EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 29 de junio de 2012

LA PROFESION DE FE EN JESUCRISTO


“El Evangelio de Hoy”: Mateo 16,13-19

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."  Palabra del Señor.

Reflexión

La profesión de fe en Jesús no puede hacerse sin consecuencias. Si creemos en Jesús, lo iremos diciendo con nuestra manera de vivir, con nuestras opciones y estilo de vida. Creer en Jesús como el Hijo de Dios lleva consigo creer en su proyecto, en su manera de relacionarse con Dios, a quien Jesús experimenta como Padre de todos y todas lo que implica una relación fraterna con el prójimo. ¿Cuál es la influencia que ejerce Jesús en nuestra vida diaria? La vida cotidiana es nuestra confesión de fe. Si creemos tenemos que tomar decisiones que respalden, día a día, nuestra fe; de lo contrario, tenemos una fe de boca, aprendida de la cultura y de las tradiciones, pero que no nos mueve a nada.

Tú eres Pedro… no olvidemos que Pedro no es solo Pedro, es toda persona que cree en Jesús. La Iglesia es el conjunto de los creyentes en Cristo que viven un proceso de madurez en la fe y el compromiso cristiano. Jesús no dijo tu eres Pedro, tú serás el Papa, dijo tú eres Pedro. Todo el que entra en esta dinámica de fe en Jesús, es Pedro, es fundamento, es instrumento de Jesús para él seguir construyendo el Reino de su Padre Dios. No olvidemos que Pedro pasa por un largo proceso de fe que le lleva de compartir con Jesús su vida en Galilea, hasta negarlo en Jerusalén para experimentar el amor misericordioso y perdonador de Jesús y comprometerse con él a seguir su tarea.

Todo el que confiesa su fe en Jesús, en consecuencia, se debe preparar para atender el llamado a la justicia, la verdad y la reconciliación que Jesús encarnó con todas sus consecuencias y de manera libre y alegre. Como Jesús abraza la voluntad del Padre hasta la muerte, abraza su propia cruz y asume la voluntad de Dios como criterio último y definitivo de la propia existencia. Esta es la llave del Reino de los cielos que Jesús promete a Pedro, y sólo así, el poder del infierno, lo derrotará. Creer es asumir un compromiso serio con la causa de Jesús que es la causa del Reino, la causa de los pobres, la causa de humanizar la vida en nuestro mundo de manera que responda aunque sea en lo mínimo a lo que quiere Dios.  

miércoles, 27 de junio de 2012

PROFETAS


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 7, 15-20

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conocerán". Palabra del Señor.

Reflexión.

Insertas en la dura realidad cotidiana, a las comunidades cristianas y a la Iglesia se le hace difícil discernir quienes son los verdaderos hombres y mujeres que viven su vocación humana y cristiana de verdad. Regularmente lo que se impone es el formalismo, las palabras, los discursos, el cumplimiento externo de las normas y las tradiciones vividas por las comunidades. Palabras bonitas, sermones convincentes parafernalias perfectas, pero ningún compromiso real con las comunidades, en la defensa y el cuidado de la vida.

“Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.” Ser profetas no se puede confundir con ser adivinos del futuro, ni reducir a ser críticos; el profetismo bíblico implica la llamada de Dios para el servicio de su pueblo, la apertura sincera y silente para escuchar a Dios y aceptar su voluntad, y el compromiso humilde de transmitir a la comunidad su experiencia de Dios. Fijémonos bien que esto escapa a la moral y la formalidad religiosa para inscribirse en la, nueva relación de libertad aportada por Jesús en su experiencia de Dios como Padre misericordioso.

Así que el Evangelio de Hoy es una clara invitación a discernir entre los profetas auténticos y los que no lo son. Para distinguirlos, el Antiguo Testamento nos aporta pistas: 1- No lo mezclemos con lo mágico ni lo confundamos con los videntes, adivinos y visionarios, pues estos, aunque pueden hacer valiosos y respetables aportes, no es profetismo. 2- Fijémonos en su presencia, interés y compromiso en la comunidad. 3- Cuenta con el apoyo de la comunidad,  continúa su testimonio y se lo recuerda en los momentos oportunos. El evangelio de Hoy agrega a estos elementos del A.T., el elemento de los frutos o las buenas obras. La figura de los frutos simboliza la oportunidad, calidad y maduración que necesita cualquier llamada profética para alcanzar su cometido. El fruto requiere cultivo y cuidado y la vocación profética aún más. No se trata de una irrupción espontánea y desconectada. Ser profetas hoy es seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias.

martes, 26 de junio de 2012

RELACIONES INTERPERSONALES


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 7, 6. 12-14

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos". Palabra del Señor.

Reflexión

La llamada regla de oro en las relaciones mutuas entre personas, Tratar a los demás como queremos que nos traten. Lo sagrado y la perla, es nuestra relación con nuestro Padre Dios que nos envía directamente a nuestros hermanos y hermanas a construir unas relaciones nuevas. Esta relación fraterna nos da una gran dignidad que no tenemos derecho a perder. Lo sagrado y la perla es el espacio de libertad que Dios nos ofrece frente a la ley y a todo lo que representa la formalidad. Este estado nos lleva a elegir u optar libremente por el bien a favor de los demás que volverá a nosotros de manera aumentada. Estas son la nueva relación con Dios y los  hermanos que construyen el Reino de Dios.

Hacer a los demás lo que nosotros queremos que nos hagan implica transparencia en nuestras relaciones interpersonales. Es la manera de reconocer la dignidad del otro y la otra que le viene de su ser imagen y semejanza de Dios el Creador. No hay espacio para el bien donde predomina la mentira y el mal. Esta nueva manera de relacionarnos nos impulsa a ser los primeros en hacer el bien antes que esperarlo y exigirlo de los demás. Jesús nos introduce en una ley positiva y fecunda: dar primero a los otros lo que esperamos que ellos nos den. Y como uno siempre desea lo mejor para uno mismo, Jesús nos llama a ser los campeones del bien, a ser los primeros a dar el ejemplo.

En la biografía de San Francisco encontramos una oración que puede ayudarnos a comprender esta manera de relacionarnos con los demás en esta perspectiva: “Señor cuando yo lloro, dame hermanos a los cuales consolar; cuando yo estoy enfermo, dame hermanos a los que sanar; cuando yo esté en necesidad de algo, dame hermanos a los cuales darle.”  La gran mayoría no acepta esta exigencia, esta moral. Preferimos reducir la moral a la manera de vestir y mostrar tal o cual parte del cuerpo, pero la verdadera moral está en dar vida, hacer el bien a los demás. Una religiosa decía que “la perfección en las artes y en los deportes exigen disciplina y perseverancia en sus prácticas. Lo mismo vale para la vida espiritual: hay que tomar decisiones, optar por lo que es bueno antes que por lo que es fácil, ir incluso a lo que es mejor. La vida espiritual debe ser vivida de manera plena y consciente.” Que Dios nos ilumine para vivir la alegría de obedecerle en nuestra misión.

domingo, 24 de junio de 2012

JUAN EL BAUTISTA


 “El Evangelio de hoy”: Lucas 1,57-66.80

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel. Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy celebramos la fiesta del nacimiento de Juan Bautista. Los numerosos testimonios del nacimiento, fuera  de lo común, de Juan Bautista, son a la vez, chocantes y felices. Como nos dice  el evangelio, todos se preguntan ¿qué va  ser este niño? Antes de comenzar su misión Juan Bautista se va a vivir al desierto, lugar rudo y austero, privilegiado para el encuentro con Dios. Después  de eso, Juan comienza a predicarle a las muchedumbres, un llamado a la conversión. El tiempo se ha cumplido de preparar  el camino del Señor, de enderezar los senderos. En un lenguaje directo y convincente, él exhorta la gente a volverse hacia Dios.  La fuerza de su palabra es tal que la gente se pregunta si no será Juan el que tenía que venir a salvar al pueblo de parte de Dios. Pero a pesar de su importancia, Juan no es más que el que anuncia el Mesías. El mismo lo declara: “Viene el que es más grande que yo,  y que bautizará en el Espíritu. Se trata de Jesús, cuyo nacimiento es más  sorprendente que el de Juan Bautista. La razón de ser de Juan es de preparar el camino al  Señor.

El Evangelio hace de  Juan Bautista un personaje de primer plano. Con él, la primera Alianza llega a su término. Su mensaje es como el resumen de la historia de Israel.

El contraste entre Juan bautista y Jesús es también chocante. Mientras que Juan anuncia el día del Señor como una realidad dura y amenazante, Jesús anuncia un día del Señor en el que Dios mostrará su misericordia y su compasión.  Por eso, Jesús dice que: “entre los hombres no ha surgido nadie más grande que Juan. Y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él.” La grandeza de la antigua ley consiste en haber preparado la nueva, aún sin saberlo.

Muchísimas personas no han encontrado a Jesús todavía. Nosotros estamos llamados a ser, como Juan Bautista, precursores de Jesús, aunque haga 20 siglos que él ha venido a nosotros. Si los Evangelios han recordado a las primeras comunidades cristianas, el rol de Juan, eso significa que su función sigue siendo actual. Juan es un modelo para los testigos como él. Nosotros hemos sido constituidos profetas por nuestro bautismo. Mujeres y hombres que escuchan, sienten y anuncian el amor y la salvación de Dios.

Nuestra manera de vivir, de considerar el trabajo y los bienes materiales, nuestra actitud frente a los rechazados, nuestra forma de amar. Todo esto debería despertar la conciencia sobre aquello que es realmente importante y que llena los corazones. Nuestro testimonio y nuestras iniciativas pastorales deben servir para orientar los otros hacia Cristo y favorecer su encuentro, como lo vivió Juan Bautista.

Presentémosle nuestra  sociedad carente de profetas, de guías, precursores y de orientadores,  a Jesús y pidámosle que nos ilumine para poder ser más clarividentes y audaces. Y así poder ser verdaderos testigos de su amor que  encaminen a los demás hacia Jesús.  

viernes, 22 de junio de 2012

...DONDE ESTÁ TU TESORO, ESTÁ TU CORAZÓN.


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 6, 19-23

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No atesoren tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesoren tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!" Palabra del Señor.

Reflexión

La espiritualidad cristiana nos invita a revisar continuamente, sin actitudes enfermizas, qué es lo que constituye para nosotros lo más valioso.  Qué es lo que ejerce en nuestra identidad, la fuerza mayor o la mayor influencia a la hora de tomar decisiones y mover fichas en busca de realizarnos. El Evangelio de Hoy es puntiagudo en este sentido. “Porque donde está tu tesoro,  allí está tu corazón”. ¿Qué es lo que conduce nuestro corazón como fuerza vital y radical? ¿A dónde queremos llegar, qué es lo que sentimos que nos haría Feliz? ¿Qué trascendencia tiene lo que motiva, en lo concreto, nuestra vida?
La madurez humana y la adultez nos imponen el paso de los sueños infantiles e ingenuos a proyectos más elaborados y concretos que nos ayuden a orientar los esfuerzos cotidianos hacia la consecución de nuestras metas. Todo esto supone un ejercicio interior de búsqueda que termina en unas opciones precisas con las que intentamos englobar todas nuestras determinaciones en lo adelante. Una de tantas propuestas de realización humana es la que nos ha dejado Jesús: el proyecto del Reino de Dios. El Reino de Dios no es una realidad impuesta o enseñada, no podemos acceder a él por la razón. Nuestro primer desafío es el de descubrir el tesoro que encierra esta propuesta para poder disponernos a centrar nuestra vida en desarrollar las actitudes que lo hacen presente entre nosotros sin que dependa solo de nuestras acciones.
Sin descubrir su fuerza fundamental, su alcance y su trascendencia no podríamos optar por el Reino, pues este se desarrolla en contrasentido con las búsquedas más anheladas por las corrientes sociales, políticas y económicas de nuestro mundo. El discernimiento a realizar para poder optar por el Reino como verdadero tesoro al que nos podemos consagrar enteramente, lleva consigo descartar y desactivar en nuestro interior un sinnúmero de contrapropuestas que se oponen a su instauración. Jesús nos invita a  descubrir una nueva dimensión de la vida, en la que las seguridades más imperiosas de la cultura como son la riqueza, el prestigio y el poder cedan ante el amor, la justicia y la gracia. Para esto nos hace falta una mirada limpia, un ojo abierto, una mente transformada por la enseñanza de Jesús, capaz de descubrir el tesoro, donde las demás personas sólo ven pobreza, opresión y limitaciones. El Reino de Dios es el estado de vida fraterna y justa que Dios ha creado. Este se realiza a través de nuestra vida conducida por los valores más altos, pero al mismo tiempo, siempre atenta a la dura realidad humana y dispuesta a aceptar los propios límites y errores.  Avancemos en esta espiritualidad cristiana con la confianza puesta en el Señor y vinculados a nuestras comunidades de hermanos y hermanas.

jueves, 21 de junio de 2012

PADRE DE TODOS Y DE TODAS


“El Evangelio de Hoy”: Mateo 6, 7-15

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recen no usen muchas palabras, como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes que se lo pidan.

Ustedes recen así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy el pan nuestro; perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido; no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas. Palabra del Señor.

Reflexión.

El Evangelio de Hoy nos sigue presentando a Jesús enseñando a sus discípulos En la línea de las rupturas y continuidad que aporta Jesús lo esencia de la fe cristiana. Todo se desarrolla a partir de lo ya revelado en el antiguo Testamento, pero aportando un espíritu nuevo a la práctica religiosa. Se concreta así, una continuidad de lo antiguo, la manera de orar hasta entonces, y una ruptura, “ustedes oren así”. La antigua forma es sobreabundante en palabras como tratando de convencer a Dios, la nueva está llamada a ser una oración confiada al Padre Dios.
La oración vivida y enseñada por Jesús, toma en cuenta a dios en su ser y a los demás en su búsqueda de lo trascendente.  Lo primero es reconocer a Dios como ‘Padre’. Esta experiencia filial transforma todas nuestras expectativas, porque ya no somos sólo especie o raza, sino que somos familia universal. Santificarse es acercarse con confianza a Dios reconociendo que Él nos conoce más y mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos. Es comprometernos para que sea él quien gobierne nuestras decisiones e instaure su Reino entre nosotros. Es aceptar su voluntad, aunque casi siempre sobrepase nuestro entendimiento. Si Dios es el Padre nuestro, nosotros somos hermanos y debemos relacionarnos como tales con los que están cerca y ser sensibles ante las realidades  del mundo entero.
Hoy podemos rezar el Padre Nuestro, llenos de confianza en nuestro Dios, ofreciéndolo por todas las personas que de alguna manera se sienten solas, desprotegidas y abandonadas por los demás. Pedirle a nuestro Padre que con su Espíritu nos mueva al encuentro de los otros con amor y servicio, que no nos dejes caer en la tentación del egoísmo y el aislamiento y nos permita unas actitudes fraternas, cercanas para poder compartir la vida con alegría y sentir su presencia en medio de nosotros y nuestras situaciones. Líbranos del mal. Amén.

miércoles, 20 de junio de 2012

VIVIR LA FE DE OTRA MANERA

“El Evangelio de Hoy”: Mateo 6, 1-6. 16-18

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayan tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunen, no anden cabizbajos, como los farsantes, que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará. Palabra del Señor.

Reflexión

Aunque el impulso humano nos impulsa casi naturalmente a actuar buscando reconocimientos y recompensas, el evangelio nos reta nuevamente y nos invita a actuar únicamente por convicciones personales, por amor a Dios, y al prójimo, sin confiarnos mucho en lo que nos devolverán pues  bien sabemos que humanamente se dan muchos casos de ingratitudes, engaños y traiciones. Para el cristiano la única recompensa es la felicidad del otro o, en muchos casos, simplemente su supervivencia. Sin que necesariamente esas personas a las que ayudamos o a quienes servimos reconozcan que han sido ayudadas. El círculo de la pobreza y las necesidades no siempre dan espacio a la cortesía y el reconocimiento formal.

Recordemos que a nosotros Dios nos lo da todo sin pedirnos nada. Todo es de él. Los hombres y mujeres nos sentimos muy bien cuando se nos reconoce pero no podemos depender de eso para accionar a favor de quienes nos necesitan. No olvidemos la parábola en la que los trabajadores que comienzan su jornada a primera hora del día y quienes van a última hora reciben de parte del dueño, la misma paga, pues ambos necesitan lo mismo: vivir dignamente, alimentar la vida, ganarse el sustento cotidiano. Todo lo demás será solo añadidura, porque al final del camino sólo nos quedará la gratitud de Dios y la alegría de nuestro corazón. Lo que hacemos en nombre nuestro y de Dios es para intentar ayudar a los demás a encontrarse consigo mismos y con Dios y no para ganar nada que no sea esa satisfacción.

Claro que toda esta espiritualidad no aparece de un día para otro en la vida de una persona o de un pueblo. Estas actitudes y esta percepción de la realidad sólo se logran a través de un proceso gradual de internalización de las enseñanzas de Jesús. A amar se aprende; lo mismo que a hacer una interpretación espiritual de la Ley o a actuar desinteresadamente. Ni la cultura, ni nuestra biología nos enseñan el valor del amor, del respeto y de la gratuidad. Esto lo enseña el Evangelio, Jesús con sus palabras y sus hechos que son Buena Noticia para todos y todas.

martes, 19 de junio de 2012

AMAR A LOS ENEMIGOS

"El Evangelio de Hoy": Mateo 5, 43-48

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les aborrecen y recen por los que les persiguen y calumnian. Así serán hijos de su Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si aman a los les aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludan sólo a sus hermano, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto". Palabra del Señor.

Reflexión.

El Evangelio de Hoy continúa haciendo hincapié en lo propio de la vida cristiana. Esta es una de las originalidades aportada por Jesús a nuestro mundo. Se nos propone superar la lógica “normal” de la vida y de las relaciones humanas para ser verdaderamente justos como Dios. No es cierto que la justicia sea darle a cada uno lo  que le pertenece, justicia es darle al otro lo mejor, lo que más bien le hace, la justicia es el amor sin límites.

Cuando en nuestro acercamiento a la Biblia nos encontramos con textos como estos, fácilmente nos volvemos escépticos. Amar al enemigo y orar por quien asume este rol frente a nosotros parece una idea desproporcionada. Incluso algunos han pensado que es sólo una exageración. Sin embargo, el amor universal que no supera los lazos de la sangre, del idioma o de la nación sólo es una vaga idea, pero no una manifestación del Reino. El amor a los enemigos es una invitación a experimentar el amor con el que Dios nos ama. Es decir, un amor completamente centrado en el otro y la otra. Creer esto tiene que producir en nosotros una inmensa paz, confianza y esperanza, pues nuestra salvación no depende tanto de lo que nosotros logremos hacer, sino del amor infinito con que Dios nos ama.

De todas maneras tenemos que poner atención a la justicia social. A pesar del alcance de este amor, el evangelio también nos recuerda que ese amor no puede renunciar a las exigencias de justicia, verdad y respeto. Amar al enemigo es, también, ayudarle a encontrar un camino de diálogo y de maduración humana, porque amar al enemigo no es lo mismo que tolerar el abuso y la iniquidad. Una de las maneras más prácticas de amor al enemigo la constituye la oración por los que nos ofenden o están en desacuerdo con nosotros, oración sincera y constante. Otra manera es no hablar mal de aquellos que se han declarado nuestros enemigos y que buscan hacernos fracasar. ¿Qué podemos hacer para evitar que las personas se sientan enemigas nuestras?  ¿Cuál es tu experiencia de amar a tus enemigos? Les invito a hacer un comentario debajo de esta reflexión sobre esta temática o dejar un testimonio personal.

lunes, 18 de junio de 2012

... PERO YO LES DIGO ...


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 5, 38-42

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Saben que está mandado: "Ojo por ojo, diente por diente". Pues yo les digo: No hagan frente al que les agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehúyas". Palabra del Señor.

Reflexión

Para nosotros los seguidores de Cristo, no se trata de una pasividad estéril que deja todo como está y raya con la injusticia. De lo que se trata es de ir más allá de la mera norma o ley que no trasciende y que puede empeorar los conflictos. Cuando uno de los guardias le pega en una mejilla a Jesús en el proceso que lo condenó a la muerte en la cruz, Jesús no reacciona de manera pasiva sino serena, quiere ayudar al otro a descubrir por si mismo la injusticia en la que ha caído. Quiere atacar la injusticia buscando el motivo de ésta.

La semana pasada reflexionábamos sobre la necesidad de ser mejores que los otros. De eso se trata, de traspasar las barreras de unos acuerdos minimalistas como son las normas y leyes sociales, estas sólo ofrecen lo mínimo para la convivencia humana. Jesús nos pide que vayamos más allá a favor de los demás y de nosotros mismos. Ya  sabemos que la violencia y los conflictos no se curan con más de lo mismo. No es verdad que sea eficaz a largo plazo, el ojo por ojo y diente por diente… la solución hay que buscarla más en actitudes interiores que hagan pensar y discernir, no en amenazas provocadoras de miedos y temores pues estos pueden hacer reaccionar a los violentos con más y ciega violencia, provocando peores daños y conflictos.

Frente a los conflictos y violencia los cristianos estamos llamados a detenerla antes que alcance niveles caóticos, pero a través de métodos fraternos, haciendo caer en la cuenta de lo absurdo y llamando a la cordura, a lo razonable. No siempre funciona pues los seres humanos somos libres y decidimos mantenernos en caminos violentos. Como le pasó a Jesús que de todas maneras lo mataron, pero ofrece caminos, posibilidades de soluciones dadoras de vida. El asunto no ganar, es ofrecer la posibilidad de resolver problemas, conflictos y combatir las injusticias con acciones que vayan más allá del inmediatismo instintivo y animal. No olvidemos que las respuestas más prontas ante agresiones y ofensas serán siempre las de responder como antiguamente, o sea, como la ley del talión, antes de Jesús… resistámonos a nuestros instintos y vivamos desde el Evangelio y el seguimiento de Cristo. Esto nos ayudará a disfrutar de una paz más saludable y fraterna.  Amén.

domingo, 17 de junio de 2012

CON HUMILDAD Y CONFIANZA


 “El Evangelio de Hoy”: Marcos 4,26-34

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega."

Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado. Palabra del Señor.

Reflexión Invitada: CON HUMILDAD Y CONFIANZA

A Jesús le preocupaba mucho que sus seguidores terminaran un día desalentados al ver que sus esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no obtenían el éxito esperado. ¿Olvidarían el reino de Dios? ¿Mantendrían su confianza en el Padre? Lo más importante es que no olviden nunca cómo han de trabajar.

Con ejemplos tomados de la experiencia de los campesinos de Galilea, les anima a trabajar siempre con realismo, con paciencia y con una confianza grande. No es posible abrir caminos al Reino de Dios de cualquier manera. Se tienen que fijar en cómo trabaja él.

Lo primero que han de saber es que su tarea es sembrar, no cosechar. No vivirán pendientes de los resultados. No les han de preocupar la eficacia ni el éxito inmediato. Su atención se centrará en sembrar bien el Evangelio. Los colaboradores de Jesús han de ser sembradores. Nada más.

Después de siglos de expansión religiosa y gran poder social, los cristianos hemos de recuperar en la Iglesia el gesto humilde del sembrador. Olvidar la lógica del cosechador que sale siempre a recoger frutos y entrar en la lógica paciente del que siembra un futuro mejor.

Los comienzos de toda siembra siempre son humildes. Más todavía si se trata de sembrar el Proyecto de Dios en el ser humano. La fuerza del Evangelio no es nunca algo espectacular o clamoroso. Según Jesús, es como sembrar algo tan pequeño e insignificante como “un grano de mostaza” que germina secretamente en el corazón de las personas.

Por eso, el Evangelio solo se puede sembrar con fe. Es lo que Jesús quiere hacerles ver con sus pequeñas parábolas. El Proyecto de Dios de hacer un mundo más humano lleva dentro una fuerza salvadora y transformadora que ya no depende del sembrador. Cuando la Buena Noticia de ese Dios penetra en una persona o en un grupo humano, allí comienza a crecer algo que a nosotros nos desborda.

En la Iglesia no sabemos en estos momentos cómo actuar en esta situación nueva e inédita, en medio de una sociedad cada vez más indiferente a dogmas religiosos y códigos morales. Nadie tiene la receta. Nadie sabe exactamente lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es buscar caminos nuevos con la humildad y la confianza de Jesús.

Tarde o temprano, los cristianos sentiremos la necesidad de volver a lo esencial. Descubriremos que solo la fuerza de Jesús puede regenerar la fe en la sociedad descristianizada de nuestros días. Entonces aprenderemos a sembrar con humildad el Evangelio como inicio de una fe renovada, no transmitida por nuestros esfuerzos pastorales, sino engendrada por él. José Antonio  Pagola.

sábado, 16 de junio de 2012

LA MEMORIA DE MARÍA Y LA NUESTRA


 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 2,41-51
Memoria de El Corazón Inmaculado de María.

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”

Él les contestó:

“¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

Su madre conservaba todo esto en su corazón. Palabra del Señor.

Reflexión.

La fiesta del Corazón de María nos recuerda un rasgo esencial de la vida cristiana: la memoria martirial. Aunque muchos de nosotros ya no vinculamos la memoria a la dimensión afectiva de la existencia humana, estas dos realidades están íntimamente ligadas. Por ejemplo, la palabra re-cordar significa literalmente “volver a colocar algo en el corazón”. Nuestra memoria está hecha de alegrías; también de heridas que necesitan ser comprendidas y sanadas. El evangelio nos propone hoy un texto en el que la memoria cristiana hace realidad el testimonio martirial en el corazón de María. Ella fue testigo excepcional de la vida y, sobretodo, de la muerte y resurrección de su hijo. Su memoria es un testimonio de que no todo está permitido y de que la verdad y la justicia requieren de un lugar en nuestra mente y sobre todo en nuestra memoria. Hoy celebramos la excepcional capacidad de esta mujer no sólo de perdonar a los victimarios, sino también de conservar el testimonio de justicia y verdad. Koinonía.

viernes, 15 de junio de 2012

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 19,31-37

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilatos que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: "No le quebrarán un hueso"; y en otro lugar la Escritura dice: "Mirarán al que atravesaron." Palabra del Señor.

Reflexión.

La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús es un acontecimiento que no podemos pasar por alto en nuestra reflexión dada la importancia de la vida interior, de la vida afectiva, de la ternura y el cariño que sentimos, que vivimos los seres humanos. La sociedad moderna cargada de pragmatismo nos amenaza con imponer su racionalismo y materialismo pero la realidad humana y la experiencia compartida le dan la razón al corazón, al afecto, a la amistad, a la solidaridad que crea fraternidad y comunión. Todo esto es representado en el corazón como centro interior de la persona que la encamina a adoptar actitudes concretas frente a los demás. Por eso se afirma que Jesús es el corazón humano de Dios.

Frente a las distintas crisis que vivimos no podemos reducir la búsqueda de soluciones al ámbito de la razón. El corazón engloba la capacidad humana de adecuar las ideas y pensamientos en general de manera que no comprometan la dignidad de la Creación de Dios. Analizar la realidad, ensayar salidas a los problemas y dificultades, discernir cuál es la mejor manera de enfrentar el presente y preparar el futuro, todo esto pasa por el corazón. De lo contrario corremos el riesgo de llegar a conclusiones parecidas a la de algunos de los más radicales defensores del neoliberalismo económico, que dicen creen que se puede sacrificar a la mitad de la humanidad sin no son capaces de adaptarse al libre mercado de los bienes y servicios, como si el mercado fuera más importante que las personas y toda la Creación.

El Corazón de Jesús encierra toda la bondad de Dios, su misericordia, su compasión. Su capacidad universal de crear, acoger y permitir la vida sin condenas ni prejuicios. Con su particular manera de vivir, predicar y tratar, Jesús reveló que es desde el corazón desde donde se puede cambiar y recrear lo que hoy  no funciona el mundo. Claro que para ello tenemos que hacer práctico y visible el amor del corazón. Y una vez más, es el mismo Jesús quien constituye el paradigma de una vida interior o se corazón, capaz de transformar las estructuras a favor de la vida y de la convivencia humana. En este día de Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús dejemos que salgan de nuestro corazón los mismos sentimientos que marcaron la vida de Jesús y su relación con Dios y con los hombres y mujeres: El amor.

jueves, 14 de junio de 2012

SER MEJORES QUE LOS DEMÁS


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 5, 20-26

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si no son mejores que los letrados y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos. Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo les digo: todo el que esté peleado con su hermano, será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.

Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Procura arreglarte con el que te pone pleito en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo». Palabra del Señor.

Reflexión

La vida cristiana es en gran medida, relaciones humanas de calidad, convivencia sana y búsqueda común de crecimiento mutuo. La vida aislada, despreocupada de los demás no cabe en el cristianismo. La enemistad, el odio y la separación se combaten con el amor y la vida en comunión. Se trata de hacer hasta lo imposible por conciliar. Claro, eso no significa renunciar a nuestros principios, que en buena cuenta se resumen en hacer la Voluntad del Padre…A eso no podemos renunciar; pero tampoco se trata de dar la espalda y pretender que no existe, aquel que mantiene una actitud de pleitos y de acusaciones contra nosotros.

Nosotros los creyentes tenemos que poner el mayor esfuerzo en la búsqueda de convivencia y de vida fraterna. Es difícil, pero lo cierto es que el Señor siempre nos está exigiendo que caminemos esa milla adicional. No podemos contentarnos con lo que todos hacen. No debemos, no podemos conformarnos. Tenemos que esforzarnos en ir “más allá”.  La sociedad impone reglas de comportamiento generalizadas pero para nosotros lo más importante es la enseñanza que nos viene de Jesús a través de los evangelios.

Ser mejores que los demás significará preferir perder parte de lo nuestro con tal de guardar la posibilidad de entendernos, perdonar, ceder, dar preferencia a los demás. La caridad es lo primero, el amor soporta todo. Y todo esto porque nos sentimos contentos de poder colaborar con el crecimiento de las actitudes que hacen crecer la visibilidad histórica del Reino de Dios. Pidamos al Señor que nos ayude a combatir la tendencia al individualismo egoísta y que nos alegre la posibilidad de ayudar a quienes nos necesiten en la práctica de la espiritualidad cristiana.

miércoles, 13 de junio de 2012

La plenitud de la ley: El Amor.


“El Evangelio de Hoy”: Mateo 5, 17-19

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

«No crean que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos». Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús vive su vida y enseña a sus discípulos de manera positiva y creativa. No se trata de negar lo existente como hacen muchos politiqueros y predicadores, que basan sus intervenciones y orientan sus discursos hacia la desautorización sus contrarios. Jesús básicamente no tiene contrarios, lo suyo es una propuesta universal, práctica y concreta. La plenitud se construye avanzando, mejorando. Es un proceso creciente a base de objetivos y metas compartidos. “Por eso, el evangelio según Mateo insiste en que la interpretación cristiana no se orienta a la abolición de la Ley de Israel, sino a la comprensión de su significado para la vida cristiana. El evangelio insiste en una palabra clave: cumplir o dar plenitud. La enseñanza de Jesús se orienta hacia lo fundamental de la Ley: la plena realización de la voluntad de Dios. Porque lo fundamental de esta ley no es su letra, sino su espíritu, que manifiesta la voluntad con la que Dios quiere orientar, salvar y transformar la vida de su pueblo”. No se trata de condenar a culpables sino de abolir culpabilidades y encaminarnos hacia la reconciliación y armonización social.

La palabra de Dios no se ha escrito para recriminar al pueblo de Dios sino para orientarlo hacia la superación de lo que le minimiza y estanca. Acerquémonos a las Sagradas Escrituras  En fin de cuentas, la ley de Dios es el amor hecho relaciones humanas en la cotidianidad.

martes, 12 de junio de 2012

DAR SABOR E ILUMINAR


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 5, 13-16

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo de un celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así su luz a los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en el cielo". Palabra del Señor.

Reflexión

Sin claridad y sin sabor, sin sentido de vida y sin una orientación de por dónde ir, no se  es persona, no se puede vivir dignamente. Los elementos de la sal y de la luz que nosotros conocemos muy bien, son esenciales a nuestra vida. Cuando los médicos nos hacen saber que no podemos consumir sal debido a nuestras enfermedades, cuando cortes de electricidad o “apagones”  se prolongan, probamos la falta que nos hacen estos elementos en nuestra vida.

Hoy día, la sociedad ha  llegado a un estado en el que goza de los recursos  necesarios para no depender de la luz natural del sol, y la sal y otras condimentos se han desarrollado y sociabilizado de manera que no son un problema casi para nadie. Pero nuestra época iluminada por la electricidad y sometida a la producción industrial del alimento, oscurece la realidad humana de los individuos y la realidad social del alimento. Los avances tecnológicos nos han hecho más productivos, pero a la vez más aislados y más egoístas.

Los creyentes somos urgidos a ser presencia humanizadora en medio de pragmatismo económico de nuestro mundo. El Evangelio de Hoy nos invita a romper este cerco de la cultura del consumo y a entrar en comunión con los demás. Podemos ser luz para otros y sabor que le da sentido a tantas realidades sin sentido de la vida cotidiana. Aislados y solitarios, nuestros problemas pueden ahogarnos. Los sufrimientos se multiplican cuando no alcanzamos a compartir nuestras vidas. Ser sal y ser luz significa vivir aportando, sumando, ayudando al otro y a la otra a  valorarse y a confiar en el futuro que Dios con nosotros prepara para todos y todas.