EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 30 de abril de 2013


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 14,27-31a
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble su corazón ni se acobarde. Me han oído decir: "Me voy y vuelvo a su lado." Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigan creyendo. Ya no hablaré mucho con ustedes, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago."  Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
"La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. ¿Cuál es  la diferencia entre la paz de Jesús y la que da el mundo? Para el mundo la paz es sinónimo de riqueza, de tranquilidad y bienestar personal, de ausencia de guerras, de vivir despreocupado de los otros, de no hacer daño a los demás. La paz de Jesús es un don del Espíritu interiorizado en cada persona que está dispuesta a trabajar por la justicia. Por tanto, la paz es fruto del amor y de la vivencia de la voluntad divina. Jesús hace aquí una crítica a las élites religiosas que explotan al pueblo y lo utilizan para su propio enriquecimiento. La paz del mundo, que era la que ofrecía e imponía Roma y las autoridades judías, apuntan a prácticas de alienación, sometimiento y dependencia del pueblo. Hoy más que nunca necesitamos esta paz que Jesús nos ofrece. Dispongámonos a aportar nuestra cuota de esfuerzo en la construcción de esta paz que es un don de Dios pero que necesita nuestra aceptación y compromiso. Paz y Bien.

lunes, 29 de abril de 2013

LA PRUEBA DE QUE AMAMOS A JESÚS ES VIVIR SU PALABRA


“El Evangelio de Hoy”: Juan 14,21-26
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él." Le dijo Judas, no el Iscariote: "Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?" Respondió Jesús y le dijo: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les irá recordando todo lo que les he dicho." Palabra del Señor..
 
Reflexión
El Evangelio de Hoy nos recuerda que seguir a Jesús, guardar su palabra como dice el versículo 23 de este capítulo 14, es la prueba del amor de los discípulos por su Maestro. Al mismo tiempo, es el único camino para acceder a Dios Padre. Jesús es la palabra, el Hijo, la revelación de Dios en nuestro mundo, por eso, sólo viviendo su palabra iremos hacia el Reino de Dios. Es un asunto de vida, de práctica de relación con los demás al estilo de Jesús. El esfuerzo por poner en práctica la enseñanza de Jesús, muestra el amor que le tenemos. Observando el mandamiento del amor al prójimo  demostramos nuestro amor por Jesús y seremos amados por el Padre. El criterio de preferencia es la práctica del amor; el Padre se manifiesta a todo aquel que vive el amor a su prójimo. Pidamos a Jesús que nos permita pasar de la teoría a la práctica del amor entre nosotros como él nos ha amado.

domingo, 28 de abril de 2013

AMISTAD DENTRO DE LA IGLESIA

“El Evangelio de Hoy”: Juan 13, 31-33a. 34-35
Lectura del santo evangelio según san Juan:

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijos míos, me queda poco de estar con ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo les he amado, ámense también entre ustedes. La señal por la que conocerán todos que son discípulos míos será que se aman unos a otros." Palabra del Señor.
 

Reflexión invitada: AMISTAD DENTRO DE LA IGLESIA  
José Antonio Pagola.
 
Es la víspera de su ejecución. Jesús está celebrando la última cena con los suyos. Acaba de lavar los pies a sus discípulos. Judas ha tomado ya su trágica decisión, y después de tomar el último bocado de manos de Jesús, se ha marchado a hacer su trabajo. Jesús dice en voz alta lo que todos están sintiendo: “Hijos míos, me queda ya poco de estar con vosotros”.
 
Les habla con ternura. Quiere que queden grabados en su corazón sus últimos gestos y palabras: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que os conocerán todos que sois mis discípulos será que os amáis unos a otros”. Este es el testamento de Jesús.
 
Jesús habla de un “mandamiento nuevo”. ¿Dónde está la novedad? La consigna de amar al prójimo está ya presente en la tradición bíblica. También filósofos diversos hablan de filantropía y de amor a todo ser humano. La novedad está en la forma de amar propia de Jesús: “amaos como yo os he amado”. Así se irá difundiendo a través de sus seguidores su estilo de amar.
 
Lo primero que los discípulos han experimentado es que Jesús los ha amado como a amigos: “No os llamo siervos… a vosotros os he llamado amigos”. En la Iglesia nos hemos de querer sencillamente como amigos y amigas. Y entre amigos se cuida la igualdad, la cercanía y el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es señor de sus amigos.
 
Por eso, Jesús corta de raíz las ambiciones de sus discípulos cuando los ve discutiendo por ser los primeros. La búsqueda de protagonismos interesados rompe la amistad y la comunión. Jesús les recuerda su estilo: “no he venido a ser servido sino a servir”. Entre amigos nadie se ha de imponer. Todos han de estar dispuestos a servir y colaborar.
 
Esta amistad vivida por los seguidores de Jesús no genera una comunidad cerrada. Al contrario, el clima cordial y amable que se vive entre ellos los dispone a acoger a quienes necesitan acogida y amistad. Jesús les ha enseñado a comer con pecadores y gentes excluidas y despreciadas. Les ha reñido por apartar a los niños. En la comunidad de Jesús no estorban los pequeños sino los grandes.
 
Un día, el mismo Jesús que señaló a Pedro como “Roca” para construir su Iglesia, llamó a los Doce, puso a un niño en medio de ellos, lo estrechó entre sus brazos y les dijo: “El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí”. En la Iglesia querida por Jesús, los más pequeños, frágiles y vulnerables han de estar en el centro de la atención y los cuidados de todos.

sábado, 27 de abril de 2013

CREER EN JESÚS EL DIOS CON NOSOTROS


“El Evangelio de Hoy”: Juan 14,7-14
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo esté en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré." Palabra del Señor.
 

Reflexión

Una vez más Jesús nos invita a creer en él. Él ha vivido su misión obedeciendo a Dios, su padre, de manera integral. Se ha puesto de parte de la humanidad. Ha encaminado a los enfermos hacia la salud, a los tristes y deprimidos hacia la esperanza. Le ha devuelto la alegría y el entusiasmo a los solitarios, a los marginados y a los pecadores, acogiéndolos con alegría y compartiendo con ellos. Ha anunciado el tiempo del perdón y la renovación de toda la realidad. En fin, ha encarnado toda la promesa que Dios había hecho a su pueblo. Por eso, Jesús es el cumplimiento de la promesa de Dios. Es Dios mismo presente y salvando a su pueblo. Es por eso que Jesús dice, el que me ha visto ha visto al Padre. Solo Dios vive y actúa con un amor como el que manifestó Jesús. Ahora nos pide a nosotros a seguir su ejemplo tratando a los demás como hermanos y hermanas, como amigos y amigas. Abramos las puertas de nuestro corazón y de nuestra mente al Señor para que nos permita la fe y la vida en él. Que hoy y siempre dejemos que Jesús forme parte de nuestra realidad, así se irá transformando en la realidad que dios quiere: el Reino de Dios, hecho de justicia y de fraternidad. Amén.

viernes, 26 de abril de 2013

JESÚS ES CAMINO VERDAD Y VIDA, SIGÁMOSLO

“El Evangelio de Hoy”: Juan 14,1-6

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Que no tiemble su corazón; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles sitio? Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y les llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino." Tomás le dice: "Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le responde: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí." Palabra del Señor.

Reflexión

Para la comunidad de seguidores de Jesús es esencial sentirse seguros en medio de una persecución que le anuncia lo peor. ¿Cómo no temblarle el corazón, cómo no vacilar ante momentos de tanta inseguridad y de muerte? Es ahí donde necesitamos profundizar en todo lo relativo a nuestra fe. Lo definitivo no está en nuestro poder para resolver los problemas que nos vienen encima, sino en confiar en la promesa de Jesús. Jesús mismo es el mejor ejemplo. Sufriendo un dolor desesperante en la cruz Jesús también pide al Padre que le libre de ese tormento, pero añade que lo más importante es que se haga su voluntad. Sabemos que la voluntad de Dios nunca será la muerte o el hambre, ni el dolor y ningún tipo de sufrimiento. Confiar en Dios y en su promesa tampoco debe llevarnos a una vida irresponsable de dejárselo todo a él, pero nos debe dar las herramientas necesarias para luchar por la vida y su mejoría, desde las actitudes y del modo que Jesús lo hizo. La trascendencia, lo definitivo, la salvación, no está en nuestras capacidades sino en nuestra confianza. Dios no bajó a Jesús de la cruz, pero lo resucitó y vive  para siempre. Es por eso que Jesús invita a su comunidad a Creer en Dios y en él como Camino, Verdad y Vida. Ante los problemas, dificultades, enfermedades, dudas, sigamos creyendo y luchando. No estamos solos, Jesús camina con nosotros. Caminemos nosotros con nuestros hermanos y hermanos ayudándoles en todo lo que podemos y dejémonos ayudar y acompañar por Jesús.

jueves, 25 de abril de 2013

LOS SIGNOS DE FE


Jueves 25 de abril del 2013. “El Evangelio de Hoy”: Marcos 16,15-20

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos."                                     
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Palabra del Señor.
 
Reflexión

En el Evangelio de Hoy nos encontramos con  el envío de los seguidores de Jesús con la misión de anunciar la Buena Nueva a toda la Creación. Aceptar a Jesús y ser bautizados en su nombre será el inicio de la vida cristiana en La Iglesia. Jesús anuncia, también, las señales que acompañan a quienes creen en Él: Expulsar demonios es combatir el poder del mal que daña la vida Nueva anunciada por Jesús. (…Las injusticias, la inseguridad, la desigualdad vergonzosa, la pobreza deshumanizante, corrupción, abusos, asesinatos, robos, mentiras…) Hablar lenguas nuevas consiste en hablar con la gente de una manera nueva; es compartir con una persona a quien nunca hemos visto, pero que nos parece que hace tiempo la conocemos; esto es hablar el lenguaje del amor. Vencer el veneno: hay muchas cosas que envenenan nuestra convivencia. Los chismes, las envidias dañan las relaciones, y quien vive en presencia del Señor logra no ser envenenado por ese veneno ponzoñoso. Sanar enfermos: estamos llamados a optar por los excluidos y marginados, y sobre todo por los enfermos. Miramos a Jesús en  su vida normal de cada día y nos damos cuenta los signos que a él le acompañaban… su cercanía y trato aportaba vida y esperanza. Hoy es un buen día para comenzar a leer, completo, el Evangelio según San Marcos, El más corto y directo. Hoy celebramos la fiesta de San Marcos Evangelista.

miércoles, 24 de abril de 2013

VIVAMOS COMO NOS HA ENCARGADO JESÚS


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 12,44-50
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre." Palabra del  Señor.
 
Reflexión
 
Desde el primer capítulo de su Evangelio, Juan establece una antítesis entre la luz y la oscuridad invitando a la humanidad a escoger la luz como solución a los impases de la vida integral. Jesús es la luz y se ofrece como alternativa pero no se impone, debe ser aceptada su oferta de manera libre y personal. La vida de Jesús tal como él la vivió nos ofrece el camino para trascender nuestra historia aún pasando por problemas, enfermedades y la muerte. Creer en Jesús nos abre a la luz de la esperanza, nos compromete con la salvación del mundo y nos hace antorchas del amor y de la justicia, para llenar de luz los pequeños pero significativos proyectos que en el mundo luchan por la vida plena y abundante. Tengamos cuidado de no auto engañarnos. Nuestra fe ha de vivirse como un compromiso transformador de la realidad, a favor de la vida, de la justicia y la igualdad y no como una alienación lunática y evasora. Dios nos acompañe en  nuestra misión e ilumine especialmente a los que más sufren las consecuencias de nuestra preferencia por oscuridad. Buen día.

martes, 23 de abril de 2013

ACOGER LA OFERTA DE VIDA ETERNA

 “El Evangelio de Hoy”: Juan 10,22-30

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: "¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente." Jesús les respondió: "Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno." Palabra del Señor.


Reflexión


Parte del Evangelio de Hoy ya lo habíamos reflexionado el domingo pasado. Jesús responde de manera contundente a los líderes judíos que lo exasperan con sus preguntas. Para poder reconocer a Jesús como el enviado, el Mesías, el Hijo de Dios y Salvador, hay que escucharle y sentirse atraídos por Él, llamado a seguirle y dispuestos a hacerlo con alegría, con sentido fraterno y entusiasmo. Los dirigentes judíos no lo reconocen pues están concentrados en cumplir con su religión, sin tomar en cuenta a sus hermanos y hermanas. Solo le interesa la formalidad y tradición religiosa sin novedad, sin creatividad, sin vida. Cuando se vive así, lo primero es la apología de la institución y la condena de todo el que actúe de manera distinta. Y por crucificaron a Jesús pues resultaba un peligro público y peligroso para la tradición y la religiosidad establecida. Jesús nos invita a la unidad con Dios en su empeño a favor de la vida, de la alegría y la salvación. Así lo vivió Jesús, siempre unido a su Padre Dios y mejorando la vida de los más necesitados. No nos olvidemos  de que hoy nos puede pasar lo mismo. Escuchemos y agamos caso a Jesús. Él es nuestra Vida eterna.

lunes, 22 de abril de 2013

JESÚS ES LA PUERTA SEGURA Y DEFINITIVA

“El Evangelio de Hoy”: Juan 10,1-10

Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños."
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
“El Evangelio de Hoy” nos recuerda que hay una gran diferencia entre Jesús, la Puerta, y los dirigentes religiosos de antes y de ahora que se auto promueven buscando influencias y poderes personales, explotando la religiosidad de sus propios “hermanos”. Personalmente creo que es relativamente fácil identificar a los que el Evangelio llama ladrones, asaltantes. Hay que ver si nuestros dirigentes, en las esferas, social, política, religiosa; en las distintas estructuras organizacionales, están al servicio de las comunidades o simplemente se están sirviendo ellos de los demás. Si se evidencia algún indicio de dominación o de ambición, significa que son ladrones y asaltantes. La enseñanza de Jesús y su vida lo sitúan como puerta de vida, de salud, de servicio generoso y trascendencia. Él es nuestro modelo de dirigentes a seguir, hacia él debemos ir, a Él debemos seguir, en medio de nuestras limitaciones personales y comunitarias.

domingo, 21 de abril de 2013

Escuchar y Seguir a Jesús

El Evangelio de Hoy”: Juan 10, 27-30

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."  Palabra del Señor.

Reflexión invitada. ESCUCHAR Y SEGUIR A JESÚS           
José Antonio Pagola.

Jesús es muy claro: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna”. Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos, establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.
 
Nada hay tan decisivo para ser cristiano como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús. El gran riesgo de los cristianos ha sido siempre pretender serlo, sin seguir a Jesús. De hecho, muchos de los que se han ido alejando de nuestras comunidades son personas a las que nadie ha ayudado a tomar la decisión de vivir siguiendo sus pasos.
 
Sin embargo, ésa es la primera decisión de un cristiano. La decisión que lo cambia todo, porque es comenzar a vivir de manera nueva la adhesión a Cristo y la pertenencia a la Iglesia: encontrar, por fin, el camino, la verdad, el sentido y la razón de la religión cristiana.
 
Y lo primero para tomar esa decisión es escuchar su llamada. Nadie se pone en camino tras los pasos de Jesús siguiendo su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Comenzamos a seguirle cuando nos sentimos atraídos y llamados por Cristo. Por eso, la fe no consiste primordialmente en creer algo sobre Jesús sino en creerle a él.
 
Cuando falta el seguimiento a Jesús, cuidado y reafirmado una y otra vez en el propio corazón y en la comunidad creyente, nuestra fe corre el riesgo de quedar reducida a una aceptación de creencias, una práctica de obligaciones religiosas y una obediencia a la disciplina de la Iglesia.
 
Es fácil entonces instalarnos en la práctica religiosa, sin dejarnos cuestionar por las llamadas que Jesús nos hace desde el evangelio que escuchamos cada domingo. Jesús está dentro de esa religión, pero no nos arrastra tras sus pasos. Sin darnos cuenta, nos acostumbramos a vivir de manera rutinaria y repetitiva. Nos falta la creatividad, la renovación y la alegría de quienes viven esforzándose por seguir a Jesús.

sábado, 20 de abril de 2013

JESUS ES PALABRA DE VIDA

“El Evangelio de Hoy”: Juan 6,60-69

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto les hace vacilar?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen." Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede." Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren marcharse?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
Lo cierto es que no es nada fácil comprender el trascendental lenguaje de Jesús, y mucho menos adherirse a él de manera determinada y durable. Sin embargo, es el camino para poder llegar más allá de lo cotidiano, de la historia presente y del mundo conocido y dominado por la humanidad. Los discípulos de Jesús encuentran muy duras y excesivas la enseñanza de Jesús pues no era la conocida por ellos. No están acostumbrados ni dispuestos a un discurso y una práctica basados en el amor, sienten que este camino les hace débiles y les encamina al fracaso y a la muerte. Hoy sabemos que de todas maneras hay que pasar por la muerte para alcanzar la Vida.
 
 
Jesús había insistido en que quien guarde su vida la perderá y quien la  pierda por él, la tendrá para siempre. Es cuestión de fe, de opción radical por Jesús y su mensaje de amor. Ante la corriente social que nos invita al bienestar  y a la comodidad, a rechazar cualquier realidad que pueda producirnos dolor y sufrimientos, podríamos fácilmente caer en el abandono de la fe, de los valores evangélicos y en la adopción de actitudes egoístas como normas de vida. La enseñanza de Jesús y su vida misma, nos invitan a asumir la vida como un sagrado regalo de Dios. Defenderla, amarla, promoverla y aprovecharla intensamente, pero siempre al servicio de los demás. No abandonemos a Jesús.

viernes, 19 de abril de 2013

JESÚS ES EL PAN DE VIDA


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 6,52-59
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de sus padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún. Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
Cuando Jesús habla de darse a comer como carne y sangre nos está hablando de una entrega total de su vida. Es su vida, sus motivaciones, sus modos de vida, sus reacciones frente a los demás, es la totalidad de su ser la que nos deben inspirar y fortalecer a la hora de vivir nuestra fe en él. Pero los judíos solo piensan en la carne de cordero que comerán en las fiestas de su pascua la cual se aproximaba y que celebran por todo lo alto como tradición popular de fe. No entienden, porque lo interpretan todo al pie de la letra. Comer la carne significa aceptar a Jesús como el nuevo cordero Pascual, cuya sangre nos libera de la esclavitud. Lo que trae vida es comer ese nuevo pan que es Jesús, su carne y sangre. “Quien me come vivirá por mi”, esta frase evoca la mística eucarística, nuestra comunión con el Padre. Así catequiza Juan a sus comunidades, dialogando con ellos e intentando responder a sus preguntas e inquietudes. Sepamos comprender y creer hoy la vida y la Palabra de Jesús, no nos dejemos limitar por nuestras propias pobreza.

jueves, 18 de abril de 2013

DEJARNOS ATRAER LIBREMENTE POR DIOS


“El Evangelio de Hoy”: Juan 6,44-51
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Se lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
En el Evangelio de Hoy Jesús continúa profundizando en su discurso-discusión con los líderes judíos. Ya han compartido el pan y saciado el hambre, Jesús se ha revelado como el pan de vida, una vida exigente que exige fe y seguimiento. Ante la murmuración de algunos que no dan fe a las palabras de un campesino de Nazaret que se presenta como bajado del cielo, no siendo más que un simple ser humano, el evangelista san Juan insiste en que El verbo se ha hecho carne, el enviado de Dios es un hombre de la historia. Es Dios mismo quien atrae hacia Jesús a los que creen en él. Es gracia de Dios que comunica la vida definitiva, la resurrección. Pero Jesús insiste en que hay que aceptar la llamada de Dios, dejarse atraer por su palabra en este proceso, libre, de fe. Él nos enseña lo aprendido de Dios a quien llama el Padre. El sentido de la Eucaristía es el de aceptar a Jesús como el nuevo Pan de Vida y, siguiendo sus enseñanzas, haciéndose discípulo suyo y viviendo el mandamiento del amor.

miércoles, 17 de abril de 2013

CREER EN JESÚS ES TENER EL PAN DE VIDA ETERNA


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 6,35-40

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como les he dicho, me han visto y no creen. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
El pan del cielo no es la Eucaristía, es la fe en Jesús como Hijo de Dios. La fe nos une y nos reúne en comunión con Jesús en el sacramento de la Eucaristía.  La gente le pide a Jesús que le dé siempre de ese pan, pensando que se trata de comida ordinaria. El que cree en Jesús ya tiene ese alimento, esa fuerza, esa esperanza activa que le lleva cada día más allá. Por eso Jesús le responde que ellos tienen el pan del cielo entre ellos y no lo creen. Solamente la fe puede ayudar a comprender la presencia de Jesús en el mundo como alimento que sacia eternamente. En el Evangelio de Hoy Jesús se autodenomina Pan de Vida Eterna y anuncia que esa es la voluntad de Dios. Somos invitados a vivir lo que creemos y a  dar testimonio vivo de que realmente creemos en Jesús y actuamos en consecuencia.

martes, 16 de abril de 2013

QUIEN CREE EN JESÚS SE COMPARTE

“El Evangelio de Hoy”: Juan 6,30-35
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."  Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed." Palabra del Señor.
 

Reflexión

Como decíamos ayer, Jesús se da como comida eficaz y trascendente. No es que ofrece alimento, es que se entrega él mismo para fortalecernos. Creyendo en Jesús reinterpretamos todo lo que nos llega en la vida, al modo de él. Lo que para otros puede constituir una  mera e inaceptable desgracia, para nosotros, al estilo de Jesús, puede ser un medio de crecimiento y madurez en la fe, la confianza y la entrega. Ser cristianos significa seguir a Jesús y así vivió él su historia, sin alienaciones, sin ingenuidades, con sus pies y su corazón bien puestos en la tierra, pero en conexión profunda y permanente con Dios. Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."

Esta afirmación de Jesús nos puede parecer un sinsentido en un mundo donde mueren miles de personas a diario por falta de comida y donde, al mismo tiempo, se tira, descaradamente en los zafacones, miles de toneladas de alimentos. Ser pan de vida hoy, significa saciar nuestra hambre de Dios con el pan de la Palabra, el pan del testimonio y el pan de la misión; significa aceptar la comunicación divina para crear nuevas relaciones comprometidas con la vida, con el amor, con la entrega, con el servicio a los demás. Nadie pasa hambre en un mundo de hermanos y hermanas, todo se comparte y sobra… Nos falta creer y vivir lo que creemos. Somos invitados a avanzar. Acojamos esta invitación con alegría y gratitud. Jesús resucitado nos acompaña y anima.

lunes, 15 de abril de 2013

JESUS SE NOS DA COMO COMIDA TRANSCENDENTE


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 6,22-29
Lectura del santo evangelio según san Juan:

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús les contestó: "Se lo aseguro, me buscan, no porque han visto signos, sino porque comieron pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que crean en el que él ha enviado." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
Seguimos leyendo y reflexionando el capítulo 6 del evangelio de San Juan sobre el pan de vida. Jesús quiere que entendamos bien que aunque necesitamos comer cada día para seguir vivo y mantener la salud, él no habla de ese pan material y perecedero, sino de él mismo como alimento que proporciona las fuerzas, la confianza,  la esperanza, el ánimo y los valores necesarios para vivir cada día con la moral y la autoestima alta. ¿Habrán visto los asistentes a la multiplicación de los panes y los peces, un signo de la presencia de Dios en el mundo, salvándole y acompañándole? Jesús dice que no, que solo han visto la magia milagrera de alguien que le da comida pasajera. En el texto mismo Jesús explica que se trata de una señal, él no ha venido a dar cosas sino a darse a sí mismo y por completo a la humanidad. Se trata de una comida y una bebida que no pueden comprarse con dinero. Ésta debe ser la exigencia para el discípulo, considerarse a sí mismo “pan” que hay que repartir como si fuese él mismo quien se reparte. Así Creemos en Jesús, el enviado de Dios y lo seguimos continuando su misión.

sábado, 13 de abril de 2013

DEJARSE ACOMPAÑAR POR JESÚS


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 6,16-21

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero él les dijo: "Soy yo, no teman." Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban. Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
Hoy somos invitados a dejarnos acompañar por Jesús en los momentos oscuros de nuestra vida. Todos y todas sentimos en momentos precisos de nuestra vida que nos llega la noche. Las tormentas nos abaten, los problemas nos agobian por todos lados. Se nos caen todos los “palitos” juntos. Cuando nos vemos arropados por situaciones que escapan a nuestras posibilidades de salir adelante, ya sea por enfermedades, duelos, problemas familiares, vicios, problemas económicos fuertes, deudas impagables… dejémonos alcanzar por Jesús. El nos ha prometido estar siempre con nosotros para aliviarnos la carga y consolarnos con su fuerza. En tiempos de calamidades se hace necesario sentir la presencia abrazadora de Dios, pues justamente en estos momentos la gracia y el amor del Padre nos ayudan a vencer nuestros miedos y a cultivar la esperanza. Y no olvidemos que Jesús nos llama a ser parte de la solución de nuestros problemas y de los de nuestros hermanos y hermanas. Se vemos a alguien en apuros, no tardemos en acudir en su ayuda… así lo hiso Jesús y vive eternamente. Amén

viernes, 12 de abril de 2013

JESÚS CUENTA CONTIGO

“El Evangelio de Hoy”: Juan 6,1-15

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: "¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?" Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: "Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo."
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?" Jesús dijo: "Digan a la gente que se siente en el suelo." Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recojan los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: "Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo." Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor.
 

Reflexión
Sabemos que la gente busca a Jesús porque ven en él una salida a sus penurias y necesidades. Jesús sana a los enfermos, anima a los deprimidos, saluda a los otros como lo que son, personas, les acoge con ternura y amor. Es el hambre lo que les produce las enfermedades. Ellos buscan milagros, salud, y Jesús busca pan para que coman. Andrés encuentra la solución. Hay una posibilidad, compartiendo lo poco que se tiene. Un joven rompe el hielo disponiendo de sus panes y sus peces y eso hace posible el milagro del compartir, de la fraternidad. Casi siempre esperamos soluciones desde fuera de nuestra realidad, pero las soluciones pasan por nosotros,  nuestros aportes son importantes, aunque parezcan insignificantes (cinco panes y dos peces). Algunos estudiosos de las Sagradas Escrituras piensan que el gesto del muchacho le inspiró confianza a los demás y todos comenzaron a poner a disposición de los otros sus reservas. Jesús hizo el resto: dar gracias a Dios.
 
Hoy, dos mil años más tarde sigue habiendo millones de personas que pasan hambre y sed, seguimos sintiendo nuestra imposibilidad de solucionar el problema del hambre. Y el Evangelio de Hoy sigue invitando a confiar y a compartir lo que somos y lo que tenemos, y a tener conciencia de que si lo que se gasta hoy en armas y en guerras y sus materiales, se invirtiera en políticas sociales sostenibles  y planificadas, se pudiera responder a todas las necesidades humanas. ¿Qué estamos haciendo a favor de la unidad y de la solidaridad?   Paz y Bien.

jueves, 11 de abril de 2013

JESÚS ES EL TESTIMONIO DE DIOS


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 3,31-36

Lectura del santo evangelio según san Juan:

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
El Evangelio de Hoy nos recuerda que Dios se ha encarnado en la historia humana en la persona de Jesús, para asumir esta historia y salvarla. La vida de Jesús, sus actitudes en los diferentes momentos enfrentados por él, sus respuestas a los problemas que se les presentaron, su visión del mundo presente y futuro, toda su vida es para nosotros una enseñanza vital. Por eso Jesús es la nueva alianza de Dios con la humanidad. Siguiéndolo a él tendremos vida aunque tengamos que pasar por la muerte. Tanto ha amado Dios al Mundo que le ha entregado a su propio hijo para que el mundo entero se salve por él. Por eso es que el evangelista San Juan insiste tanto en Jesús como testimonio de la verdad que aporta la vida. Aceptar a Jesús, su testimonio y enseñanza es comprometerse a seguirle, asumiendo su propia misión de amor y misericordia. Busquemos la manera práctica y concreta de asumir este testimonio misionero y dejémonos guiar por el Espíritu Santo en la tarea de vivir nuestra fe.

miércoles, 10 de abril de 2013

ACEPTAR LA SALVACIÓN

“El Evangelio de Hoy”: Juan 3,16-21

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
“No hay mayor amor que dar la vida por sus amigos”, había afirmado un día Jesús a sus discípulos. En el Evangelio de Hoy nos lo recuerda y nos dice que esa ha sido la muestra del amor de Dios por nosotros, la entrega de su propio hijo como muestra de amor. Ahora podemos optar por la vida aún en medio de la amenaza de muerte. Esta manera de Jesús enseñar contradice la manera judía en el sentido de que destaca la misericordia y la compasión de Dios, mientras que hasta entonces se enseñaba el cumplimiento de la ley como camino de salvación. Se sigue afirmando la libertad humana para optar por lo que quiere. Dios ofrece luz, vida, alegría; nosotros podemos rechazarlo prefiriendo la oscuridad y la muerte.  Jesús nos muestra el camino de vida definitiva, Dios vence a la muerte y por medio de su Hijo nos invita a que alcancemos la plenitud de esta vida en comunidad. El camino es el amor, el don de sí y la confianza en este Dios de la vida. Dejemos que Dios nos salve y dispongámonos a ser parte de la salvación de quienes nos rodean facilitándole la vida y produciéndole alegría.