Lectura del santo evangelio según san
Juan:
En el principio ya existía la Palabra, y
la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el
principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella
no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era
la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la
recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía
como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a
la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz
verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el
mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y
los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser
hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor
carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó
entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del
Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo:
"Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí,
porque existía antes que yo." Pues de su plenitud todos hemos recibido,
gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios
Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra
del Señor.
Reflexión
En el Evangelio de Hoy, el evangelista
San Juan resume lo que será su Evangelio completo. La Palabra de Dios se
humaniza, se encarna, se sumerge en la historia y en la cultura, por medio de
la persona de Jesús, para traer la luz al mundo entero. Es una oferta de
salvación de Dios para la humanidad. Pero la humanidad en general, en uso de su
libertad, no aceptó esa oferta, sino que la rechazó. La Palabra no fue escuchada
ni acogida más que por unos pocos; los demás continuaron con sus tradiciones y
prácticas religiosas y se cerraron a la Palabra de vida y Salvación.
Sin actitudes enfermizas podemos
preguntarnos hoy que despedimos un año e inauguramos otro, ¿Cuál ha sido mi
respuesta concreta a la palabra de Dios durante el 2012? ¿En qué me ha ayudado
el hecho de leer el evangelio de cada día? Y en lo adelante tendremos cada día,
la oportunidad de acoger con fe a la Palabra de Dios y tenerla como ante cada
decisión que tengamos que tomar y para cada paso a dar. Que la Palabra hecha
carne, Jesús, nos ilumine para que el 2013 y toda nuestra vida responda a
nuestras expectativas y a la voluntad de Dios. No olvidemos que la voluntad de
Dios y la vida. Así que cuidemos la vida, defendamos la y promovámosla. Agradecemos
a Dios las oportunidades que nos ha brindado hasta ahora y le pedimos que
continúe mostrándonos su amor y su misericordia. Disfrutemos de la vida sin
complejos ni prejuicios, Dios camina con nosotros. Paz, salud y alegría en el
nuevo año.