos con claridad la opción de Dios a favor de su pueblo, que en respuesta abre el corazón a sus mandatos. El cántico de Zacarías, el papá de Juan Bautista, es una alabanza a Dios por todo su obrar a favor de su pueblo, durante toda la historia de la salvación. Vivamos con gozo estas fiestas Navideñas Y crezcamos en confianza en el Dios de la vida. Feliz Navidad!

martes, 23 de diciembre de 2014

PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE



“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,57-66

Lectura del santo evangelio según san Lucas:


A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.


A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados.


Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va a ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN


Bien cerca de la celebración de la Navidad, de nacimiento de Jesús, “El Evangelio de Hoy” nos trae el Nacimiento de Juan Bautista. Juan Bautista era pariente cercano de Jesús. Nació cuando sus padres eran mayores. Tan mayores que, Isabel y Zacarías, creían imposible tener descendencia. Sin embargo se vieron sorprendidos con el embarazo de Isabel. El nombre del niño le eligieron entre los dos, de acuerdo: Su nombre es Juan. Juan fue un hombre sencillo, sincero, y de palabra. Por todo esto tenía un grupo grande de discípulos y seguidores que le querían mucho. Cuando vio a Jesús que se acercaba a él, les dijo: Este es el Mesías. Síganle. Yo no soy nada, comparado con él, no soy digno de desatarle los cordones de sus sandalias. Jesús también hizo buenos comentarios sobre Juan Bautista, su primo: De todos los nacidos de mujer, nadie más grande que Juan. Qué será de este niño, decía la gente. Seguimos asistiendo a la confirmación de que para Dios nada es imposible. Así que acojamos con humildad, alegría, fe y confianza la presencia de Jesús entre nosotros, como Zacarías, dejemos que nuestra lengua se suelte y bendiga a Dios; y vivamos de acuerdo a las inspiraciones del Espíritu.

lunes, 22 de diciembre de 2014

LA VIDA DE DIOS EN MARÍA


“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,46-56

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

 

En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

El evangelio de Hoy es un reconocimiento de la obra de Dios en la vida de María y un compromiso de ella como respuesta de de frente a ese Dios comprometido y presente en la historia humana. El cántico de María resume de una manera magistral la Historia de Salvación reconociendo la acción de Dios en la historia del pueblo. Podemos destacar las características de Dios en este poema.

 

María proclama la grandeza de Dios que consiste en ser clemente y misericordioso; él es salvador, es poderoso, fuerte, compasivo con los empobrecidos y hambrientos; pero su fortaleza no es como la de los imperios; su fortaleza consiste en el amor y en socorrer a su pueblo y cumplir sus promesas. El cántico expresa con toda claridad la experiencia de Dios que acontece en el corazón de María. Sólo los pobres y los pequeños, libres de tantas ataduras producidas por el poder y la riqueza, son capaces de percibir con facilidad la actuación liberadora de Dios.

 

No es solo una oración de María, el Magníficat es, ante todo, un programa de vida para el creyente. Nos impulsa a hacer visibles los valores del Reino de Dios. Todo lo que le atribuimos a Dios a favor de los pobres y necesitados, se convierte en una tarea a realizar por nosotros hoy en un mundo que se sigue organizado de manera contraria a como creemos que lo organizaría Dios. Hagamos de este hermoso canto un motivo de meditación para afirmar una vez más nuestro compromiso como seguidores de Jesús al estilo de María y comprometernos de manera concreta a servir a quienes nos necesitan.

domingo, 21 de diciembre de 2014

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO: MARÍA



“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,26-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?"

El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.

 
REFLEXIÓN


Este cuarto domingo de Adviento está marcado por la presencia de María quien se sitúa frente a Dios en su condición de pequeña y servidora del Señor. El Ángel Gabriel le invita a la alegría. También para nosotros hoy, el gozo tiene que ser una nota propia pues creemos que Dios cumple su promesa. María recibe el favor de ser escogida por Dios, por eso el Ángel le llama “llena de Gracia”, y añade, “El Señor está contigo”. Todo sucede bajo la presencia del amor libre y gratuito de Dios. La fe es el don que inaugura el diálogo. Dios confía en María y esto hace que ella ponga su confianza en él. Por eso, María es reconocida como mujer humilde y creyente. No hay nada que temer, para Dios nada es imposible, la entrega es una respuesta al reconocimiento de que Dios nos ama. Esto nos hace participar del proyecto de Dios. La maternidad de María, más que un don personal, es un don a la humanidad entera en ella. Un don hecho a María para beneficio de toda la comunidad. Nosotros somos invitados a escuchar la voz de Dios y a poner en él nuestra confianza.


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